Capitulo 6 "La mesa de oro"

7.3K 436 13
                                    

Capítulo 6.

Kendall's POV.

-¡YO QUIERO MIS GALLETAS! - reniega de nuevo Keila, Kylie sigue durmiendo como oso en la litera de abajo. Gruño y me arrastro hasta la orilla de la cama, y me lanzo.

- ¡KENDALL, NO TE MATES, NO! - Jadea y se incorpora en la cama, yo ruedo los ojos - Ah, creí que no habías aguantado.

-Aguantaré... más bien, saldré de aquí. Y no, no me mataré - negué y ella se río algo nerviosa, supongo que pensando "Que estupidez acabo de decir".

- Ahora, vamos por tus putas galletas antes de que termine yo horneándote a ti como una - señalé la puerta, luego fruncí el ceño

- ¿Cómo carajo llegaste tú aquí, eh?

-¿Ves a esa de allá? - Señaló a Emma, asentí - Seguí sus travesuras "insignificantes", y este fue el resultado.

-¿Qué travesuras? - miré a la rubia.

-Castré a mi ex. - se encogió de hombros. Solté una sonora carcajada y me acerqué a ella, extendiendo mi mano.

-¡Oh mi amor eso es todo! - exclamé muerta en risa, en la que ella se unió a mí y chocó su palma con la mía.

-¡MIS GALLETAAAAAAAS! - gritó Keila, rodé los ojos.

-¡Camina, pedazo de cristiana! - señalé la puerta de nuevo, luego miré a todas.

- ¿Cuánto falta para la cena?

-Diez minutos. - dijo Hope, gruñendo.

-Cuando lleguemos habrán pasado, si no robamos algo. Camina. - miré a Keila.

-Yo voy - dijeron Emma y Hope, asentí.

-¿Y tú hermana? ¿No la despertarás? - rio Louise, miré a Kylie. Me acerqué a ella y comencé a moverla.

-¡Fajonaaa! - dije zarandeándola. Ella gruñó.

-¡Ve a follar a alguien más! - dijo entre sueños.

-Estará bien. - me di la vuelta, Lou rio a carcajadas.

-Me quedaré con ella, no la vayan a fajar. - dijo.

-O quizá la folles tú - contraataqué. Ella miró a mi hermana y asintió, a lo que todas rieron a carcajadas.

- Suerte en la misión, camina come-galletas y compañía. - miré al resto. Todas se pusieron de pie, rumbo al comedor.

(...)

-¡KENDALL, LEVÁNTATE MALDITA SEA! - gritó Kylie, moviéndome.

-¡¡VE A DESPERTAR A TU PUTA MADRE, KYLIE!! - gruñí.

-Ustedes son unos amores al despertar - se rio Emma. Me senté, tallándome los ojos.

-Quiero galletas - dijo Keila en un puchero, todas le lanzamos una almohada. - ¡Au! ¿Saben algo, malditas? ¡Duele, una no, pero mil sí! - gruñó.

-Cállate, osito cariñosito - dije caminando hacia el baño.

[...]

Entramos al comedor, luego de las primeras horas de clases. Caminamos hacia la fila, ahora el del frente no fue el tal Luke, si no Edward. Señaló un lugar delante de él, y nos señaló a ambas. Con Kylie, caminamos hacia el lugar delante de él. Llegó nuestro turno, y como era el desayuno, pedí una malteada y una hamburguesa, eso de morirse de hambre a mí no me iba.

Comenzamos a caminar hacia la mesa donde estaban las chicas, pero me detuve. Codeé a Kylie, ella me miró y frunció el ceño, yo señalé con la cabeza la mesa de oro con una sonrisa con la cual seguramente parecía el gato de Alicia en el país de las maravillas.

Sí señores, las Monroe tienen una sonrisa para cada cosa, y esta no era precisamente de "vamos a rezar".

-¿Esa cabecita está pensando lo mismo que yo? - canturreó Kylie, me encogí de hombros y caminé hacia la mesa de oro. Puse mi bandeja en la mesa y me senté, era lo mismo. Una simple mesa.

Kylie llegó y se sentó frente a mí. Todo el lugar se quedó en silencio, miramos hacia atrás y todos estaban con las miradas en nosotras, miré hacia la mesa de las chicas -Y Josh-, Emma estaba con su celular grabando. Y lo mismo de ayer, la puerta se abrió de repente y ambos hermanos entraron. Debo insistir, el alto es lindo, mucho. ¿A quién engaño? Le doy, y no precisamente consejos. Jacob está para comer, y para llevar. Pero, es prohibido y si me acerco será para problemas, cosa que, ¡Claramente haré!

Ambos empezaron a caminar hacia la mesa donde estábamos, pero se frenaron en seco al vernos ahí sentadas. Jacob frunció el ceño, y se acercó a grandes zancadas, lanzando su bandeja en la mesa.

-¿Qué nadie les dice las reglas? Esta mesa es de nosotros. - gruñe. Su hermano llega detrás, claramente cansado.

-¿Acaso nadie les dijo que esta mesa está prohibida? - dice. Levanto mi bandeja, y supongo que ambos creen que me iré, en vez de eso miro debajo de esta.

-No tiene sus nombres, es del lugar, desubicados - digo encogiéndome de hombros. Todos jadean y coloco la bandeja en su lugar. Jacob rueda los ojos, mientras yo le miro sonriendo burlonamente.

- Quítate de acá. No saben con quién se meten.

-Qué miedo, enserio qué miedo - digo con ironía, comiendo una papita. - Mira, niño bonito, llegamos aquí primero, no pienso quitarme de aquí por tu estúpido berrinche de niño popular, ¿de acuerdo? Kylie ríe.

- Que infantiles, vamos, amores, váyanse por donde vinieron.

-¡Las que se van a ir...! - gruñe Dylan pero respira hondo - Las que se irán, serán ustedes dos.

-Quítate de aquí, niña bonita - me imita Jacob.

-¡Ay gracias! Enserio me hiciste el día con el cumplido - bromeo.

-Largo - reitera. Me levanto, Kylie me mira sorprendida por un segundo, creyendo que me iré, pero me siento en la mesa, en el centro, y cruzo las piernas sentándome como indio.

-No. - me encojo de hombros.

-Esto es una perdedera de tiempo, ¿quieren sentarse aquí? Háganlo. Pero nosotras no nos vamos - dice con sencillez Kylie.

Jacob tira su bandeja al suelo, que berrinchudo. Dylan gruñe.

-¿Acaso ustedes son sordas? Váyanse - repite de nuevo Dylan.

-¿Quién te crees que eres? - Jacob se acerca amenazante a mi rostro, casi rozando su nariz con la mía. No me intimidas, cariño.

-Kendall Monroe, recuerda ese nombre y disgústalo, ¡Digiérelo! - digo riéndome. Pongo mi índice en su frente y alejo su rostro. - Pero, ¿te digo algo? No suelo besarme con el que estoy discutiendo, ¿sabías? - me encojo de hombros.

-Esta, las dos - Dylan nos señala - ¡La pagarán! No crean que se queda así - ambos "ofendidos" se dan la vuelta.

-¡Oye! - alzo la voz - ¡Jacob! - digo, este se da la vuelta con pesadez. Yo señalo su bandeja con comida esparcida. - Eso no va ahí - niego - Recógelo, lo del berrinche de niño chiquito se te pasa, pero la pobre señora de la limpieza no merece sufrir por ello. Mueve tu lindo trasero aquí y recógelo - digo. Este se gira, totalmente cabreado, y sale del comedor.

-¡Dylan! - Kylie acelera el paso, parece arrepentida. Pero nadie ve la malteada en su mano de atrás. - Oye, yo l...- el chico tiene una sonrisa en el rostro, pero se borra cuando ella vierte el contenido en él, desde su cabello y empapando todo de él. No falta las reacciones del público - ¡Ahora sí, puedes irte! - sonríe y se da la vuelta, caminando de nuevo a la mesa.

El chico mira a todos, quiénes o ríen, o susurran, o graban.

- ¿QUÉ MIRAN? ¡LA FUNCIÓN ACABÓ, IDIOTAS! - grita y sale por donde sea que se haya ido.

Las hermanas Monroe, damas y caballeros.

Días de actualización: Martes y Viernes.

Descontrol en el Internado (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora