Capitulo 40: volver a casa

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Papá nos despertó a las cinco de la mañana como si tratara de castigarnos, con Nathan nos habíamos quedado afuera hasta tarde hablando de cualquier cosa, era extraño un poco, pero hace un par de meses ni siquiera me hubiera imaginado a Nate y a mi de esa manera.
— ¿vas a venir adelante? — preguntó papá, pero para mi aún era claustrofobico viajar adelante o manejar yo no podía.
— yo aún no... — dije buscando las palabras adecuadas, papá se tensó un poco y está era una de las razones por las que pensaba que él me consideraba culpable del accidente.
— Está bien, Nate creo que serás mi copiloto!! — le dijo papá a Nathan evitando mirarme, su reacción me dolió un poco.
— ten — me dijo Nathan dándome una manta — conociéndote vas a dormirte al subir al auto así que mejor cúbrete o vas a enférmate — me dijo, yo sonreí.
Los tres subimos al auto y tal cual como Nathan lo había dicho me quede dormida, aunque me costó un poco conciliar el sueño, este auto en particular me recordaba a mamá.

NATHAN

— Ella esta bien, ya se ha quedado dormida — me dijo el padre de Carrie, yo me la había pasado todo el rato mirando por el retrovisor, Carrie parecía un poco distante en el auto así que me preocupaba, también había tardado en quedarse dormida más de lo normal.
— yo lo sé — dije, ella siempre se queda dormida en el auto — asegure.
— su madre y yo debemos ser los culpables — dijo sonriendo a medias — desde que era una bebe cuando no quería ir a la cama, la llevábamos a dar un paseo en el auto, era cuestión de minutos hasta que se quedaba dormida — me contó con nostalgia.
— ¿puedo preguntarle algo señor? — dije, no sabía si era buena idea meterme entre ellos, pero ver cómo Carrie la pasaba mal gracias a su padre no me gustaba.
— deja de llamarme señor, ni siquiera soy tan viejo y tú estás saliendo con mi hija!! — me dijo
— de acuerdo — dije — ¿puedo hacerte una pregunta entonces? — volví a preguntar, el asintió — ¿porque no respondes sus mensajes? No me gusta meterme en los asuntos de otros, pero ver a Carrie sufrir porque su padre no quiere hablar con ella me hace querer hacerlo — le dije, el asintió y guardo silencio por un momento
— todos tenemos que sanar cosas muchacho — fue lo que dijo luego de un rato.
— en eso tiene razón, pero no puede hacerle miserable la vida a los demás solo para sanarse a sí mismo — le dije, el asintió, quizá este era el momento de quedarme callado.
— así que... ¿piensas que le estoy haciendo miserable la vida a Carrie? — preguntó
— yo no diría eso, pero y con todo respeto, usted no la vio llorar porque su padre no responde sus mensajes o no viene a visitarla, Carrie lo ama y es su única familia directa señor — dije
— ¿porque me dices todo esto? — preguntó
— porque quiero a Carrie y no quiero que sufra — dije con sinceridad.
— eres más maduros de lo que pensé — murmuró.
— usted mismo lo ha dicho, todos tenemos cosas que sanar, y no me estoy jactando de lo que he tenido que pasar en mi vida, pero usted mismo a conocido a mi encantadora madre hace unos días y supongo que mi tía lo ha puesto al tanto de toda mi vida — dije
— ¿Estas pidiéndome permiso para salir con mi hija? — preguntó, yo negué.
— Le estoy pidiendo que no la vea de la manera en que lo hizo hace unos minutos, ya Carrie se ha hecho ideas en la cabeza y que usted la vea con recelo solo porque no puede venir en la parte del frente del auto solo hace que confirme lo que ella ya piensa
— ¿y que es lo que piensa? — preguntó. Iba a decirle pero me detuve al escuchar a Carrie moverse en el aviento.
— papá podemos detenernos en una gasolinera? Ya casi es hora del desayuno — dijo Carrie incorporándose en su asiento.

CARRIE

Un par de quilómetros más tarde, papá se detuvo en un lugar de descanso; estaba segura que le serviría estirar las piernas y ademas moría de hambre.

— ¿que tanto escuchaste? — preguntó Nathan caminando a mi lado.
— nada, solo desperté de repente — dije, Nathan pareció un poco aliviado así que pregunte — ¿hay algo que debería haber escuchado? ¿Estaban hablando de mi? — quise saber. Nathan sonrió antes de responder
— No eres el ombligo del mundo — me dijo, yo lo miré incrédula y después sonreí.
— idiota!! — murmuré

Y si nos enamoramos, o no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora