15: J' accepte

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Al día siguiente Jerry se levantó muy temprano ya que el se había decidido en buscar a la persona que ayudó a Ilaisa a encontrar a la familia de los Barry y partirle el rostro

Salió a la luz de la mañana, un sol potente brillaba ese día, llevaba una navaja por precaución y unas monedas por si necesitaría pagarle a alguien por algo

—Jerry me gustaría disculparme por lo de la vez pasada, no fue tu culpa— dijo la pelirroja atravesando su camino

—Gracias Anne, te entiendo, ¿sabes donde puedo encontrar a la persona que le hizo esto a Diana?

—No se nada Jerry

—Bueno, me tengo que ir

—Buena suerte y cuídate

—Cuida a Diana por mi

La pecosa y el francés siguieron sus caminos de lados separados, el chico se dirigía a la casa de Ilaisa, sabía qué tal vez el chico estaría por ahí

Recapacitaste!— dijo ella feliz corriendo hacia sus brazos

Aléjate de mi Ilaisa, vine a indagar quien fue

quien que

—quien le malogró la vida a Diana, a parte de ti

—nunca lo sabrás

—no estes tan segura, hasta luego

El joven le mostró la espalda y fue por los alrededores, un ruido ensordecedor sonaba fuertemente, dos personas se peleaban a puñetes, un gran círculo se observaba a distancia

Te voy a matar niñito de papá— gritó un joven alto y robusto, en sus ojos podías ver un demonio, su chamuscado y negro cabello, llevaba un cuchillo en la mano y una botella en la otra

Por favor, tu sabes que tengo dinero, no te conviene— respondió soberbiamente un rubio

El robusto joven soltó la botella y se acercó lentamente al chico, este retrocedía con temor..

Billy Andrews?!— pensó

Hermano, piensa, te puedo dar dinero, esto no te conviene...

—Ya estuve en la cárcel, que más da, me debes mucho dinero estúpido

Este cayó al suelo mientras el otro iba a atacarlo, el chico lloraba como un bebé pero Jerry no se pudo resistir

Suéltalo hermano, no te ha hecho nada— dijo tratando de calmar al señor

—Y tú quien eres

—No soy nadie

—Entonces tú también quieres morir no?

Jerry sacó su navaja y corrió hacia el, se la clavó en la pierna y arrastró a el chico lo más rápido que pudo

La adrenalina y el miedo fluían por todo su cuerpo, corría y corría sin poder ver atrás, llevaba al otro chico en la otra mano, este seguía en Shock y no podía pararse

Finalmente llegaron a una parte más segura, cerca a la casa de Lin May, aproximadamente dos calles antes, eran las diez de la mañana, el calor bajó y se sentía un frío que parecía capaz de congelarte... los muchachos habían parado bajo un árbol con sombra, Jerry le dio un poco de agua y lo ayudó a curarse las heridas en las manos

—¿por qué lo hiciste?

—seas quien seas, no soy tan cruel como para dejarte morir tan joven

𝐎𝐣𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐋𝐮𝐧𝐚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora