•Michael's POV•
Esa mañana desperté con mi tradicional mal genio de mierda. Fuí directo a la cocina porque si no comía algo, ésto se pondría peor.
Me sorprendí bastante al ver a mis padres sentados sobre la mesa. No los veía desde hace aproximadamente tres días seguidos, seguro habían estado en algún estúpido viaje.
Aún cuando pasé frente a ellos, no tuvieron ni un poco de decencia de saludarme, o de mencionar un 'buenos días' para su hijo.
No, en cambio estaban metidos en sus computadoras portátiles, seguro revisando uno de sus tantos negocios.
—Hey— murmuré tratando de ponerlos otra vez sobre la tierra.
—Oh, Michael— mi padre levantó la mirada apenas un segundo para luego regresarla a su computador. —¿No deberías estar en la escuela?
—No, entro en media hora— dije y luego le dí una mordida a la manzana que ahora tenía en las manos.
—Me dijeron que tu auto ya está arreglado— mencionó mi madre. —No seas flojo, ve por él al taller— mantenía la mirada sobre la pantalla, como si al voltear a mirarme la computadora fuese a salir corriendo.
Rodé los ojos. Bien, al menos mis días de caminar terminarían al fín. —Como sea, nos vemos luego— dije y me dirigí a mi habitación para cambiarme de ropa.
Me puse una playera con el logotipo de Rolling Stones, pantalones con aberturas en las rodillas y unas botas, nada nuevo.
Salí de casa acomodándo mi cabello de tal manera que quedara despeinado y sin forma alguna, así me gustaba. Puse la mochila sobre mis hombros y comencé mi camino.
Crucé algunas cuadras hasta el taller de autos. Ya ahí, pagué el arreglo de mi automóvil y después me subí dirigiendome al instituto.
Dejé el auto en el estacionamiento y me adentré en esa carcel, digo, escuela.
La única persona con la que me llevaba bien ahí, era Luke, los demás sólo me sacaban de quicio con sus comentarios idiotas. En algunas ocasiones había defendido a cierto rubio de éstos.
Una vez, un tal Nick -que al parecer no se cansaba de cagarnos la existencia- le dijo maricón, a lo que yo respondí tan sólo acercándome y mencionando: "Ve a joder a tu madre, pequeño imbecil".
Tanta fué su cobardía que se quedó callado y se alejó lo más que pudo de mí. Claro, le gustaba tocarme los cojones y no esperaba que alguna vez fuese a callarle la boca. Pero eso no era nada a comparación de lo que era capaz de hacer sólo para que Luke no se pusiera triste por lo que le decían los demás.
Últimamente me satisfacía verlo feliz, me gustaba que mostrara su sonrisa todo el tiempo, sólo porque era demasiado hermosa. Me gustaba que fuese tan tímido y educado, que contara malos chistes para que yo quitara mi cara de aburrimiento en clases, que sintiera inseguridades consigo mismo, que amara las mismas bandas de mierda que yo, que siempre quisiera seguir las reglas...
En conclusión, me gustaba todo de él.Me dí un golpe mental por llevar tantas cursilerías en la cabeza, jamás creí quedar así por alguien.
Puse los pies sobre la tierra abriendo mi casillero. Buscaba el libro de química mientras comenzaba a tararear una canción de All Time Low que había estado escuchando en el auto de camino a la escuela.
—Hey, Michael— escuché la voz del ya mencionado rubio por detrás de la pequeña puerta del casillero. Lo cerré y me encontré con su bello rostro siendo iluminado por esa sonrisa, incluso creí que el sol había vuelto a salir en este día nublado.