21. Sustancias ardiendo.

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(Bloodstream de Ed Sheeran en multimedia, dudo que se vea, pero sólo digo :v)

Me pasé casi dos semanas sin subir nada :( jdldnd perdón, estaba concentrada en mis otras historias, por cierto, lean Empty :v es bella :v #justsaying *gringa*

Ésta está casi terminando:'D (ya quiero que termine :v me saca dolores de cabeza) y yo sólo quiero agradecer que ya son 5K leídas ♥♥ jdiwjiw ustedes son unas hermosas críaturas de satán, mil gracias

Intentaré hacer esto breve, porque tengo muchas ideas y creo que si las plasmo todas aquí se volverá jodidamente aburrido :v
Pero bueno, sigan leshendo√

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•Luke'sPOV•

Me sorprendía lo rápido que pasaba el tiempo.

Tres meses habían transcurrido y todo iba en un punto exacto entre mal y bien. Peleas, deudas, reconciliaciones, dolores de cabeza, problemas...

Ese día se encontraba nublado. Con una hora temprana en el reloj decidí salir para comprar el almuerzo mientras Michael dormía. La noche anterior habíamos estado hasta altas horas de la noche en casa de Calum, tomando. A eso de las 3:30 am el chico se quedó totalmente dormido, por lo que Michael y yo decidimos retirarnos.

No quería ni imaginarme como nos veíamos andando por la calle, completamente alcoholizados y de seguro bramando incoherencias. Tuvimos suerte de que no nos detuvieran.

Realmente no recordaba la última vez que estuve en mis cinco sentidos. Cada día despertaba con dolor de cabeza, náuseas y una estúpida sensación de vacío al no recordar nada de lo que hice la noche anterior. Si yo fuese una chica, seguramente tendría ya dos o tres hijos, quizá.

Las sustancias ardiendo en mi piel se quedaban durante horas y horas, haciéndome sentir como un estúpido zombie. Las odiaba, pero sin embargo las consumía.

Salí del departamento, andando por el corredor hasta el viejo ascensor. La anciana dueña del lugar se cruzó en mi camino, recordándome que aún debíamos algunos meses de renta. Tuve que excusarme con que se lo daría al día siguiente, una mentira que me gustaba usar con aquella mujer ochentona que seguro ya ni recordaba su nombre.

Caminé algunas cuadras hasta un pequeño negocio de café y postres en el que se ofrecían cosas realmente deliciosas. Habría usado el auto de Michael para llegar hasta hayá, pero hace unas semanas unos tipos de traje vinieron con la estupidez de que ese automóvil era propiedad de los señores Clifford, por lo que lo tomaron. En verdad que nuestros padres no descansarían hasta vernos en la calle.

Corrí la puerta de vidrio con desgane y entré. La chica que atendía me miró de inmediato, poniendo una expresión extrañada en el rostro. No la culpo, seguro cuando vio mis ojeras, ropa de mierda y piel de auténtico muerto pensó en llamar a la policía.

Mis párpados se encontraban un tanto caídos, por lo que seguramente parecía un estúpido chino.

-Dos cafés para llevar- mencioné mientras dejaba sobre el mostrador algunos billetes, los cuales no sabía exactamente de donde habían salido.

-¿Algo más?

Me quedé pensando durante unos segundos, mientras presionaba mi sien. -Y dos muffins.

La chica castaña asintió, y luego se dirigió en otra dirección. Decidí sentarme para esperar. Comencé a morderme las uñas, mientras observaba a todo rincón del lugar. La mirada de una de las personas que se encontraban ahí llamó mi atención.

La mujer me observaba de pies a cabeza, mientras charlaba con otra a la que pude reconocer enseguida. Mi madre.

No pude tener peor suerte cuando ella volteó a mirarme. Parecía algo desconcertada, no sabía si lo estaba por verme después de tanto tiempo, o por encontrarme en aquellas condiciones.

√born to die •muke•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora