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Severus se encontraba en su despacho cuando la chimenea suena, alguien trata de comunicarse por medio de esta, ve la cara de Hermione Granger al borde de un colapso nervioso. Su rostro normalmente inexpresivo se asusta, algo muy malo había sucedido.

-Profesor, profesor, ¡SNAPE! -Grita la chica. Severus con rapidez llega hasta la chimenea-. PROFESOR.

-Quiere dejar de gritar y decirme que sucede. -Habla ya perdiendo la paciencia.

-Draco. -Es lo único que Hermione logra decir.

- ¿Qué pasa con mi ahijado? -miles de imágenes de lo que podría haber pasado llegan a su mente, ninguna le agrada.

-Hechizo, sangre, gritos, Draco -dice Hermione, Severus apenas y entendía sus palabras.

-Señorita Granger, haga el favor de tranquilizarse. Respire y trate de hablar bien.

-Lucius hirió a Draco y ahora está mal, tiene que ayudarlo -Hermione lo dice con rapidez.

-Iré de inmediato. -Debió haberlo sabido, la calma de Lucius los últimos días era porque tramaba algo. No le importa sacrificar a su hijo con tal de quedar bien ante Voldemort.

Inhalo y exhalo varias veces para tratar de mantener la calma, evitando así aparecerse en la mansión Malfoy y acabar con Lucius, pero él no era impulsivo, ahora Draco era mucho más importante, tenía que ir con él, tomó su varita del escritorio, mandó un mensaje a Madame Pomfrey, iba a necesitar ayuda, si la cara de la señorita Granger reflejaba como se encontraba Draco, debía estar bastante grave, antes de ir a la chimenea tomó todas las diferentes pociones curativas que tenía.

Al entrar en Grimmauld Place, Hermione lo esperaba, ella temblaba de pies a cabeza. Al verlo la chica inicio una nueva sarta de palabras, Severus la detuvo para preguntar donde se encontraba Draco, tambien le dio la orden de quedarse allí a recibir a Poppy, en su estado de pánico no iba a ser de ayuda.

Severus subió rápidamente las escaleras. Al entrar en la habitación vio a Draco recostado en una cama, este tenia las manos en su abultado vientre, el chico estaba realmente mal, el maldito de Lucius era muy bueno con las maldiciones. A un lado de Draco se encontraba quien reconoció como la prima de Sirius, ahora esposa de Lupin.

-Padrino -dijo Draco en un tono apenas audible.

-Tranquilizate Draco, no hagas esfuerzos. -Al estar mas cerca Severus nota manchas de sangre, lo que lo asusto.

-Debes salvarla. -Fue lo último que dijo antes de perder el conocimiento.

Tomando su varita, Severus comenzó a recitar todos los hechizos de sanación que conocía, pero por alguna razón estos no surtían efecto, ya empezaba a pensar en lo peor.

- ¿Dónde está Potter? ¿Qué fue lo que sucedió? -Le preguntó a Tonks, quien al igual que Hermione se encontraba nerviosa.

-Estábamos comprando cosas para los bebés, ellos salían de la tienda cuando apareció Malfoy, Harry se quedó con Remus y Ron luchando para que pudiéramos escapar de allí.

- ¿Lograste escuchar que maldición utilizo Lucius? -si sabía cuál era la maldición le iba a resultar más fácil ayudar a su ahijado.

-No, los hechizos salían de todas partes, tambien estaban varios mortifagos. -Maldijo la vida, afortunadamente en ese momento llegó Hermione con Poppy.

- ¿Qué es lo que suce... ¡Ay por merlín!

La enfermera llega hasta Draco, al igual que Severus empieza a lanzar hechizos, los de ella tampoco parecían funcionar, al contrario, cada minuto que pasaba Draco se veía peor.

Un Rayo De Esperanza (Primera Versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora