𝐎𝐣𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐋𝐮𝐧𝐚

29; Vuela Alto Angel

Esos tres días de trabajo parecieron una infinidad, Jerry nunca había estado tanto tiempo sin saber nada de su familia, pero finalmente ya era sábado así que se levantó temprano y tomó el primer tren a Avonlea, llegó aproximadamente a la una de la tarde y notó que el día era hermoso, el sonido a "pueblo" ya era parte de el y cuando se iba sentía un vacío tanto como en el corazón como en el sistema auditivo! Caminó hasta su casa pensando en que después de visitar a su familia iría a la casa de Diana, abrió la puerta y abrazó a su madre

— ¡Mi bebé ha vuelto!— dijo ella alegre

— Mamá no exageres, solo fueron tres días

— No me importa, ven acá

La mujer lo llenó de besos y le sirvió un plato de sopa, el francés se encontraba muerto de hambre así que comió como si no hubiera un mañana, las horas pasaron y llegaron las 3:30pm, Jerry pensó que era un buen momento para ir a ver a Diana, o al menos revisar si ella respondió a su carta, camino hacia su casa y trepó el árbol, lamentablemente no había nadie en la habitación pero si vio que había una carta con un sobre diferente, lo cual significaba que no era la suya, no pudo resistirse y leyó la carta, en eso escucho un ruido, la puerta de abrió y el casi cae del árbol, por suerte quien estaba ahí era Diana, el muchacho no se aguantó y entró

— Diana— la chica dio un brinco del susto

— ¿Qué haces aquí? Te pueden ver, vete

— Solamente déjame quedarme un rato

— Está bien, pero solo unos minutos... ¿cómo te fue?

— Muy bien, estuve pensando en ti todos los días

— Jerry! — dijo y sonrió

— Te quiero mucho Diana

— Yo también pero si te ven me van a matar, así que fuera

En ese momento escucho los pasos de alguien subiendo las escaleras

— ESCÓNDETE— susurró asustada

Jerry se metió bajo la cama y aguantó la respiración

— ¿Con quien hablas?— preguntó su padre inspeccionando el lugar de lejos

— Conmigo misma

— ¿Qué?

— Me ayuda a distraerme

— No tienes tiempo para distraerte, termina tu bordado en el salón, te espero abajo

— Okay

El señor salió de su pieza y Jerry volvió a la vida

— Fue cerca...— dijo en voz baja

— Te tienes que ir YA

— Está bien princesa...— la pelinegra sonrió

El francés subió la ventana y se sentó en el árbol

— Eres muy, muy linda, ¿lo sabes no?— dijo antes bajar

— Ven...— respondió y acercó su rostro al suyo

— Te lo mereces...— dijo a un centimetro de su cara... se acercó un poco más... sacó medio cuerpo de la habitación...colocó su mano en su rostro y...

— DIANA BARRY!— gritó espantada su madre

La joven perdió el balance y cayó por la ventana

— DIANA — la mujer corrió hacia las escaleras y salió lo más rápido que pudo, el chico salto del árbol y gritó por ayuda

— Diana, respira por favor— le rogaba su madre a la joven inconsciente