然 𓏲 ⁜ ( 𝓕𝐎𝐑 𝓣𝐇𝐄 𝓣𝐇𝐑𝐎𝐍𝐄 ) ༞ ⍣ 𓄼∴
⇰ ❝ A distant army was marching through the night and the day. I swore an oath and with my life i would pay, spare my blood and i can hold my breath for another day, but it was...
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CHAPTER ONE
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Aleanna Tyrell se despedía de Altojardín con un sentimiento agridulce. Las despedidas eran así, y esta se sentía como la primera de muchas. Los recuerdos la invadían y sus orbes índigo se humedecían, recordando cada rincón de aquel bello castillo en el que había crecido. Recorría a paso lento los amplios pasillos de mármol, observando por última vez los bellos cuadros que adornaban sus paredes y los finos acabados. Cada mañana solía caminar del brazo de sus hermanas, cotillear en compañía de sus más confiables doncellas mientras estas la adulaban por la cosa más simple que dijera o hiciera con extremo refinamiento, hasta llegar al jardín y tomar el té acompañado de pastelillos, deleitándose con el primer sol del día y la melodía de los pájaros.
«Despídete adecuadamente de Altojardín» la voz firme pero con matices melancólicos de su madre retumbaba en su cabeza desde la luna anterior. Tenía que despedirse de su hogar pues su destino yacía en otra parte, lo único que había anhelado desde que tenía uso de razón. Desembarco del Rey era el único futuro que podía concebir, a lado de su príncipe dragón. Había escuchado maravillas del heredero Targaryen, el hombre más atractivo y galante en los siete reinos, aunque con un espíritu melancólico; brillante y dominante en todo aquello que se propusiera, un habilidoso caballero, músico excepcional y virtuoso con el arpa, se decía que sus canciones hacían que las mujeres lloraran al escucharlas. No había más honor para Aleanna que ser su reina, su esposa y la madre de sus hijos.
Un sirviente que llevaba años sirviendo a la casa Tyrell apareció en su campo de visión, inclinó la cabeza en un gesto de respeto y le avisó que su señora madre la esperaba en el muelle. Aleanna observó por última vez Altojardín, grabándose la imagen del que era su hogar, esperando que dentro de unos años pudiera recordarlo. La despedida con sus hermanos fue sentimental a pesar de ser efímera, los extrañaría tanto, sobretodo a su pequeño sobrino Willas al cual adoraba. Incluso la población de Altojardín había salido de sus hogares, los niños amontonado en las estatuas y filtrado en los escondrijos, mientras los más viejos aplaudían. La familia Tyrell era conocida por ser generosa con su pueblo, cuando hacían presencia en la ciudad mandaban a los criados a arrojar toda clase de monedas.
