-¡¿Qué?!-El castaño se cubrió las mejillas, poniéndose como un semáforo en rojo rápidamente.-¡¿Qué tiene puesto?!-Desvío la mirada.
-¿Qué te pasa?-Takano se acomodó el cuello del suéter de un color marrón amarillento que tenía puesto, confundido de la actitud del castaño. Acababa de salir de la ducha así que aún tenía el cabello algo húmedo.
-Es qu-que...-El menor balbuceaba en el sofá, jugando con sus manos. Estaba terminando de revisar un manuscrito en la sala cuando se había percatado de la apariencia del pelinegro.
El mayor alzó una ceja, sin entender qué le pasaba esta vez a su subordinado. A veces su "no" novio podía ser alguien muy complicado y él no daba para comprender todas las estupideces que pasaban por su pequeña cabecita, así que decidió ignorarlo por el momento e ir a secarse el cabello primero.
Entró al baño, dejando al sonrojado y nervioso Ritsu atragantarse con sus propias palabras en la sala de su apartamento. Tomó la toalla con sus manos y se miró en el espejo por un momento, antes de colocar la toalla en su cabeza.
-Ah...-Sonrió de lado, dándose cuenta del por qué Onodera estaba tan nervioso.-Saga-senpai*...-Se jalo el flequillo hacia abajo, manteniendo aquella apariencia tan similar a la que tenía cuando era adolescente.
Se secó rápidamente el cabello, peinándoselo hacia abajo como solía estar antes de que entrara a la universidad.
Como solía estar antes de que Ritsu lo abandonara...
-Sen-... Takano-san.-El pequeño se mordió la lengua antes de decir la peor tontería de su vida. Si llegaba a llamar Senpai a Takano, su muerte estaría asegurada. La muerte suya y la de su trasero.
-¿Senpai?-Los hombros del pelinegro temblaban ligeramente, no pudiendo aguantar la risa al ver la gran vergüenza que estaba pasando el menor.
Ambos se encontraban en la sala, Takano al frente de Onodera, cada uno revisando sus respectivos manuscritos. Sin embargo, para el castaño no había sido tarea fácil ignorar al mayor. Es que... le traía muy malos recuerdos. La verdad, creía que su jefe tenía razón, él había suprimido los buenos momentos que paso con Senpai. Como si lo único bueno fueran sus propios sentimientos, como si él no lo hubiera golpeado por una bobería y luego abandonado de la nada.
Como si el culpable de todo el sufrimiento que paso no fuera él mismo. Se sentía tan estupido, diez años que perdió odiando a una persona que no dejaba de afirmar que lo amaba desde siempre. Aún así, había partes que sí recordaba bien y no eran precisamente color de rosa.
-Sabes...-Exclamó Onodera, ocultando su rostro con los documentos.-Nunca te disculpaste conmigo.-Se sonrojo, fingiendo prestar atención al manga que estaba corrigiendo.
-¿Disculparme?-Takano bajo sus gafas por el puente de su nariz, viéndolo con una ceja levantada.-¿Por qué?-Dejo las hojas en la mesa.
-Por haberme dicho que te da-daba asco...-Su mirada se dirigió hacia sus manos, sintiéndose deprimido al recordar la escena que había quedado grabada en su mente.
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El pequeño Onodera➖Sekai-Ichi Hataukoi➖
Random¡Oh no! Onodera ha sido hechizado por una bruja, pero para Takano es un regalo. Tal vez, consigamos la tan esperada confesión. ➖➖➖➖➖➖➖➖➖➖➖➖➖ Aclaraciones: ⚠️ Los personajes pertenecen a Shungiku Nakamura. ⚠️Basado en el manga y anime: Sekai-Ichi H...