Capitulo 38: lagrimas

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Me desperté al rededor de las diez de la mañana, estaba acostada en el sillón y cubierta con una manta que no recuerdo haber traído, como habíamos llegado a las cinco no había querido ir a molestar a mi nana y simplemente habíamos entrado a la casa.
Busque a Nathan por toda la casa, pero no estaba en ninguna parte, salí al porche y lo vi sentado en la arena un par de metros lejos del mar , no sabía cuánto tiempo llevaba ahí pero había decidido darle su espacio y dejar que regrese cuando esté listo.
Busque las cosas de aseo personal que siempre teníamos, no sabía que tan en buen estado estaban ya que la última vez que vinimos fue el verano pasado, me cepille los dientes y me lave la cara, tome mi teléfono y salí a casa de mi nana. En mi celular habían un montón de llamadas y mensajes, de papá, Scott, mi tía, tío y ¿Noah? ¿Porque Noah me había llamado? Ahora no importaba, hablaría con Scott y le diría que estábamos bien, y también con papá.
— ¿Carrie? Oh por Dios si eres tú!! — dijo mi Nana quien salió al pórtico para recibirme
— mírate, te ves mucho más joven que hace algunos meses!! — le dije, ella había venido al funeral de mamá así que hace casi seis meses no la veía.
— ¿qué haces aquí? ¿Porque viniste sin avisar? Habría preparado tu comida favorita!! — me dijo abrasándome, era bastante bueno sentir tanto amor de una persona. Mi nana había trabajado muchos años con nosotros, desde antes que yo naciera, luego cuando yo tenía quince años ella tuvo sus propios nietos y decidió que era momento de mudarse y disfrutarlos un poco, así que papá le compro una casa en la costa y ella y su esposo se mudaron a la playa tal como siempre habían querido.
— lo siento, no sabía que vendría realmente, Escucha ¿podrías decirme donde puedo comprar comida para unos tres días? Nosotros necesitaremos comer — dije
— ¿nosotros? — preguntó — no has venido con tu padre, el sabe perfectamente a donde ir!! ¿Con quien estás aquí? — preguntó
— Esa es una larga historia que me encantaría contarte, antes que me regañes no me estoy escapando de casa!! — dije mirando hacia la playa donde aún se podía ver la figura de Nathan sentado en la arena.
— ¿Carrie has traído a un chico? — casi gritó — ¿Sabe Nick que estás aquí? ¿Ese chico es tu novio? — hacía una pregunta tras otra haciéndome sentir abrumada.
— nana por favor ve más despacio!! — supliqué — papá sabe que estoy con él, pero no que estamos aquí, no es mi novio y si me dejas voy a decirte todo — dije. Ella me invitó a pasar a su casa, dijo que enviaría a uno de sus nietos al supermercado por lo necesario para nosotros y que mientras yo le contara todo, así lo hicimos, ella me preparo una taza de café caliente y también algunos panecillos entones yo le conté a grandes rasgos lo que había sucedido ayer y como habíamos terminado aquí.
— pobre chico, ¿que clase de madre es la suya? — dijo indignada.
— no se que hacer nana, yo quisiera poder hacer que se sienta mejor pero nada de lo que haga va a lograr que Nate olvide lo horrible que debió ser ver a su madre de nuevo.
— ¿él te gusta no es así? — yo no hice más que asentir — Cariño cuando quieres a alguien y no sabes como ayudarlo lo único que puedes hacer es quedarte a su lado hasta que sus heridas sanen — me dijo
— siempre sabes que decir — le dije
— más sabe el diablo por viejo que por diablo! — me dijo dejando escapar una carcajada. — ahora vamos, no voy a dejar que duerman en una casa sucia, ademas debes tener hambre y ese chico tarde o temprano va a cansarse de estar bajo el sol y será mejor que tenga algo para comer cuando lo haga!! — me dijo haciendo que me ponga de pie y camine afuera con ella.
Estaba ayudando a mi nana con la limpieza cuando mi teléfono empezó a sonar, el nombre de Scott aparecía en la pantalla.
— ¿Hola?
— no tenemos noticias de ustedes en horas y solo dices ¿hola? — no era Scott si no mi tía al teléfono
— lo siento, yo iba a llamarles en un rato — dije
— Carrie pensé haberte dicho que llamaras cuando lo encontrarás!! — dijo Scott en un gritó.
— pueden calmarse, hacen que me duela la cabeza!! — supliqué
— ¿en donde están? ¿Están bien? — dijo ahora mi tía
— estamos en la costa, en la casa de papá, antes que digas algo, Nathan no iba a ir a casa y yo no iba a regresarme sin él — dije
— voy a ir para haya entonces — dijo Scott
— por supuesto que no vas a venir, escuchen, Nathan no está nada bien, ahora mismo está sentado en la arena y ni siquiera estoy segura de cuantas horas lleva ahí, lo menos que necesita ahora es más gente obligándolo a estar bien — dije por propia experiencia.
— Carrie... — replicó Scott
— ¿puedes ir a trabajar y explicarle a su jefe qué pasó? — pregunte
— de acuerdo — dijo de mala gana
—ahora deja que mi tía hable conmigo — supliqué.
— ¿hola?
— se que Nathan te lo pediría ¿puedes cuidar a Elleri hasta que el se sienta mejor para regresar? — pregunte
— sabes que lo haré, pero asegúrate tú de cuidar a Nathan — me dijo
yo asentí, tenía ganas de llorar me sentía frustrada por verle tan mal y no poder hacer nada por él.
— ¿va a estar bien verdad? Solo quiero que vuelva a pelear conmigo, a decirme que soy muy metiche y poder gritarle sin sentir que lo estoy lastimado — le dije
— dale un poco de tiempo — me dijo, dejando escapar una risita; sabía que le causaba tanta gracia pero yo prefería al Nathan amargado pero dulce de siempre que al deprimido y triste. — Nathan tarda un poco más de lo habitual en sanar cariño pero cuando lo hace ya no vuelve a recaer por lo mismo — me aseguro
— te llamaré más tarde para mantenerte informada, mi nana ha venido a limpiar la casa y no quiero que lo haga sola, ya esta un poco mayor para esos ajetreos — le dije
— mocosa escuche eso!! — gritó desde la cocina.
— dile a Nathan que más vale que regrese saludable o voy a golpearlo por asustarme tanto.
— y dile que lo amo mucho!! — gritó la vocecita de Elleri al fondo.

Y si nos enamoramos, o no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora