XIX

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EMILIO

La incomodidad que sentia en todo mi cuerpo, me hacia darme cuenta que había dormido lo suficiente. La luz brillante del sol encandilaba mis ojos; obligándolos a abrirse y cerrarse repetidas veces. Me voltee al lado contrario de la ventana; para acostumbrarme a la luz, pero al ver que Joaco no se encontraba a mi lado me levante de golpe. 

Me senté sobre su cama, buscándolo por cada lado de su habitación; el reloj que colgaba en su pared marca las doce la tarde con cuarenta minutos. Habia faltado a la escuela; con tal de dormir, lo cual era aceptable; después de la dura madrugada que tuvimos, me quede a dormir con Joaquin; ninguno tenia sueño, solo nos quedamos abrazados; al rededor de quince minutos. 

Hasta que el comenzo a llorar, sabia porque lloraba; sabia que el tambien había sufrido, no dije nada; simplemente deje que mis sentimientos y emociones se expresaran; así que lloramos juntos. Ninguno dijo nada; pero nos abrazábamos fuerte mientras llorábamos juntos. Al rededor de las cuatros con treinta minutos Joaquin se volvió a dormir en mis brazos. 

Yo por otro lado no podía; me quede despierto hasta las seis de la mañana, solo cuidando los sueños de Joaquin. Al parecer mis padres comprendieron la situación; tal vez por eso no me despertaron para ir a la preparatoria, por que de haber sido por una babosada; son capaces de despertarme con un balde de agua fría.

Un ruido en el baño de la habitación; me asusto por unos instantes, hasta que Joaquin salió de este secando sus manos con una toalla pequeña. Cuando me miro sonrió de una manera cansada.

-Buenos dias- Dijo mientras se sentaba en la cama. 

-Bue-nos di-as- Dije tosiendo, no me había percatado del horrible dolor de garganta que tenia.

-¿Te duele la garganta?- Asentí con la cabeza. Acerco su mano a mi frente tocándola; al igual que mis mejillas- Andas irritado, como que te quiere entrar calentura; deja voy y le digo a mi mama para ver que darte, ahora vuelvo- No me dejo responder, pues se fue lo mas rápido que pudo del cuarto.

Me quede unos segundos en la cama sentando, viendo todo a mi alrededor. Aunque no dure mucho en ese lugar, pues las ganas de hacer pipi me invadieron. Camine sintiendo el frio suelo; recordando que apenas unas horas ese frio suelo era lo de menos importancia. 

Abrí la puerta del baño, mientras prendía la luz al mismo tiempo;  cuando logre entrar cerré la puerta con seguro. Me quede unos instantes solo visualizando en baño completamente, rara vez entraba tanta luz en el baño de Joaco; siempre le gustaba tener la pequeña ventana cerrada con cortinas, a diferencia de hoy que estaban abiertas y el aire corría por ella.

Me acerque a la pequeña ventana, cerrándola con las cortinas; para poder hacer mis necesidades. Al terminar lave mis manos con jabón y agua; y las seque con un trapito que Joaquin tenia. Apague la luz, para salir del baño. 

Al estar completamente afuera, la mama de Joaquin al igual que Joaco estaban sentados en su cama con un termómetro y un frasco de medicina.

-¿Que te sientes mas Emilio?- Pregunto la señora Gress. Yo asentí ligeramente con la cabeza.- ¿Andas descalzó con este frio?- Pregunto viendo mis pies.

-A-ayer sal-i corriendo y-y no me i-mporto andar des-calzo- Conteste. 

-Ven siéntate; lo que menos necesitas es estar tocando el suelo en estos momentos- Me acerque a la cama de Joaquin, hasta lograr sentarme- Joaco, hijo- Llamó Eli a Joaco- Se bueno y préstatele un suéter y unas calcetines a Emilio-

-Si madre- Se levanto de la cama dirigiéndose a muebles donde guardaba su ropa.

-A ver Emilio, deja te checo la temperatura- Asentí con la cabeza, y coloque el pequeño termómetro por dentro de mi camiseta; en mi axila, la señora Gress prendió el pequeño aparatito y nos quedamos esperando a que sonara.- ¿Quiere te o café? para que la garganta y tu estomago estén calientitos-

-Ca-fe- 

-Ok, ahorita te hago un café; ¿Con dos de azúcar?- 

-Por fa-vor- 

El termómetro sonó para avisar que ya había calculado mi temperatura. Me quite el aparato de mi brazo; y me tape nuevamente mientras entregaba el termómetro a Eli. Ella se quedo unos instantes viendo y hizo una mueca. 

-tienes 39,5 si tienes calentura; te voy a traer trapos mojados y le voy a hablar a tus papas ¿Ok?- Asentí con la cabeza- Joaco te lo encargo ahora vuelvo- 

-Si ma- Eli salió de la habitación dejando un frasco de medicina sobre el escritorio de Joaco- Toma un suéter y calcetines- Dijo Joaco extendiéndome las cosas.

-Gra-cias Amor- 

-De nada...- Se sentó alado mío, viéndome atentamente a cada movimiento que hacia; mientras me ponía los calcetines, sentí como sus dedos comenzaron a acariciar mi cabello. Solté un leve suspiro con una sonrisita. Tome el suéter que Joaco me había prestado; y me lo coloque sintiendo un poco mas de calor en mi cuerpo.- Ven vamos a acostarnos- Voltee a verlo y asentí. 

El se acostó recargando su cabeza en el respaldo de la cama,  y extendió uno de sus brazos para que me acomodara en su pecho. Me acerque a el, y me posicione entre su brazo y pecho. Cerro su brazo para abrazarme; y se acurrucó en mi cabeza.

-Te amo Mily...- 

-Y-yo mas- Dejo un beso en mi cabeza, y me arropó con la cobija de pingüinos que tenia desde hace casi tres años. 

-Soñé otro final para mi historia- Soltó. 

-¿L-la quin-ta esta-cion?-

-Sip, esa misma- 

-¿Cam-bia-ras el fi-nal?- Pregunte subiendo mi mirada a sus ojos. 

-¿Quieres que cambie el final?- Susurró viendo mis ojos. Lo pense por unos segundos, descifrando sus ojos en busca de una respuesta de su parte.

-No...Porque- Susurré mientras observaba sus ojos los cuales me mirabas con un brillo muy hermoso-...E-sa no es nues-tra his-toria- 

-¿Estas seguro?- Pregunto en susurró. 

-Si...-Susurré.- Se...Que la lu-na cumpli-ra la peti-cion que le hi-ce- 

-¿Que le pediste?- Pregunto en susurró. 

-Que me deja-ra ena-morarte- 

-Creo que ya cumplió esa petición- Ambos reímos bajito-  Solo falta que cumpla la que hicimos juntos- 

-¿Cu-cual?- Pregunte. 

-Que nos dejara perdernos en ella...¿Lo recuerdas?- Asentí con la cabeza.- ¿Nadie nos va a separar Mily?- Pregunto con una voz muy bajita. 

-Nadie mi amor- Conteste igual que su voz. 

-¿Porque susurramos?- Pregunto entre risas.

-No lo se- Rei- Tu, empezaste- Nuestros ojos conectaron con una sonrisa. 

-Tu siempre me dices cosas bonitas Mily...¿Puedo decirte una yo?- 

-Claro- 

Se acerco a mi oído y la susurro, provocando que mi piel se enchinara; y un escalofrió recorriera cada centímetro de mi cuerpo. Se alejo con mucha delicadeza de mi oído, mientras yo lo miraba como la cosa mas hermosa del mundo. Se acerco a mi rostro, y unió nuestros labios en un tierno beso; ambos tomábamos la mejilla del otro, para no sepáranos.  Era como si nuestros labios danzaran al mismo compas y amor. Solo se escuchaban leves suspiros y chasquidos cuándo nuestros labios se separaban por diminutos segundos. 

Se separo ligeramente de mi jalando mi labio inferior; con una sonrisa traviesa. Cuando nos vimos a los ojos ambos estábamos sonrojados ; y con una sonrisa enorme. Aun que su rostro después de unos segundos demostró preocupación y angustia. 

-¿Q-ue paso?- Pregunte asustado. 

-Que ahora yo me voy a enfermar- Nos vimos a los ojos, y nos empezamos a reir. 

¨Te amare; hasta que la luna deje de iluminar y las estrellas de brillar.¨
-Con amor Joaco

La Quinta EstacionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora