• XXVII •

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—¿Segura que no quieres que le eche un vistazo? Tiene como 30 minutos intentando averiguar qué tiene que hacer.— La voz de Jin me hizo girarme para voltear a verle, este miraba a JungKook, quien parecía perdido en las instrucciones escritas en otro idioma de el escritorio decente que había pedido por internet casi desde que habíamos llegado.

El pequeño espacio en donde hacía mi trabajo no me dejaba tener el reguero de hojas, lápices e incluso mis portátiles como quisiera, ya que como era el lugar donde dejábamos nuestras cremas, mis perfumes, desodorantes y cosas por el estilo, pues realmente requería de un lugar más amplio.

JungKook se ofreció para armar dicho escritorio, y claro que lo dejé a su merced, de todas formas, en estos tres días ah estado intentando arreglar las cosas quitándome lo mas de trabajo que me pudiera generar. Aunque él no sabía que el día de ayer ya lo había perdonado después de que hizo una linda cena para nosotros en el patio trasero, y tampoco iba a decirlo, al menos no ahora que parecía realmente concentrado en las malditas instrucciones.

Según Jin había estado preguntando qué sería buena opción para comer, e incluso le había mandado a comprar velas y algunas otras cosas mientras fingía doblar la ropa todo el día. Era obvio que algo tramaba, pero no le estaba tomando tanta atención porque seguía molesta.
Después de eso me había regalado sales de baño para que tomara una ducha relajante, la cual tomé gustosa.

—No, déjalo que batalle.— me encogí de hombros restándole importancia, cosa por la que Jin me miró en desaprobación. —Puede usar el móvil.— rodé los ojos a su reacción y estrechó la mirada.

—Pensé que ya no estabas molesta.— se cruzó de brazos, mirando de nuevo en dirección al castaño quien aventaba el instructivo a un lado y tomaba las piezas para intentar armarlas.

Jin había subido unos rollos de kimbap y agua, ya que no habíamos bajado en casi toda la mañana; yo por estar haciendo trabajo nuevo y Jeon por querer hacerme compañía por si me daba sed e ir un vaso de agua, o alguna mierda por el estilo. Aunque en realidad estuvo jugando en su celular.

—No lo estoy.— afirmé encogiéndome de hombros. —Si quiere armar esa cosa, que lo haga.— miré en dirección a Jeon, había vuelto a tomar el instructivo.

—Desde que subí para saber si querían unos rollos, esta metido en esa hoja.— Jin volvió su mirada de nuevo a mí y entonces rodé los ojos asintiendo a su sugerencia.

—Está en inglés creo, tampoco sabes inglés, Jin.—

SeokJin asintió comprendiendo entonces, alejándose mientras me hace una seña de que esperara un momento, perdiéndose por debajo de las escaleras.

Fruncí los labios sin entender demasiado bien, adentrándome de nuevo a la habitación para volver a tomar la laptop y dejarla sobre mis piernas en la cama y seguir escribiendo los detalles de decorado de una pareja un poco mayor.

De vez es cuando escuchaba quejas de Jeon, al igual que también pequeños "ah" largos en obviedad cuando sentía que ya había encontrado la forma de armar el dichoso mueble.

Por mi parte, estuve contestando los mensajes de mi jefe al tiempo que trataba de buscar ideas de cómo quería las cosas para poder escribir con especificaciones, para después dibujar todo el la tableta.
Si bien no tenía que entregar el papeleo y el boceto según las medidas de la casa que mando mi equipo. Ya incluso tenía una idea de los colores que serían utilizados en cuanto tuve las instrucciones de un rústico-moderno.

Para cuando terminé después de algunos minutos de escribir la última área que fue el de la cocina fue que arrojé la laptop fuera de mis piernas, para estirarme sobre la cama, sintiendo el cuello y brazos acalambrados por estar en la misma posición. Los huesos de mi cuello y espalda tronaron deliciosamente y eso me hizo soltar un jadeo de satisfacción acompañando después de un bufido al recordar que aún no terminaba.

• LOBO NEGRO • 》Jeon JungKook y Tú《 *EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora