Y si nos enamoramos, o no?

Capitulo 54: No todo es color de rosa.

Me desperté cubierta en las sábanas de la cama de Nathan, me estire un poco y mi corazón dio un vuelco haciéndome suspirar cuando me acordé de lo que había sucedido anoche, no pude evitar sonreír, sabía que Nathan estaba en la cocina podía escucharlo tararear, escucharlo de tan buen humor me hizo querer sonreír más.
Me levante y fui directo al baño para asearme, me duché, cepille mi cabello y mis dientes; cuando estuve lista salí a la cocina, debo admitir que si que estaba un poco nerviosa.
— buenos días — dije tímidamente acercándome hasta la mesada de la cocina donde Nate cortaba un poco de fruta, levantó el rostro y me sonrió. Camino hasta donde yo estaba y pasó sus brazos al rededor de mi cintura.
— buenos días — dijo, luego dio un corto beso a mis labios haciéndome sonreír de nuevo.
— Feliz navidad — dije besándolo de nuevo, mis brazos habían ido directo a enredarse al rededor de su cuello.
— Feliz navidad — dijo besándome una tercera vez. — ¿como dormiste? — preguntó, yo me había tranquilizado ya un poco, estas preguntas eran habituales de las veces que me había quedado aquí antes, nada había cambiado. Sin embargo, al verlo mirarme a los ojos, su cabello aún estaba húmedo y esa hermosa sonrisa, me llevó directamente a los recuerdos de la noche anterior.
— Estuvo increíble — dije sin pensar, Nathan dejó salir una pequeña carcajada y entonces me di cuenta de lo que había dicho. — quiero decir, dormí increíble — dije rápidamente, estoy segura que estaba sonrojada porque de repente había empezado a hacer mucho calor.
— Estoy de acuerdo con eso — dijo Nathan alejándose porque habían empezado a tocar la puerta.
— ¿con que? — pregunte, se giró para mirarme antes de abrir y sonrió
— Anoche fue increíble — dijo
— Nathan!! — replique avergonzada, pero cuando se giró de nuevo para abrir la puerta no pude evitar sonreír, me sentía como si hubiera comido un kilo de chocolate, bastante hiperactiva y con ganas de sonreír todo el rato.
— Nathan, dime que ya vino Santa!! — dijo Elleri entrando sin siquiera saludar a su hermano.
— ¿disculpa? — preguntó, ella se detuvo en seco y se media vuelta para regresar.
— disculpa, buenos días hermano — dijo dándole un beso en la mejilla. — ¿puedo abrir los regalos? — preguntó
— ¿se ha portado bien? — preguntó
— Tan bien que estoy pensando en que deberías criar a nuestro hijo — le dijo Ben entrando en la casa.
— ¿bromeas? ¿Quieres que nuestro hijo sea amargado? — Cassie y Nate se llevaban muy bien, pero tenían una relación amor odio bastante divertida en la que no perdían la oportunidad de molestarse el uno al otro.
— Feliz Navidad Cassandra — le dijo dándole un beso en la mejilla, Cassie se sacó bastante de onda.
— ¿estas loco? ¿Tienes fiebre? — preguntó, Nathan simplemente se rió y yo hice lo mismo.
— ¿quieres waffles? Son de arándanos y chicas — le dijo, Cassie lo miró extraño pero camino y se sentó  a un lado de Ben que ya hace rato había empezado a comer de mi plato.
— ¿que pasa con el? Mira me puso la piel de gallina!! — dijo mostrándome el brazo, simplemente la miré y sonreí. Nathan puso un plato lleno de waffles frente a Cass.
— ¿les pusiste veneno? — preguntó, Nathan dejó salir una carcajada.
— tal vez — le dijo.
— Carrie por favor!! — suplicó Cassie, yo me comí un trozo de los waffles de su plato.
— Nate deja de molestarla — le dije
— dime una cosa, ¿le diste de comer a mi hermana? — pregunto haciendo caso omiso a mi petición.
— comió cereal, no iba a traerla sin desayunar si es lo que piensa!! — se quejó.
— ¿le diste cereal? — preguntó alzando una ceja.
— si, ¿tienes algún problema? Iba a darle otra cosa pero no quería intoxicarla!! — se defendió haciéndonos reír a todos. — búrlense ahora, pero pronto seré una experta cocinando! — dijo molesta.
— ¿eso porque? — pregunté
— me he inscrito a clases de cocina para madres primerizas — dijo orgullosa. — iba a preguntarles a Jane y a ti si quieren acompañarme — dijo.
— ¿porque querría ir a una clase para mamás? — pregunte
— Salir con Nathan te ha vuelto bastante insensible!! — se quejó, yo me reí — Vamos Carrie, no quiero ir sola y tú y Jane prometieron estar conmigo en cada momento — suplicó.
— bien, voy a ir!! — dije.