Capítulo 10

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¡Maldito Baek! El fuego de tu ira se habrá llevado mis cosas materiales, pero aún mi espíritu sigue de pie y muy fortalecido. No te tengo miedo, jamás lo tuve. A decir verdad, el miedo me limpia los calzados.

Me encaminé por aquel lugar donde sería feliz. Donde no tenga que lidiar con personas como el energúmeno de Baek, porque hace tiempo que no tengo contacto visual con una mujer de carne y hueso, quiero dar y recibir amor. Quiero caer en los brazos de la ternura de una dama que me quiera y esté junto a mí.

Así que aquí estoy, donde puedes verme, donde puedes alcanzarme con un disparo o dos, pero no involucres en esto a la hermosa lectora que está leyendo esto ahora mismo. A ella no la tocas porque es mi musa, es la chica de aprecio con toda mi alma.

Sigo caminando y no veo rastros de ti. Hazte presente que hasta que te decidas parecer, ya llegaré al portal y sucumbirás a las llamas del infierno y yo me reiré mientras el fuego te devora.

Siento tu presencia, pero no te veo por ninguna parte. ¿Acaso eres un ser ubicuo que puede estar en todos lados? ¡Hombre, solo estás retrasando tu derrota! La sangre se paga con sangre y tu destino está sellado.

No hay nadie por donde estoy caminando y solo el amor por la lectora me empuja a seguir aunque reciba una herida mortal. Mi valor es inmune a tus armas letales.

¡Estoy desarmado, pero si eso te molesta, en un momento me verás con armamento pesado y munición para despedazar cuerpos!

Pero de repente escuché un disparo que me hubiera encantado que fuera para Baek. No, aquel disparo demoledor atravesó mi abdomen; pero aún seguía de pie.

¿¡Vamos, eso es todo!? Aún puedo moverme. No he caído todavía.

Uno, dos, tres disparos penetraron mi piel y me envolví en sangre. El suelo pareció convertirse en mi lecho de muerte. Con la muerte acechando, en las tinieblas se reveló el rostro malévolo de mi verdugo.

Conozco ese rostro del diablo.

Hombre de libro ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora