Capitulo 36. "La nueva reina de las bromas" (Últimos Capítulos)

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Capítulo 36 (Últimos capítulos)


Kendall's POV.

-Bien, espero ésto no te moleste, es costumbre - Habló Dylan, le miré confundida y él empujó estruendosamente las puertas del comedor, provocando que todo el mundo volteara a mirarnos. Suspiré sonoramente, mi plan de entrar sin llamar la atención se había ido a la mierda.

Entré con la vista en alto, no había nadie en la fila así que pronto me atendieron. Una vez con la bandeja en manos, caminé a la mesa de oro. Dylan, por su parte, prefirió correr a la mesa... más bien, trotar. Rodé los ojos mientras reía, sabía perfectamente por qué lo hizo. Eres un competitivo, Dylan Green.

Me senté, notando murmullos por parte de todos.

-¡Que les den, déjenme comer tranquilo! - exclamó, y claramente todo el mundo volvió a lo suyo... hasta, que alguien azotó las puertas (de nuevo).

Jacob entró en el comedor, triunfante como siempre, creyéndose el rey del lugar. Y Kylie caminaba detrás de él, se veía muy relajada.

Una tripa interna se me revolvió, y me revolví incómoda.

-No entiendo cómo la perdonaste - La voz de Dylan llamó mi atención - Ella y mi hermano son unos aprovechadores traicioneros, mentirosos hasta el culo. Ella se abrió de piernas ante él mientras intentaba pedirte perdón, mientras yo intentaba arreglar la situación de las hermanitas Monroe.

Coloqué mi dedo en mis labios, y me giré a mirar a ambos. Jacob venía hacia la mesa, pero Kylie tiró de su brazo llevándolo a otra. Me giré a mirar a Dylan, sonriente.

Alzó una ceja, mientras un fantasma de sonrisa jugaba en sus labios. - Algo hay en esa cabecita, habla Kendall.

-El llevarme con Kylie nos da cierta preferencia para alejar al gilipollas de tu mellizo y es una aliada para ambos.

-¡Ssshhh! Hay nuevos, que no se enteren que ese idiota teñido es mi hermano. - Me reí.

-Deberías per...

-Jamás. - Sentenció - Ese idiota ya me trae harto. Se ha pasado la vida entera enojado creyendo que él debería ser el héroe porque es el mayor por unos malditos segundos. Le enojaba que yo estaba bien con Kylie y tú lo odiabas. Le enoja que yo tenga a una puta, la que sea, y él no. Por eso compartimos mujeres, es asqueroso, pero lo hacemos. - Genial. Ahora tenía que oírlo quejarse. - Es demasiado celoso.

Y creí que continuaría hablando hasta que otro azote interrumpió los murmullos monótonos del comedor. ¿Otro Green o qué carajos?

Y entró una chica al lugar, una rubia casi pálida, venía con el uniforme totalmente desaliñado y el pelo apenas peinado (o daba esa impresión). Sus ojos estaban contoneados por negro en líneas gruesas, sus labios rojos; su maquillaje resaltaba sus ojos casi grises. En cuanto se acercó a la fila, las pocas personas que habían se apartaron sin que ella lo diga o si quiera haga un movimiento.

Fruncí el ceño. - Dime que no es una prima tuya, por favor - Miré a Dylan, quien negó levemente. - ¿Entonces quién es?

-Ni la menor puta idea. - Dijo. - Pero enseguida lo averiguo. - Mientras él hacía ceñas extrañas yo miré a la chica, detallándola. En cuanto miró una mesa las personas que habían en ella se apartaron.

¡Jamás hicieron eso por nosotras! Kylie tuvo que vertir su malteada en Dylan para que ambos salieran de la maldita mesa.

Jared apareció en la mesa, mirándonos. - ¿Y para qué soy bueno? No pidan que cuente, por favor.

Fruncí el ceño, negando. - ¿Quién es?

-¿Quién? - Ambos lo miramos mal y él rió. - Taylor Momsen, no tiene tanto aquí, pero se encargó de amenazar a todo el mundo y se ha ganado el título de reina del internado,  en unos cuantos días.

Miré a la chica, elevando una ceja. ¿Ah, si? Nadie quita a las hermanas Monroe de su trono.

-Una que cree que puede llegar y quitar a las Monroe de su trono, ya veremos. - Hablé, y cuando miré a Kylie, noté que ella también lo hacía, pero en la mesa estaba William contándoles todo a Jacob y Kylie.

Si Kylie y yo estábamos lejos sólo había una cosa que pasaría, esa chica ganaría.

Y no, Kendall Monroe no pierde.

-Perdiste. Ganó el esperma más rápido. - Me dijo Emma, gruñí. - ¿Y si es de Luke?

-Emma, me acosté con él el mismo día que me hice la prueba, y son tres días de gestación, no jodas - Le dije.

-Bien. Ahora, reina del faje, ¿Quién es el padre? - Dijo.

-Edward no. Sieeempre se cuidaba. No la metía si no tenía un condón. - Hablé.

-¿Alguna vez falló? - Fruncí el ceño. - Vamos, ese chico no anda con condones a todas partes, ¿o sí? - Negué. - Ahí está.

-Tampoco es de Ethan - Hablé. - Tiene la vasectomía reversible. Se la hizo una semana antes de entrar, por sus papás.

-La vasectomía no es totalmente confiable hasta un lapso mayor a los 6 meses. - Mierda.

-No, ¡No es de Jacob! - Rodé los ojos. - Ese rubio no tiene puntería ni para el inodoro. Mucho menos para embarazar.

-Nunca se sabe.

-¡Emma! - Me quejé, cubriéndome con la almohada. - No me ayudas. Mierda. Tendré un bebé - Miré mi vientre aun plano, apartando la almohada. - Jódeme. No me gustan los niños.

-¡Tú fuiste una niña Kendall! - Me reprendió, y la miré. - Ya no hay marcha atrás. ¡No puedes abortar! - Dijo.

Emma se hizo importante para mí, yo nunca tuve una hermana mayor que me regañara, ni dejaba que nadie lo hiciera. Siempre fui la mayor, maduré, y Kylie siempre me vio como un ejemplo. Yo nunca tuve a nadie.

Ella se acercó a mí y me abrazó, apretándome contra sí. - Sé que tienes miedo, pero... todo estará bien, ¿si? - Asentí. Un bebé.

De pronto la imagen de muchos niños apareció, y todos estaban gritando, llorando y golpeándose. Había un espejo más adelante, y cuando me miré en él me asusté. Tenía unos treinta kilos más en las caderas, y un vientre como balón. Pechos enooormes caídos, y el trasero de un hipopótamo, seguro.

La ropa estaba desgastada, llena de vómito y leche seca. Mi pelo estaba desarreglado, sujetado con una pinza apenas y sin peinar. Y cuando miré mi rostró estaba con unas ojeras que fácil me hacían parecer un mapache, piel pálida, ausencia de maquillaje.

- ¡Kendall, enserio, contéstame! - La miré, sobresaltándome. - ¿Qué tienes? - Masculló.

-Tengo miedo. No quiero tener un bebé - Dije.

-¿Qué pensaste? - Se rió.

-A mí con muchos niños, unos pechos gigantes y caídos, un culo enorme, un vientre enorme, oje... ¿Qué? - Ella ya se estaba retorciendo de risa. Gruñí.

-¡Estás exagerando! - Me dijo, totalmente muerta en risa. - A ver, vamos a cambiar esa idea... ¿Qué te parece una Kendall con un cuerpo aún mejor que el de ahora - me reí - ropa de gimnasio, y al lado, una pequeña Ja...? - la miré mal - ¿Ed...? - negué - ¿Eth...? - Gruñí. - ¡Bien! ¿Una mini Kendall a tu lado?  - Suspiré. No era mala idea. - ¡Oh un pequeño niño! ¡Aaww, imagínate! ¡Un niño! ¡Dos, mellizos! - Me levanté, corriendo al baño hasta llegar al inodoro, y devolví todo lo que comí.

Me limpié con el revés de la mano y me puse de pie, jalando la palanca. Emma asomó la cabeza. - Si no te gustaba la idea me lo podías haber dicho. - Dijo. Me reí, un tanto asustada.

-¿Qué haces aquí? - Oí la voz de Dylan, e hice señas a Emma para que no dijera nada y ella asintió. Salí del baño, mirando a Dylan y él a mí.

-Vino a hablar conmigo.

-Oigan... yo ya me voy. - Me dio un beso en la mejilla y salió de ahí. Dylan rascó su nuca.

-Lo siento si la espanté. - Habló. Negué, ¿Había olvidado decir que estaba en su habitación? - ¿Qué tienes? Estás pálida.

-Nada. Estoy bien. - Le mentí. - Dylan... Dime, ¿te molesta que me siga quedando aquí? - Cuestioné. Él negó.

-Ésta foza necesitaba algo femenino, ¿qué no? - Se rió, y reí con él a coro. - Es mejor que estés aquí a que estés en ese cuarto del mal.

-Ni que lo digas - Concordé. - A ese cuarto no entro de nuevo. Me trae malos recuerdos ese lugar. Me enferma. Desearía borrar todo lo que hay en él, que desaparezca.

-¿Que se queme?

Me reí. - Sí, algo así.

-¡Entonces hay que quemarlo!

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Foto en multimedia de la nueva reina de las bromas.

Hola! Espero que les aya gustado! Faltan poco capítulos para el final, y muchooos problemas!

Voten y comenten!

Nos leemos!

Descontrol en el Internado (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora