Capítulo III

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Estoy escuchando a mis consejeros en la sala de reuniones en la base subterránea del castillo con respecto a los temas que pondremos en acción estos meses, con el progreso de los proyectos y futuras leyes a implementar pronto por el bien de la comunidad. Mi vista está fija en los temas que Jordan -mi consejera en salud- tiene planteado para nuestros hermanos y hermanas del clan junto a los planes de salud inmediata para los humanos que viven en los refugios dentro de la ciudad. Costel no pudo presentarse hoy, ya que días antes me pidió ser la persona encargada de buscar a Sarah y traerla al castillo. Debo dejar todo lo más avanzado posible para su llegada, espero estar presente al momento en que llegue.

Me levanto en medio de la reunión y decido dejarla por terminada, salgo de la sala sin decir más hacia mi alcoba. Mientras subo, los pasillos del mismo se iluminan solo un poco por las cortinas. Me detengo en uno de los grandes ventanales del primer piso del castillo con unas grandes y pesadas telas de color rojo vino. Lo recojo solo un poco y los débiles rayos de un sol que se acuesta por el horizonte se cuela por mis dedos. Puedo sentir como mi piel ya no se quema tan rápido como años atrás, sin embargo, alguno de nuestros hermanos continúan sin querer salir a la luz sabiendo que tenemos un contrato con las hadas diurnas ubicadas al oeste de lo que era antes Estados Unidos, lo cual ahora es un reino flotante de las hadas. Dicho contrato, nos permite adquirir una posición con el fin de salir a la luz del día.

Cierro la cortina y continúo mi camino a mi alcoba. Antes de llegar a mi destino, me desvío y paso por la biblioteca. Me detengo frente a la puerta teniendo un debate interno, lo cual no dura mucho ya que entro y cierro el lugar. Duro unos segundos pensando si fue buena idea entrar por los recuerdos y aromas que empiezan a inundar mi mente. Me giro lentamente y veo pequeños destellos de polvo que están volando por el lugar. Este lugar es de dos plantas, las paredes son de color caoba que hacen rejuego con los estantes de los libros. Me he encargado de rescatar aquellos libros importantes y valiosos. Hay un total de 40 estantes ordenados en el lado este de la habitación, varios muebles y un piano.

 Me acerco al piano, paso mis dedos por encima de las teclas los cuales hacen un sonido apagado por el desgaste del instrumento. Tomo asiento frente al piano y a lo lejos aparece su imagen perfecta de pelo largo y abundante, sus ojos radiantes de energía y hermosa sonrisa. Su silueta baila por la biblioteca al compás de una música imaginaria, mis ojos la siguen hacia donde va hasta que desaparece.

Cierro mis ojos en el lugar esperando a que pase lo siguiente -no es la primera vez que pasa- y siento como su mano se coloca encima de mi mano izquierda y la toma con delicadeza para colocar mi mano junto a su rostro que muestra una pequeña sonrisa. Al momento en que mi mano llega a su mejilla, su imagen desaparece y no volverá aparecer hasta otra ocasión. Siento un pequeño dolor en ese lugar donde solía latir mi corazón, como si alguien hubiese tomado mi corazón entre su mano y apretarlo tanto que este se deshiciese en sus dedos. Mis dudas, mis confusiones, mis ilusiones, mis confesiones, mis alegrías y tristezas, pertenecen a este lugar. Bajo mi cabeza pensando en su imagen, sus ojos vivaces, sus delgados labios, su forma de ser, su melodiosa risa y su fuerte carácter. La extraño tanto....

Me levanto dando por terminado mi imaginación y camino entre los estantes de libros con el fin de buscar su libro preferido. Al encontrarlo lo tomo de su lugar y empiezo a hojearlo, al hacerlo las hojas desprenden un delicado y suave olor a ella. Me dirijo hacia el mueble más alejado del piano y empiezo a pasar mis dedos de forma delicada por aquellas frágiles hojas. A medida que voy pasando las hojas se pueden observar pequeñas notas escritas a mano dando su opinión al respecto de lo sucedido o solo una expresión. Una pequeña sonrisa nostálgica se muestra en mi rostro por unos segundos, mientras continúo pasando las páginas. Al llegar al final del libro entre la última página y la contraportada, saco un pequeño papel que ella dejó antes de su partida.

La desdoblo con cuidado, vuelvo a leer aquello que he leído tantas veces desde su partida, aquel papel que hace un poco más grande aquel hueco donde solía estar mi corazón. Sus letras aún rasgan cual garras en mi ser, pasan por mi garganta cual verbena ardiente.

Hubiese querido seguirla para estar con ella sea cual sea el lugar donde esté, sin embargo, estoy atrapado aquí en la inmortalidad. He buscado por muchos años y en diferentes partes del mundo el mismo rostro sin éxito alguno hasta ahora.

Guardo el papel con cuidado otra vez en el libro en su respectivo estante. Mientras lo hago puedo escuchar como el aerodeslizador se va acercando al castillo. Me encamino para salir de la biblioteca y dirigirme a la parte de atrás del castillo para darle la bienvenida que mi prometida merece.

Al salir de la biblioteca me dirijo a ver a aquella chica que tan joven se convirtió en líder de un clan que aún siendo menos que los demás pudo sobrevivir. Al girarme para bajar las escaleras, algo negro y rubio llama mi atención. Mis pasos se ralentizan hasta llegar a los pies de la escalera, a lo lejos puedo ver a Sarah bajar de la nave junto a los demás y los soldados dando la bienvenida, ella aún no puede verme. Alzo mi vista hacia arriba y puedo ver aquel pelo rubio sobresaliendo y una mano invitándome a seguirle.

Desvío mi camino hacia mi habitación siguiendo mi objetivo.



Al día siguiente me despierto ya pasado el atardecer, la dama de compañía se ha marchado antes de poder hablar con ella. Varios pensamientos surcan por mi mente, mas los aparto rápidamente.

Me levanto para tomar una ducha y prepararme para el baile de bienvenida a Sarah, ya Costel y otros se han encargado de preparar todos y dejarlo listo. Escucho los pasos de Josselyn mi doncella doméstica y antes de que tocara la puerta, le dije en voz alta:

- Puedes pasar- mientras termino de arreglarme.

Josselyn entra de forma tímida con una bandeja y un sobre encima de este en sus manos.

- Llegó esto para usted, mi Señor- menciona con voz tímida.

- Gracias, Joss. Puedes ponerlo en el escritorio. - le comunico mientras me visto.

Salgo al espejo de mi alcoba con unos pantalones gris oscuro, unos zapatos negros y mi torso descubierto para ponerme una camisa blanca frente al espejo. De repente, escucho el sonido del único corazón latente en la habitación latir de forma apresurada.

- Si no hay otro mensaje importante que deba recibir, puedes marcharte Joss- le digo mientras termino de abotonar mi camisa y un chaleco de color vino oscuro.

Josselyn al darse cuenta se apresura a salir de la habitación sin decir nada más. Al salir casi choca con Costel quien entra a la habitación y le muestra una sonrisa amable a Joss quien sale huyendo mientras Costel cierra la puerta detrás de sí.

- Hiciste falta en la bienvenida de "tu prometida"- menciona medio jocoso y levantando los dedos al mencionar prometida.

- Se me presentó algo de imprevisto - digo.

- Si, y ese algo era una rubia de ojos claros y con poderes sobrenaturales - menciona mientras ve a lo lejos del gran ventanal viendo los últimos rayos del sol.

Ignoro lo que dice ya para pasar mi mano por mi pelo unas cuantas veces y salir al baile.

- Alex, porque soy tu mejor amigo y consejero te aconsejo que dejes a la rubia seguir su camino si ya llegaste a encontrar lo que querías. - se gira para enfrentarme. - Los invitados empezarán a llegar, esperemos que todo marche bien.

Dicho eso Costel se retira de mi alcoba y me quedo pensando en lo que dijo: "si ya llegaste a encontrar lo que quería". Me acerco al gran ventanal y veo a los invitados descender de sus vehículos y entrar al corredor.

Debería dejarla ir ya que estoy comprometido con Sarah ¿no?



P.D. Me quiero disculpar por este mes completo sin publicar fue un conjunto de cosas que se acumularon: mudanza, finales en la universidad y que la compañía que teníamos de internet nunca llego a poner el internet en casa y fue hace poco que mis padres decidieron cambiar de compañía y con ello cambiar el internet. Y pos, fue ahora que pude terminar y publicar el capítulo. Gracias y espero sus comentarios de este nuevo capítulo. Besos!!

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