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-¡Mierda! -Yeosang se tiró al suelo cuando escuchó aquel ruido, cubrió su cabeza con sus manos y cerró sus ojos con fuerza antes de gritar -¡No tengo nada de valor, ésta casi ni siquiera es mía, la tomé prestada y-y-y no les darán nada por mis órganos!
Soltó un chillido cuando escuchó que uno de sus jarrones se quebró y luego un gruñido. Extendió su mano tocando la parte superior de la pequeña mesa del centro sin poder ver correctamente; tocó de aquí para allá tratando de alcanzar su teléfono y cuando lo sostuvo cantó victoria en su interior.
Con sus manos temblorosas desbloqueó el teléfono y marcó con velocidad el número de la policía y justo cuando estaba por presionar la tecla para llamar su teléfono solo... -¡Tiene que ser una broma!
Tiró a cualquier parte su teléfono descargado y buscó ese objeto que lo protegería. Se levantó con cuidado y luego se dió la vueta cuando contó hasta tres gritando “¡Yaaaa!” grande fue su sorpresa al encontrar a Mingi apoyado contra una de sus mesitas y a su lado el jarrón quebrado -Soy yo...
- ¡¿Mingi que demonios?! ¡Casi me das un infarto!
- Lo siento... ¿Puedes bajar esa cuchara?
- ¿Hablas de mi arma mortal? No, no la bajare, aun estoy en peligro -Acomodó la cuchara a la altura de su rostro como si se preparara para golpear una pelota de béisbol
- ¿Crees que voy a hacerte algo? Por favor Yeosang, solo baja eso
- ¿Te da miedo mi arma mortal?
- No, pero pareces un loco en esa posición
Yeosang bufo y bajó la cuchara dejándola junto a su plato en el mueble; tomó el control remoto y apagó el televisor. Rodeó el mueble y se colocó frente al custodio con las manos cruzadas -¿Que es lo que quieres?
- Yo... No me siento bien, necesito tu ayuda
No respondió nada y caminó a la cocina. Mingi se extraño de que éste no preguntara por su estado o por que en su casa y no en un hospital... Ni siquiera preguntó cómo entró
Yeosang salió de la cocina con una bandeja con comida y un vaso de jugo -Tienes suerte de que preparé mucho arroz... Primero ponte de pié
Mingi hizo una mueca y se apoyó de su rodilla y piso; poco a poco se fue incorporando hasta quedar frente a frente con el humano -No creo que la comida me ayude
- Cállate y sígueme -con una mano libre tomó la muñeca del alto y lo llevó con el hasta el sofá -Sentado
- ¿Ahora soy un perro?
- Tal vez, ladra un poco
Mingi rodo los ojos y tomó asiento en el sofá, pocos segundos después yeosang le pasó la bandeja de comida y se sentó a su lado -Insisto, la comida no va a ayudarme
