Capitulo 14 "Jacob Green"

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Capítulo 14.

Kendall POV.

-Algo me dice que Kylie no se equivocaba – murmuré una vez que nos alejamos un poco más, él se encogió de hombros y miró mi mano, dudó un momento y luego me cogió de la mano, sonriéndome de lado. Sentí mis mejillas arder y bajé la mirada, ¿qué carajo? ¿De cuándo acá me sonrojo?

-Fue… fue divertido ayer, ¿o no? – me miró, alcé la mirada, dándole a él una asesina, y asentí. Él soltó una carcajada sonora. Bien… tampoco me quejo…

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-¿Otra? – preguntó, asentí y acepté el vaso de Jared, quien luego se fue por la mirada fulminante de Jacob. Él –Jacob– rodeó mi cintura, yo sonreí de lado, se le había ocurrido ponerse a bailar. Se quedó un segundo en silencio, luego se acercó a mí.

-Ven – murmuró y tomó mi mano, abrí los ojos un poco, este chico había tomado demasiado. Comenzamos a entrar al bosque, no nos alejamos mucho, seguíamos visibles, y no entendía por qué lo hizo.

-Quería intentar algo desde que te vi con el cigarrillo, pero sabía que si lo hacía ahí, posiblemente correrían rumores… y tú y yo no queremos eso, ¿o no? – dudó, asentí varias veces, era verdad… ¿lo era?

– Así que… - sacó una cajetilla, tomando otro cigarro. Di un trago a la cerveza, la cual él me quitó de las manos, después de haber prendido el cigarrillo, inhaló el humo… y comenzó a acercar el rostro a mí, tiró levemente de mi barbilla, entre abriendo mis labios, y rozó los míos con los suyos. Y maldije mil veces porque aún quedaba distancia, joder. Era un roce, casi un roce, no un beso. Soltó el humo, llevándolo directo a mi cavidad bucal. Sonrió aun cerca de mí, me llevé el humo hasta principios de la garganta, y luego lo solté. Lo miré a los ojos, él aún tenía la sonrisa de gato de Alicia en el país de las maravillas estampada en el rostro. Bueno, ni tanto, pero si sonreía ampliamente.

-Me toca – susurré quitándole el cigarrillo, él alzó ambas manos mientras reía. Inhalé el humo, luego me acerqué a él, entre abrió los labios y exhalé todo el humo, mientras él lo recibía. Soltó todo el humo, mientras me miraba.

-¿Sabes algo? Esto me está gustando.

Presente: -Ven, por acá – dijo caminando hacia el ala oeste de las instalaciones, creo que se nos estaba haciendo costumbre estar detrás de los salones.

-¿A dónde me llevas, Green? – me reí. Él tiró de mí, entrando al edificio de los salones –el internado se dividía en los dormitorios de chicos, dormitorios de chicas, y lo demás yo suponía que eran salones –, comenzando a caminar por un lado que enserio no había visto. Se detuvo frente a una puerta y abrió, causando un ruido estremecedor al sonar las vigas de la puerta viejas ya. Frunzo el ceño y él entra, llevándome consigo. Abro los ojos en grande al ver el lugar, es una biblioteca. Lo extraño, es que no hay nadie.

-Wow – murmuro. Hay unas lámparas, no sé si funcionen. Pero hay dos pufs, y el lugar –a pesar de la apariencia de afuera- está limpio, como si fuera frecuentemente habitado y limpiado. Los libros están en cuatro estantes grandes, con doble vista y cafés oscuros. A su lado, hay una mesa larga, con una silla en cada punta. Me acerco a un estante, y lo que me sorprende más es ver libros recientes aquí, cuando el lugar parece de unos 100 años.

-Este lado del internado, fue cerrado. – explica, me giro a mirarlo sorprendida. – Lo descubrí en mis ratos libres, cuando me vine a explorar. Desde ese día, me la paso aquí. Me gusta leer, si es lo que te sorprende. Cuando llegué el lugar parecía inhabitable, así que comencé a dejarlo así. Conseguí los pufs, robándolos de la biblioteca que está al lado de los salones, y los traje aquí. Con unos contactos, logré que me trajeran unos cuantos libros que fueron reemplazando a los viejos que les faltaban hojas, estaban en malas condiciones, no podían leerse, aburridos, o así. He logrado todo esto, pero no he logrado que me saquen de aquí – dice, mirando por el gran ventanal que da vista a todo el lugar.

– Irónico, ¿no? – ríe un poco, aun sin girar a mirarme.

-Un poco.

-Lo que unos papás hacen con tal de que sus hijos problema no den lata – dice con un tono que no puedo descifrar de él, ¿melancólico, quizá? - ¿Te gusta? – me mira.

-Mucho – confieso. Paseándome por los estantes, hay todo tipo de libros. De pasta dura están en el último estante, pero hay de todos.

- ¿Cuál es tu favorito? – pregunto. -Creo que el que más me gustó fue El diario de Grey. – dice. Abro los ojos en grande y salgo del estante para mirarle atónita, él me mira y ríe a carcajadas.

– Ya, ¿hablando enserio? – Asiento ironizando un poco, este chico no para de bromear – Me gusta la saga de Harry Potter, no mentiré, últimamente me he obsesionado un poco con Harry. Me leí ya toda la saga, pero no he visto las películas, nunca me di el tiempo de verlas – se encoje de hombros. - ¿El tuyo?

-50 sombras de Grey – lo miro. Él suelta otra carcajada, y me doy el lujo de reír con él, tiene una risa contagiosa.

-Ya, ¿enserio lo has leído?

-Sí – asiento varias veces y él no deja de reír. – Pero hablando enserio, me gusta la de Los Juegos del hambre.

-Esa la estoy empezando a leer. Haces spoiler y no te vuelvo a traer – amenaza, me encojo de hombros inocente y él ríe un poco. Regreso al primer estante, y en efecto, ahí está. Cojo el primer libro, y lo miro.

-¿Quieres leer un poco? – pregunto, él se gira a mirarme y asiente con una sonrisa ladeada. Camino hacia el puf, sentándome en él y él camina hasta sentarse en el que está a su lado, se arrastra un poco y llega a pocos centímetros de mí. Rio y abro el libro.

-¿Dónde te quedaste? – pregunto.

-Deja te muestro – me quita el libro y comienza a pasar las páginas.

[…]

-¡Se suponía que leería, eh! – digo entre risas, él suelta otra carcajada.

-Es que, el que te hayas confundido así no es algo para pasar desapercibido – me reprende, ambos estallamos en risas, diciendo incoherencias. Me tiento de reír más y suelto pequeñas risitas, y descanso mi cabeza en su hombro. Deja de respirar unos segundos, y luego comienza a hacerlo con pesadez. – Kendall – dice, yo alzo la mirada a él, aun sin quitar mi cabeza de su hombro.

-¿Sí? – pregunto, y me pongo nerviosa al notar que su nariz está rozando la mía, se está acercando. Levanto más la cara, quedando a solo milímetros de él.

-Siempre me pregunté cómo sabrían tus labios – murmura y estampa sus labios contra los míos, devorándome la boca.

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Lamento los dias que no suba, en verdad lo lamento pero estoy con los estudios y bueno :/

Días de actualización: Martes Y Viernes.

Nos leemos! xx

Descontrol en el Internado (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora