• XXV •

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Después de lo que pude sentir como una eternidad que en realidad había durado algunos cortos segundos, JungKook había clavado sus ojos en los míos cuando pudo escuchar la voz de NamJoon de el otro lado de la puerta. Los gritos de dolor seguían sonando en la parte de la planta baja y entonces también escuché la voz de SeokJin hablar en voz alta a alguien en particular, diciéndole que se tranquilizara y todo iba a estar bien.

Los cabellos de mi nuca crisparon sintiéndome desorientada, y en un acto de mero instinto me había levantado de mi lugar tan rápido como había escuchado a JungKook pedir que me acercara a él. Me sentía nerviosa y no sabía que estaba sucediendo, pero los sonidos de abajo me hacían sentir un miedo extraño. Me daba miedo pensar que mis sospechas sobre que alguien había estado observando en nuestra dirección fuera correcta y alguien había sido lastimado cuando se enteraron de nuestro lugar de encuentro momentáneo. Me aterraba la sola idea de pensar que podía sucederle algo a uno de los cuatro chicos que ahora estábamos bajo el mismo techo. Temía más por ellos que por mi propio cuello.

Sentí el cuerpo de Jeon posarse frente el mío de manera protectora al tiempo que se dedicaba a abrir la puerta, y los sonidos se intensificaron.

La voz de un hombre sonaba en sollozos y dolor, haciéndome sentir alterada en un chasquido de dedos. Sin despegarme del cuerpo alto de JungKook, bajamos las escaleras y una vez dentro de la zona de la sala de estar, entonces pude asomarme por uno de los costados de la mosculatura de Jeon y apreciar a un chico tirado en el suelo, con sangre saliendo de uno de sus hombros y lo que parecía un brazo roto. Mi hiperventilación comenzó a hacerme sentir mareada por lo grotesco que era mirar la sangre salir sin parar y el brazo roto en al menos 3 partes.

Los ojos llorosos del chico castaño que estaba tirado en el suelo con un Jin a su costado y un YoonGi del otro lado totalmente llenos de sangre, voltearon a verme en cuanto se dió cuenta de nuestra presencia, y aunque el de ojos llorosos y cara lastimada parecía un poco curioso por los rostros nuevos no pudo dejar de quejarse de el dolor. Creo que YoonGi había tomado esto como distracción cuando vi que había tomaba su brazo e intentaba acomodar los huesos a su posición original, ganándose un grito desgarrador del chico de cabellos cafés y uno mío totalmente asombrado e impactado.

—¿¡Pero qué mierdas estás haciendo YoonGi!? ¡Así no es como funciona, mierda!— la voz de Jin se escuchaba lejana aunque estaba parado casi frente a mí.

De repente sentí un mareo que se intensificó cuando intenté moverme de mi lugar y mi cuerpo se balanceó sintiendo náuseas por lo impactante de la imagen.

JungKook me había tomado fuerte de los hombros para evitar que cayera y entonces los ojos de los que ya conocía voltearon a verme cuando escucharon mi grito cubierto por los de Jin.

La mirada de Jin abandonó rápidamente mi ser y pude darme cuenta entonces que estaba buscando con unas pinzas largas en el hoyo que no parecía parar la hemorragia. Mi sangre bajó hasta mis pies cuando miré la cara del chico palidecer cuando se desmayó en su lugar y entonces mis ojos volaron en dirección a JungKook cuando NamJoon se paró delante de nosotros, lo escuchaba balbucear algunas cosas, explicándole a Jeon al tiempo que este asentía, pero no podía escuchar a pesar de que hablaban en voz alta.

Los sonidos a mi alrededor se apagaron, sonando como si estuvieran lejos o como si mis oídos estuvieran debajo del agua. Mi piel se sintió fría y una corriente de frío atravesó ferozmente todo mi cuerpo cuando mis manos comenzaron a cosquillear y una sed enorme me inundó. El maero solo se intensificó cuando mis ojos volvieron a observar las pinzas rebuscar sin mucho cuidado en el hoyo del hombro hasta que por fin había sacado un pequeño metal de este, sin embargo, Jin siguió en lo que parecía otro hoyo debajo de la tela de su camisa.

• LOBO NEGRO • 》Jeon JungKook y Tú《 *EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora