Capitulo 8 "Lechuga y Tomatin"

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Capítulo 8.

Kendall’s POV.

Entro hecha una furia a la cafetería.

Uno. ¡NO comí!

Dos. ¡El imbécil de Jacob fue a llorarle como nena al director!

Miré todo el lugar, Jacob estaba recostado en una mesa, hablando con un chico de cabello de colores. Valiéndome una mierda todo, caminé hacia donde estaba el rubio mal parido este, y lo empujé tomándolo desprevenido, porque se tambaleó y su espalda dio contra el borde de la mesa, y gimió de dolor. El crayón humano, una vez que me vio, se puso de pie y comenzó a salir de ahí, no sin antes regalarme una sonrisa. El rubio alzó la mirada y cuando me vio, en vez de pararse y gritarme de qué me moriré, sonrió victoriosamente y soltó una sonora carcajada.

-Deberías ver tu cara, niña bonita.

-Púdrete en el infierno, rubio mal teñido.

-¡Soy rubio natural!

-Y yo, Britney Spears. – Rodé los ojos – Eres un infantil, ¡LE FUISTE A LLORAR AL DIRECTOR!

-La infantil es otra – se puso de pie – No vuelvas a sentarte en mi mesa.

-Pondré mi culo en esa mesa cuantas veces yo quiera, ¿entendiste?

-Deberías poner el cul… Alcé el pie para darle una patada en el orgullo, pero él tuvo reflejos y detuvo mi pie, antes de darle “ahí”.

-Hey, cuidado con eso – advirtió, y giró mi tobillo haciendo que yo me diera la vuelta, para evitar el dolor. Gruñí y él pasó el brazo por mi cuello, pegándose a mí.

Este tío me quiere dar por detrás.

-Si quieres follarme primero debes pedirlo – gruñí, arañando su brazo.

-Ni que estuvieras tan buena – dijo echando una mirada, pise su pie y él gimió de dolor.

– Desde que llegaste supe que me darías problemas.

-Lo mismo digo – gruño, él agarra mis dos manos y las pone en mi espalda. ¡Mierda!

-Suéltala, Jacob. – gruñe Ed, cruzándose de brazos delante de nosotros.

-¿Y si no, qué?

-¿No puedes dejar de renegar y soltarme, pedazo de imbécil? – miro hacia atrás.

-No estoy hablando contigo, Monroe.

-Suéltala – gruñe Ed, tomándolo de la camisa y separándome de él. Miro a ambos. ¿Me voy, o los separo? Harán mierda a Edward, los separo.

-A un lado, purros fajones – los separo a ambos.

-¡Imbécil! No sabes lo que es respetar a alguien – gruñe el de rulos.

-Esta no es alguien para respetar. – contraataca el rubio.

-¡Tiene nombre!

-¡Me importa poco!

-Cállense los dos – grito – Lárgate, Green – lo miro.

-La que empezó el pleito fuiste tú.

-Me importa poco – lo imito – Y esta, no se queda así. Ahora, si tienes algo de decencia, déjame con Ed – gruño.

-Claro, por mí, fajamos cuando quieras – se da la vuelta y sigue caminando.

-¡YA QUISIERAS, URGIDO! – le grito.

-¡TE ESTOY HACIENDO UN FAVOR, NIÑA BONITA! – grita girándose, luego sigue caminando.

Descontrol en el Internado (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora