𝐎𝐣𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐋𝐮𝐧𝐚

27: Un Nuevo Comienzo

El muchacho corrió hasta la estación de tren, podía sentir su respiración agitada... el debía conocer cuanto costaría un pasaje hasta allá y la estación cerraría en quince minutos hasta que...

"¡Discúlpeme! soy un tonto, no me fijé bien.. mis más sinceras disculpas"-- le dijo un joven de no más de diecisiete años...

Cole quedó "paralizado", ni el sabía el porque... solo se quedó ahí, en silencio, viendo sus ojos de color miel y su castaño cabello rizado, el sabía que no era del pueblo, el acento no era común... era algo más "sofisticado" era más vivo y eso le gustó

"Joven... se encuentra bien? oh no creo que le choqué muy fuerte"-- le repitió el muchacho

"Si, disculpe"-- dijo Cole y siguió su camino...

"Es lindo"-- pensó el muchacho y siguió también su camino

Habían pasado cuatro días desde que Cole tuvo olvidar a su primer amor.. pero no lo ha logrado hacer por completo, es semi-imposible hacerlo en solo 96 horas o en otros términos 5760 minutos... su corazón no le permitiría rendirse, esperaría, solo un poco más, Lin es inteligente, encontraría una manera de resistir...

******

—¿Mamá? ¿Me oyes?— preguntó Lin
—¿Lin?
—¿Dónde estamos?
—No estoy seguro...

Lin y Emma estaban en un cuarto, por suerte no estaban atados a nada, pero el olor era insoportable, el muchacho encontró una forma de forzar la cerradura y salieron, la música estaba alta, al parecer los habían dejado en un bar

— ¿Quiénes son?— preguntó un hombre de mal humor

— Lin y Emma May

— ¿Qué hacen aquí?

— No lo sabemos, llegamos acá por alguna razón y salimos

— Fuera de mi bar

Emma tomo la mano de Lin y salió corriendo, ya en la calle trató de ubicarse con los letreros

— Calle Swyek
— No conozco este lugar ¿donde estamos?
— A las afueras de Canadá— respondió un hombre que escuchaba la conversación de un lado
— Gracias— dijo Emma y se fue

El muchacho y su madre se sentaron en el cemento.

— ¿Crees que volveremos a casa?
— La casa de Cole no era tu casa Lin, era un lugar donde nos podíamos quedar por mientras
— Pero Mamá...
— ¿Lo volverás a ver? Claro, pero no ahora, en este momento nos tenemos que enfocar en cómo salir en adelante y crear nuestro propio hogar... creo que me equivoqué en tratar de venir a Canadá, nos iremos a Nueva York... tu tía nos dará un préstamo y compraremos una casa
— ¿Alicia?
— Es mi hermana, nunca me negaría un préstamo o techo
— Bueno...

*****

— Lo haces por ella... lo lograrás— pensó Jerry

Las puertas de una oficina gigantesca se abrieron y con un saco de marca, cabello peinado y corbata ajustada entró sonriente... a la distancia se veía otra puerta "Sr. Andrews"

El francés tocó la puerta y escuchó "pase!"

— Buenos días señor Andrews, mi nombre es Jerry Baynard y vengo a trabajar con usted