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- ¿Podrías dejar de tocar a mi novio?
El alto relajó sus facciones, apretó la mandíbula y logró sacarle un chillido a Yeosang cuando presionó más su cadera- No lo sé... Tengo órdenes de llevarlo conmigo
- ¿Quién?
- Mi je-
- Te preguntó. Me importa tres culos lo que tengas que decir, sueltalo ahora
Dejó salieron un suspiro antes de liberar al castaño- Perdón perdón, fue una broma de mal gusto, no sabía que tenía pareja -mostró una gran sonrisa mientras alzaba sus manos hasta la altura de su rostro
Jongho tomó la mano de Yeosang y tiró de el hasta dejarlo atrás de su espalda-Lárgate antes de que te rompa la cara -A pesar de que la altura tenía una gran diferencia a Jongho no le importó
El alto dejó escapar una pequeña risa antes de asentir, se agachó un poco y miro a Yeosang- Bonito, espero verte en otro momento -le guiño un ojo y luego se fue.
El pelinegro vió como el hombre entraba en su vehículo y se marchaba. Se dió la vuelta y sostuvo el rostro del más bajo en sus manos- ¿Estás bien? ¿Te hizo algo? -habló rápido pero Yeosang no le respondía, tenía la mirada perdida y eso asustó a contrario- ¿Bebé...?
- E-estoy bien... Solo quiero irme a casa
Acarició las mejillas con sus pulgares, asintió levemente para luego abrazarlo sin mucha fuerza- Tranquilo, te llevaré a tu casa y-
- No...
- ¿Que?
- Q-quiero ir a tu casa, yo... Quiero estar contigo Jongho
Sonrió con ternura, besó su frente y luego deslizó sus manos rompiendo el abrazo para poder tomar su mano derecha- Todo lo que quieras
Mientras el y Jongho caminaban, Yeosang recordaba todo lo que aquel hombre dijo; ¿Como es que sabía su nombre? ¿Quien era ese jefe que lo quería ver? ¿Lo verá otra vez? ¿Debería decirle todo eso a Jongho?
En cambio Jongho miraba a su pareja metido en su mundo otra vez, hace unos minutos que estaban en su vehículo y Yeosang aún no decía nada. Al menos Jongho sabía algo, no dejaría a Yeosang solo
☁️⭐️☁️
El sonido de aquel látigo impactando contra la piel de aquel que gritaba y suplicaba perdón era música para sus oídos. Jadeaba, suspiraba e incluso gemia al escuchar las quejas de el otro
