｡˚Yeonjun es un chico que usa crop tops, mini faldas y demás accesorios como "uniforme" en su trabajo de: Stripper, en un club nocturno en el que una de esas tediosas noches un pelinegro llamó su atención, él no lo veía con deseo, lo observaba quer...
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Si bien antes Yeonjun no podía dormir bien debido a todos los problemas que vivía, en la actualidad dormía como un bebé debido al cansancio.
Le hubiera gustado que ese fuera un día normal, de serlo ahora estaría durmiendo pacíficamente embozado en su edredón bien calentito.
Pero...
En cambio eran las dos de la madrugada y seguía viendo su techo pensando mientras en la otra almohada de su cama tenía la margarita. La miraba de vez en cuando y pensaba aún más como si intentara descifrar lo que la pequeña flor significase.
—Ah... debes estar bromeando.
Negó muchas veces y enterrando su rostro en su cama intentó dormir.
Al menor le dieron las cinco de la mañana, si bien se había desvelado para terminar el horario de sus alumnos había terminado con eso a las dos y ahora estaba sentado cerca de su ventana viendo como el cielo iba aclarando.
Tenía una taza de té en sus manos creyendo que calmarían sus nervios pero... no estaba funcionando.
Se recostó en el respaldo que era su pared y pensó.
¿En qué se había metido?
Por fin dejando eso de lado, terminó con su té y se fue a dar un baño.
Llegó rapidamente a su trabajo y se quedó en la sala de profesores ayudando a decorar unas letras.
Iban a ser las ocho y se sentía molido, completamente muerto. No había hecho nada pero el estar pensando lo dejó totalmente ido, sentía como si su cabeza hubiera sido golpeada una y otra vez.
Al entrar en su salón lo primero que vio fue Hyunjoon bailando encima de su mesa.
Soltando un suspiro se adentró.
—Bájate de ahí Hyunjoon.
—Estoy bailando como mi tío—para ser un niño siguió moviéndose seductoramente. Soobin no lo vio de esa manera pero le parecieron extraños los movimientos.
Lo tomó por las costillas y lo dejó en el piso.
—¿Hablas de tu tío de siempre?
Asintió feliz.
—¡Quiero ser como él! Es tan genial y se viste muy bien—habló emocionando.
—¿En serio?—sonrió—¿Cómo se viste?
—Mmm... pues, usa shorts y camisas hasta acá—señaló sus costillas con normalidad.
—Espera... ¿Hasta dónde?—preguntó anodado viendo al pequeño castañito.
—¡Ah! Y baila en esos lugares oscuros Mmm... no sé su nombre pero ¡Quiero bailar allí!—Luego de dar unos brinquitos se fue feliz a molestar con sus amigos.
