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Caminó entre la oscuridad guiado por el camino rojo bajo sus pies, sintió el primer escalón y bajó sin miedo por la escalera de espirales. Con cada paso que daba el viento helado y el calor insoportable lo tocaron. Sintió caricias en sus mejillas y cuello, caminó y caminó hasta que las voces que ya eran familiares para el comenzaron a retumbar por el lugar
"¡Grita! ¡Quiero escuchar como gritas!"
"Ayudame..."
"Volviste ¿Podemos jugar ahora?"
Negó dos veces al escuchar esas voces ¿De verdad eran sus pensamientos o Lucifer lo engaño para poder persuadirlo mejor?
Llegó al final de la escalera y el sonido del viento le indicó que llegó a su destino; dió su último paso antes de caer al vacío, las risas, gritos y llantos se escuchaban débiles mientras su cuerpo descendía, el viento helado se convirtió en uno tibio luego se fue calentando más y más y más hasta que los ojos de Hongjoong pudieron contemplar los colores del fuego y la lava... Al fin llegó al infierno
☁🌟☁
- Encuentren al chico
Los dos hombres comenzaron a buscar por los cubículos vacíos; pateaban las puertas con fuerza logrando que Yunho temblara con cada golpe. Uno de ellos señalo la que quedaba y justo cuando pateó la madera el grito de Yunho lo delató
- T-tienen que pagar por la puerta rota...
Los tres hombres voltearon a ver al conserje que los ayudó a entrar y uno se acercó con lentitud -¿Enserio?
-Y-yo... Hablaré con el geren-
- ¡No! ¡sueltame! ¡Para! -Yunho gritaba y pataleaba para que aquel hombre lo soltara.
- Voy a llamar a la policía
- Claro, aquí está mi teléfono... -Le extendió el teléfono con un semblante serio y el conserje tembló
- !Ayúdame! ¡Por favor ayudame!- El hombre jaló más de su brazo y cubrió su boca para evitar que siguiera gritando.
Otro que quedaba en la puerta vigiló el interior del restaurante para asegurarse que todos estén ajenos a lo que ocurría en el baño.
Yunho dejó de gritar y patalear cuando sintió el puño del hombre impactar contra su estómago; su cuerpo se inclinó hacia adelante gracias al impacto y sus piernas temblaron. La mano que sostenía su boca la dejó libre cuando se pudo comprobar que Yunho ya no iba a gritar. El pobre conserje fue acorralado mientras Yunho lloraba en silencio "Esto no era parte del contrato..." Pensó el empleado
- Y recuerda chico, si no quieres morir no dirás nada de ésto -el conserje casi llora al escuchar la amenaza y solo puedo asentir con exageración; corrió fuera del baño una vez liberado pero gracias a sus torpes pasos chocó con una mesa donde dos hombres negociaban