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La noche anterior JungKook había preguntado todo acerca de "Jin hyung y NamJoon hyung", y había tomado un poco de odio hacia él cuando comenzó a defenderlos un poco. Su punto intermedio era tan maldita mente cierto, que me daba a ganas de ahorcarlo, pero no lo hice.

Dijo que Jin parecía realmente arrepentido y que debería perdonarlo para que no cargará con ese sentimiento feo en mi pecho, o podía marchitarme hasta ser una persona de malos sentimientos...

JungKook, cariño, ¿de dónde sacas tanta babosada?

Mi mente se estaba riendo un poco, pero sabía que era verdad. No quería quedarme con el sentimiento para siempre, pero tampoco me sentía preparada.

—Déjame tus almohadas, estas están más limpias. No seas grosera.— rodó los ojos discutiendo un poco.

—Entiende, carajo, son mías. ¿Para que las quieres? Tienes las tuyas.—

Sí, estábamos peleando por las almohadas.

JungKook por la noche, después de que terminamos ambas botellas y de que hablamos de mis problemas existenciales para volver a que me hablara un poco más de los híbridos, decidió aventarse un poco en mi cama mientras me cepillaba los dientes para antes de irse dormir.

Él estuvo peleando desde ayer, pero porque ya era tarde, decidimos – mas bien yo – discutirlo ahora posiblemente por la mañana, pero no sabía que iba a ser despertada por un JungKook dejándose caer bruscamente en la cama boca abajo, con sueño y nada más que una camisa blanca y sus boxers, para seguir "durmiendo".

Pero aquí estábamos, peleando a las 6 y cacho de la mañana.

—Porque las otras son un poco más incómodas. No pude dormir, me gustan estas, es todo.— volvió a taparse con la cobija enteramente mientras dejaba la cara contra la almohada.

—Dios, tienes casi 30, madura.— me dejé caer a un lado, dándole la espalda para poder dormir.

Ya ni siquiera me importaba que estuviera ahí, quería descansar un poco, ya que habíamos ido a dormir hasta las 2 de la mañana.

Quería descansar un poco más, no tenía ganas de discutir y opté por acurrucarme mejor en mi lugar, sabiendo que del otro lado está JungKook, donde ahora podía sentir que se movía un poco, tal vez para posicionarse de una mejor manera o al menos eso parecía.

—Hazte para allá.— escuché.

Solté un bufido y me giré para verlo; su espalda estaba pegada a mí ahora por completo mientras aún seguía empujándome un poco.

—JungKook, estás en la mitad de la cama, no es una pequeña, estás perfectamente y aún te sobra espacio de tu lado.— le reclamé empujándolo un poco.

—No, ya. Aquí estoy bien.— y para cuándo había terminado de decir aquello, había agarrado una de mis manos desde su posición para hacer que lo abrazara.

—¿Me estás jodiendo?— iba a quitar mi mano, pero la seguía sosteniendo para que no la quitara.

—Ya cállate y déjame dormir.— habló pesadamente.

Sacudí mi mano para quitarla de su agarre hasta que estubo liberada y después volví a dejar mi espalda contra la de él, ya que no me quedaba tanto espacio de la cama.

Dormimos un poco más, ni siquiera sentí cuando nos habíamos caído en un sueño grande y profundo hasta que un sueño se acomodaba en mi cabeza.

El enorme lobo que miré en mi sala corría tan rápido que me dejaba escuchar los latidos de su acelerado corazón. Parecía asustado mientras atravesaba la parte oscura del bosque hasta poder llegar a una área tranquila, con luz y un pequeño lago con el agua cristalina. La luz solar que se infiltrada por los árboles dejando una iluminación tan hermosa, me dejó mirar al lobo. Parecía ahora tan tranquilo y cómodo en el lugar que podría jurar mirar una sonrisa en su osico después de que tomara descanso sobre el pasto.

• LOBO NEGRO • 》Jeon JungKook y Tú《 *EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora