Buenas, señorita, ¿cómo ha estado?
Espero que haya habido más sonrisas que disgustos en su día. Y si el monstruo del disgusto irrumpió su morada, ahora lo despedazo con buen humor.
Traje una rosa para ti.
Cada día sueño con una dama de gran belleza. Es perfecta de pies a cabeza para un hombre como yo. La belleza se encuentra en los ojos de quien lo percibe. Y por eso ella tiene un cuerpo voluptuoso y unos ojos que cautivan y despiertan en mí sentimientos de amor que yo creía que estaban apagados. Cada mirada convierte los rescoldos del amor en fuego incesante. Esa chica eres tú.
Acabo de salir del centro de estética y del gimnasio. Ya no van confundirme con un oso pardo. Aunque solía dar abrazos de osos, antes de que Sally se llevara el último ápice de amor.
Pero cuando toco algo suave, ya no lo suelto.
Debo admitir que la depilación me dolió un poco. Pero creo que lo es más dormir en Soledad en una cama para dos. Supongo que debe doler más que te digan que ya no te aman, sin siquiera abrir la boca. Los ojos pueden decir más que unas simples palabras.
He trabajado mis cuádriceps y ahora puedo usar un bóxer un poco más corto. El último que me puse era muy revelador. A veces pienso que Sally me mira, pero solo es la gata.
Creo que tiene hambre.
He fortalecido mis abdominales y ahora puedo usar mi camiseta blanca ceñida, que la tenía guardada desde hace mucho. Por error había comprado una camiseta semitransparente.
Siento que el fantasma de Sally ronda por la casa. Una noche dormí desnudo y con la ventana abierta, con vista al mar. Probablemente, ella hizo acto de presencia y mi desnudez la llamó, mejor dicho, la arrastró hacia mí. Puede que me haya violado y se haya entretenido con la palanca de ahí abajo: a qué juego habrá jugado...
Mis suposiciones son rocambolescas. Yo no creo en fantasmas. Nunca he visto uno.
Si no lo veo con mis propios ojos, no lo puedo inventar con mi boca.
¿Tú has visto un fantasma alguna vez?
Sentí una caricia por la hendidura de las nalgas. Debió ser la gata.
Ese minino anda muy travieso, y juega donde no debe.
Debo cocinar... ¿Quieres que te prepare algo?
Mi madre, que en paz descanse, cocinaba muy sabroso. Su comida tenía una sazón especial.
Yo quería ser chef, pero mi padre me dio una pelota y me dijo que lo convirtiera en dinero. No, no quería que fuera mago, sino un futbolista disciplinado y de bajo perfil. Al final sus palabras se cumplieron. Mi padre se fue a la tumba sin ver el dinero.
Mi gata acaba de arquear su lomo en mi tobillo. Ya tiene hambre y yo apenas he encendido la cocina.
O creo que la gata quiere que te cuente...
Hace un año, tropecé con una chica llamada Sally. No era una piedra, pero su corazón se parecía.
Una tarde, la encontré en la entrada del cine, forcejeando con un hombre zafio que era partidario de la violencia física. No era de mi incumbencia, pero no podía quedarme viendo semejante salvajismo contra una princesa...
No podía permitir algo así contra la creación más hermosa de Dios.
Entonces me abalancé sobre el hombre tosco, empujado por la cólera. El agresor de Sally recibió un golpazo de este servidor y el tipo rodó por las escalinatas.
Sally estuvo detrás mío y el tipo no se levantó. El olor a muerte parecía empujar las ventanas de nuestras fosas nasales.
No me gusta dejarte con la intriga, pero debo ir a orinar y luego debo darme una ducha.
Te cuento más si no me espías.
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Hombre de libro ©️
Romance¿Qué harías si el personaje de un libro comienza a enamorarse de ti? Contenido para adultos.