Un Rayo De Esperanza (Primera Versión)

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-Es nuestra hija, Molly -le respondió Harry, la bebe de ojos verdes sonreía.

-Quee... -No existen las palabras para describir lo que Molly Weasley siente en ese momento. Observaba a la pareja frente a ella, y la bebe, que al verla detenidamente comprobaba que era la mezcla perfecta de sus padres. La familia crecía lo cual era motivo de celebración, sobre todo para ellos que merecen todo el amor del mundo.

-¿Mama estas bien? -preguntó Ron preocupado al ver que su madre seguía sin reaccionar, solo observando, estaba por gritar y pedir ayuda cuando ella se mueve.

-¿Cómo es posible que tengan una hija y no supiéramos nada? -Molly ignoró a Ron para dirigirse a Harry.

-Era necesario mantenerlo en secreto. -Fue la simple respuesta de Harry, pero que Molly comprendió a la perfección, ella era madre y por sus hijos estaba dispuesta a todo, su seguridad y felicidad era lo primordial.

En ese momento se acercó Andrómeda y Tonks para saludar, esta última se veía muy decaída, aun utilizaba un color pálido en el cabello. Molly al final los felicito, dando algunos consejos para cuidar a la bebe.

El grupo se unió a la mesa, todos los ojos estaban sobre la bebé ahora en brazos de Harry. Los saludos fueron un poco incómodos, muchos pensaban en lo extraño que era ver a Draco Malfoy allí, él aún no era del todo aceptado, sabían que iba a ser poco a poco, pero en un futuro Harry esperaba todos se llevasen bien.

-¿De quién es hija esta hegmosuga? -preguntó Fleur.

-Tiene tus ojos Harry -dijo el señor Weasley.

-Es porque es su hija -Ron hablo con simpleza. Todos lo miraban como si tuviese algo extraño en la cara, una segunda nariz quizás.

.¿Que locuras dices Ron? -Ginny no lo creía.

-Les presento a nuestra hija -dice tomando la mano de Draco-. Adhara Potter Malfoy. -Las palabras de Harry fueron escuchadas por todas las personas. Aún si Voldemort regresara de entre los muertos en compañía de todos sus mortifagos dispuesto a lanzar Avadas Kedravras a los presentes, estos no se moverían.

-Creo que debiste decirlo de otra forma Harry. -Hablo Draco de forma que solo Harry pudo escucharlo.

-Harry que buena broma -dijo Fred.

-El tiempo con nosotros hizo efecto -añadió George.

-No es una broma chicos.

Luego de shock inicial y alguna que otra explicación, llegaron las felicitaciones, muchos buenos deseos. La comida transcurrió entres anécdotas y chistes, la tranquilidad que se respiraba era increíble, por fin tenían paz.

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Al regresar a Grimmauld Place los recibió Narcisa, esta que aún estaba en proceso de duelo por la muerte de su esposo, ya se veía mejor, su palidez y ojeras habían disminuido, una sonrisa la acompañaba cuando estaban todos allí. Narcisa se ofreció a dormir a la bebe para que los chicos subieran a descansar.

-Draco.

-Dime -el rubio se encontraba recostado leyendo un libro, mientras Harry se ponía su pijama.

-He estado pensando -Draco observo entonces a Harry, este era una mezcla entre duda y emoción, unos segundos después se decidió a hablar-, en unas semanas será tu cumpleaños, podríamos salir de vacaciones.

Draco no decía nada, con todo lo sucedido el chico había olvidado que pronto iba a cumplir años, de niño contaba los días, esperando una gran fiesta, de adolescente las cosas cambiaron, la celebración dejo de importar. Por el contrario a él, Harry amaba los cumpleaños, a pesar de que de niño nunca pudo festejar el suyo. En todo el tiempo que llevaban de relación, nunca lograron pasar esa fecha juntos, eso sí Harry nunca lo olvidaba y siempre le daba un obsequio.