El siguiente fin de semana, Michael y yo estabamos invitados a una fiesta en casa de Calum.
Mis padres habían tenido una charla verdaderamente aburrida conmigo. Ya se imaginarán sobre qué.
Dijeron que mi comportamiento ultimamente no era el mismo, que mi rendimiento en el instituto había deteriorado, que Michael era una mala influencia para mí y además me aconsejaron dejar de hablarle.
Mencionaron que sólo querían "lo mejor para mí" pero ellos no entienden que lo mejor para mí es precisamente ese chico de los malos modales, cabello teñido, frases sarcásticas, pantalones rotos y un enorme corazón que pocos conocían.
Pero no planeaba decirles que me gustaba y que esa era la razón por la cual no quería dejar de hablarle.
Por suerte no me castigaron por perforarme, ni mucho menos me enviaron a un reformatorio como creí que lo harían. Sólo me ordenaron quitarmela en cuanto antes... pero esa orden sería increíblemente ignorada por mí.
Eran las 7:00 pm cuando salía de una ducha caliente, Michael pasaría por mí en una hora para ir a aquella fiesta de su amigo.
Los conocidos del pelirojo siempre terminaban siendo unos locos como él, pero demasiado amigables. Especialmente con Calum me llevaba muy bien ya que era un tipo fresco, y no se encontraba envuelto en drogas ni problemas de ese tipo como otros chicos que Michael frecuentaba.
En cuanto a Louis, el castaño que al parecer "moría" por mí, nos habíamos topado con él en algunos bares y fiestas. Obvio, no desaprovechaba la oportunidad de coquetear conmigo.
Algunas veces solía enviar mensajes a mi celular invitándome a salir, o diciendo cosas que me alagaban. Pero ésto sólo se volvía más difícil para mí, porque por lo poco que había podido observar, ese chico Harry realmente estaba enamorado de Louis, pero Louis no lo tomaba con demasiada importancia. Incluso escuché que habían iniciado una relación, pero ¿Saben qué es lo malo de ésto? Que aún así el castaño no deja de llamarme ni cortejarme, y creo que eso es demasiado irrespetuoso si ya tiene pareja.
Aunque Harry -claramente- me odiara, sentía lástima por él, pero no deseaba herirlo al decirle que su novio era un puto.
Terminaba mi atuendo peinando los cabellos dorados hacía arriba y aplicaba productos para que se mantuviese ahí. El timbre de la casa sonó y pensé que sería Michael, mi... ¿Novio? ¿Amante? ¿Amigo con derechos? ¿Amigo con el que me besuqueaba?
Realmente no eramos nada aún.
Él nunca me pidió ser su novio, y jamás he escuchado que se refiera a mi como uno. De hecho, siempre que hablaba de mí decía tan solo "Luke" o "mi amigo Luke" lo cual era desesperante.
Sí, nos habíamos dicho que nos gustábamos hace unos dos meses atrás, y nos habíamos besado un par de veces más... pero de ahí no pasó nada.
Supongo que lo que él quiere es sólo una persona con la cual hacer cosas de novios, pero sin compromisos. En pocas palabras, un amigo con derechos.
Si tan sólo supiera que mi amor por él era tan real como el brillo de las estrellas de esa noche, lo cual en plena contaminación parecía imposible.
Salí de la habitación y me encontré con Michael al final de las escaleras, sentado en el último escalón de éstas.
Me sorprendió mucho que mis padres lo dejasen entrar aún cuando lo odiaban.
—Hey— murmuré mientras bajaba.
—Hola Lukey, ¿Nos vamos? Tú casa me asusta— se levantó de su lugar.
