Y si nos enamoramos, o no?

Capitulo 39: sorpresa... sorpresa.

Era miércoles, era nuestra última noche en la playa y hasta hoy mi nana conocería directamente a Nathan. Ayer habíamos ido a comprar algo de ropa y a mi parecer Nathan ya lucia mucho mejor que hace dos días; había hablado con mi tía y ella había dicho que todo con Elleri estaba bien, que en la escuela había informado que nos ausentaríamos un par de días y que volviéramos cuando Nate estuviera listo.
— ¿que haces? — pregunte cuando salí del baño recién levantada. Nathan estaba en la cocina preparando el desayuno.
— ya que te gusta mi comida pensé en prepararte el desayuno — dijo dándome una sonrisa, que me dio 100 años de vida, era la primera vez que sonreía tan abiertamente en tres días.
— me gusta tu sonrisa, ya la echaba de menos — le dije tontamente, Nate volvió a sonreír haciendo que muera de amor.
— me gusta que te guste mi sonrisa, porque tú eres uno de los motivos por los que sonrió — me dijo haciéndome sonreír.
— oh dios mío, somos tan cursis!! — dije. — ¿estas seguro que quieres volver a casa? — pregunte
— no lo sé, pero deberíamos — suspiro con un poco de pesar, como si el peso de hace unos días volviera a caer sobre sus hombros. — necesito cuidar de Elleri y volver al trabajo, también ir a la escuela y preparar una cita con una chica un poco molesta ... — dijo haciéndome reír — y tú necesitas pasar matemática y prepararte para la cita que tienes el viernes con el chico más guapo de la ciudad — dijo, haciendo que me ría a carcajadas
— ¿yo soy molesta y tú eres guapo? — reí — tal vez debería reconsiderar nuestra cita — bufé
— tu reconsideras nuestra cita y yo darte de desayunar!! — dijo acercándose para abrazarme por la espalda, el toque de Nate, me hizo respingar porque era algo que no esperaba, estaba cálido y yo muy fría.
— tal vez tenga suerte y el viernes tenga una cita con la chica más bonita, inteligente, molesta, amable y grandiosa que conozco — susurro a mi oído haciendo que me estremezca entre su abrazo.
— tal vez te de ese honor!! — dije.

— Chicos ¿puedo entrar? ¿Están vestidos? — preguntó mi nana, su pregunta me hizo alejarme de Nathan, ambos seguíamos en pijama y el solo hecho de pensarnos sin ropa me hizo ruborizar.
— Nana ya te dije que no somos novios!! — dije haciendo que entre
— no por mucho — murmuró Nate haciéndome sonreír.
— Los muchachos de ahora tiene ideas un poco extrañas de las relaciones, solo quería asegurarme!! — dijo
— Nana el es Nathan, ella es Rosaly mi nana — dije.
— mucho gusto señora Rosaly — le dijo Nate recuperando la formalidad y seriedad que lo caracterizaba y que solo dejaba de lado con Scott, Elleri o conmigo.
— ¿señora? ¿Me estás llamando vieja? — preguntó ella, la cara de Nate se puso pálida y yo moría not reírme
— no, lo siento; lo que quise decir es... — no aguante más, me eché a reír haciendo que Nate me vea molesto.
— deja de molestarlo,el no sabe cómo bromear!! — me reí haciendo que mi nana tía también y Nate nos vea confundido a las dos.
— pensé que estabas cocinando cariño, espero no les guste el pan quemado!! — dijo mi nana haciendo que Nathan corta que para sacar el pan de la tostadora.
— viniste a conocerlo antes de la cena ¿no es así? — pregunte
— por supuesto que no!! Solo vine a preguntar si tú chico no es alérgico a nada en especial, planeo hacer pastel de calabaza y nueces, Perfecto para el inicio del invierno!! — dijo emocionada.
— el esta bien con eso — dije. Sin evitar mirarlo como tonta.
— Parece un buen chico — me dijo
— y lo es, solo que aún no lo sabe ... — dije recordando todo lo que Nate estaba pasando por culpa de su madre.
— eso lo comprobaré en la cena cariño, he hablado con tu padre y a dicho que si yo le apruebo dejara que salgas con él — yo me rei con nerviosismo
— Nana, deja de jugar!! — supliqué
— ¿quien dijo que estoy jugando? Ve a desayunar los veré para la cena!! — me dijo, yo asentí. — pensé que lo había perdido? — dijo, mirando a mi cuello de donde pendía el collar de mamá.
— Nate lo encontró, me lo ha regresado hace tres Día — dije tocándolo
— ¿así que es él? — murmuró
— ¿quien es el? — pregunte
— nada cariño cosas de vieja loca!! — me dijo, pero no era la primera persona que estaba tan pendiente del collar; todos me preguntaban por el como si supieran que tarde o temprano lo iba a encontrar de nuevo.