DOS

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Onji termino su reunión hablando de la escuela y unos exámenes, Aang al ver que aún quedaba algo de tiempo antes del atardecer siguió vagando por la ciudad, pensando en la historia del príncipe y preguntándose qué tan verdadera seria, había comprobado la agresividad del príncipe pero aún le intrigaba el resto.

Se detuvo cuando vio una librería, se quedó unos segundos contemplando la fachada antes de entrar, tenía un poco de dinero y pensaba invertirlo bien en un buen libro. Busco entre los estantes algo que llamara su atención, nada era realmente interesante hasta que llego a la parte atrás del lugar. Seguían siendo las mismas estanterías pero el contenido de los libros era un poco diferente, era un romance que no era muy bien visto en la Nación del fuego. Aang no se resistió a tomar uno de esos libros y salió lo más rápido que pudo del lugar, la novela que había comprado en particular hablaba del romance de dos varones, todo un amor prohibido.

Camino sin prisa por la ciudad, estaba a punto de anochecer y estaba tan entusiasmado con su libro nuevo y el regalo del monje Gyatso que apenas noto como los guardias parecían más nerviosos y habían aumentado su número, sobre todo cerca de las puertas. Camino lejos de las grandes salas y habitaciones que frecuentaba la familia real, quería tomar el camino más corto hasta su habitación pero estaba tan distraído que no escucho los pasos que se aproximaban a él y justo cuando dio la vuelta en un corredor choco con alguien que casi hace que tire su libro; ni siquiera pudo decir algo cuando la persona con la que choco lo azoto contra la pared y le tapó la boca.

Apenas pudo levantar la cara y termino topándose de frente con una mascara de demonio azul, que le dio escalofríos, quiso apartarse lo mas que pudo de esa mascara y bajo la cabeza casi asustado, pero inmediato descubrió que eso fue una mala idea, porque la persona frente a él, era un hombre que llevaba un traje negro bastante entallado que dejaba ver no solo la musculatura de sus brazos y su pecho si no un poco mas abajo, también se pudo percatar que llevaba dos espadas. Aang finalmente cerro fuertemente los ojos, en ese momento escucho los pasos de los guardias que deambulaban por el castillo, entendió un poco porque lo atacaron y solo cuando el silencio volvió a reinar en el lugar el extraño se alejo de él. Pareció observarlo atentamente mientras Aang aun temblaba de miedo.

-Ni una palabra a nadie – Aang sin mirarlo directamente asintió con la cabeza abrazando fuertemente el libro contra su pecho. El extraño pareció satisfecho y desapareció corriendo entre los pasillos.

A Aang aún le temblaban las piernas y camino lentamente de regreso a su habitación, hasta que estuvo cerca de llegar y uno de los guarias lo tomo fuertemente del brazo, Aang soltó un grito de sorpresa que hizo que el guardia lo soltara inmediatamente y Aang retrocedió un par de pasos con miedo.

- ¿Qué hace aquí?, podría ser peligroso – pregunto casi asustado el guardia.

-Solo regrese de mi primer día libre, llegue poco antes del atardecer pero oscureció antes de que pudiera llegar a mi habitación.

-Luce nervioso, ¿Esta bien?

-Si, usted me asusto ¿que esperaba? – dijo Aang sin levantar la mirada.

-Lo lamento, estos días alguien se ha querido infiltrar al castillo, algunos dicen que es el espíritu azul, pero no parece ser mas que un hombre disfrazado, ¿ha visto algo así? – Aang solo negó con la cabeza sin animarse a decir nada.

-Parece ser un hombre peligroso, por favor tenga cuidado – Aang asintió con la cabeza antes de volver a caminar con direcciona su habitación.

Llego sin ninguna sorpresa mas, cuando pudo sentirse seguro en el pequeño cuarto cuando cerro la puerta con seguro, apenas pudo prender la vela que había en su habitación, sintiendo que las manos aun le temblaban y solo después de eso se dejo caer sobre su cama. Vio entonces el regalo que había dejado olvidado aquella tarde y sin querer esperar mas, acerco la vela lo mas que pudo a su cama y desenvolvió el regalo; resulto si ser un libro pero no tenia nada escrito en la cubierta y algo confundido Aang lo abrió encontrándose con una carta en la primera hoja, la abrió cuidadosamente y se sorprendió por su contenido.

Una historia tan vieja como el tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora