Hablemos de planes...

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(Pablo)

Era el segundo día de entrenamiento. Yo estaba en el taller de supervivencia, ya que por mucha destreza que tuviese, si luego no sabía aguantar sin tener nada, no iba a ningún sitio. Bueno sí, hacia una muerte segura. Así que aquí estaba yo, intentando hacerme una arma a partir de un palo y una piedra. Miré hacia Miriam, ella estaba probando con un arco, pero eso no se le daba tan bien como los cuchillos. El tal Victor ese, estaba ayudándola, él era todo un profesional con el arco, por eso era uno de los 'procesionales', y estaba rodeando con los brazos a Miriam, yo sé que con otras intenciones aparte de enseñarle lanzamiento con arco... Arg era un imbécil y Miriam una estúpida. ¿Que no se daba cuenta de que después Victor la mataría?
Esa mañana en el desayuno Miriam y yo no nos habíamos dirigido ni la mirada, aunque yo anoche intenté que las cosas volvieran a estar bien. Pero bueno, ella no parecía querer perdonarme y había elegido a los profesionales.

Acabó el entrenamiento y me fui a comer con más tributos "débiles", aunque no hablaba con ellos, no quería hacerme amigo de nadie aquí. Miriam reía con los profesionales, estaba sentada al lado de Victor y él la miraba con cara de deseo. Arg lo odio. ¿Celoso? Sí, mucho. De repente, Miriam me miró y al verme celoso, se acercó más a él. Será unapalabraquenovoyadecirporrespetoaella, encima lo hace aposta! Acabé de comer y me fui de allí. No quería ver nada.

Esa misma tarde, fui a hablar con Peter porque solo quedaba un último entrenamiento antes de la prueba individual.

- Hola.

- Hola Pablo.

- Sé que no te caigo muy bien que digamos y piensas que no tengo posibilidades de ganar, pero debes darme una oportunidad.

- Está bien. Habla

- Como ya sabes, estos días he estado practicando cosas para sobrevivir, pero no he tocado ni una sola arma. Solo falta un último entrenamiento para hacer la prueba individual, así que quería un consejo. ¿Pruebo con alguna arma o sigo igual?

- Practica con alguna arma, porque si no dudo mucho que te pongan buena puntuación. A no ser, que tengas un don por ahí escondido...

- Bueno, puede que tenga uno...

- Entonces no hagas nada, digamos que eso será tu arma secreta. Mañana sigue con cosas irrelevantes y en la prueba individual ya mostrarás tu talento.

- Muy bien, gracias.

La verdad es que sabía que era muy bueno en una cosa, aunque no es de extrañar, toda la vida usándola se me tenía que dar bien. Con eso y un poco de suerte, podía quedar al final para así... Oh se me olvidaba, todavía tengo que decirle una cosa.

- Peter, ¿puedes hacerme un gran favor?

- Depende. Suéltalo.

- Quiero llegar vivo al final, aunque quiero que Miriam también lo haga.

- Oh amigo, eso que me pides es muy difícil. -me miró con una sonrisa- Por tu parte, no por la de ella.

- Arg venga Peter, déjame acabar. Quiero que lo intentes, ¿vale?

- ¿Y por qué tanto interés? Me parece normal que tú quieras llegar al final, pero ¿con Miriam? ¿Qué tramas?

- Oh nada bueno. Este es mi plan...

*****************

Hoy era el último día del entrenamiento. Yo estaba probando a montar trampas para los animales, cuando Fiona, la chica del distrito 2 se me acercó:

- Hola, tú eres Pablo, el chico del distrito 7, ¿no?

- Emmmss... Sí. -la miré extrañado- Sé que eres la chica del distrito 2 pero, ¿cómo te llamas?

- Ah, yo soy Fiona.

- Hola Fiona, encantado. -pensé que aquí se acabaría la conversación, pero ella continuó.

- Oh chico, el placer es todo mío. -¿me guiñó un ojo?- Miriam nos ha hablado mucho de ti, parece que le importas bastante.

Miré hacia donde estaba ella, y vi que nos miraba fijamente, sobretodo a Fiona.

- Bah, que va, ella me odia.

- Yo de ti no diría eso, le importas, se nota mucho, aunque ella te diga que no.

- ¿Bueno, y eso que mas da?

- Da mucho, porque si quieres con vida a tu princesita -me miró amenazadoramente- apártala de mi Victor.

Dicho esto, me dio un beso en la mejilla y se fue sonriente al lado de Victor. Miré hacia Miriam y, si las miradas mataran, yo ya estaría muerto de la mirada que me había echado ella. Parecía... ¿celosa? Ojalá, aunque creo que solo son imaginaciones mías.

(****************)

Esa misma tarde, me fui a cenar esta vez con todos.

- ...así que mañana deberás intentar utilizar alguna especie de espectáculo utilizando los cuchillos para dejar a los Vigilantes admirados. - estaba hablando Peter.

- Vale, creo que podría colgar una cuerda... -me miró y se calló- oh hola Pablo, no te había visto entrar.

- Vaya Miriam, ¿ahora me hablas? Bah, déjalo, intentemos morir en paz tú y yo. -me miró con cara asesina- ¿De qué estabais hablando?

- Pues hablábamos de lo que yo haré mañana en la prueba individual.

- Oh, ¿y que vas a hacer? ¿Lanzar cuchillos contra un muñeco que ponga mi nombre?

- PABLO, TE JURO QUE TE VOY A...

- ¡BASTA! -Peter estaba enfadado- YA ME HE CANSADO DE VEROS DISCUTIR A LOS DOS. TÚ, PABLO, NO TE METAS CON ELLA QUE NONTE ESTÁ DICIENDO NADA; Y TÚ MIRIAM... Tú simplemente no lo mates antes de hora.

- ¿CÓMO? Ah claro perdona, no recordaba que quieres que yo muera y que aquí la niñita bonita viva, ¿no? ¿PUES SABES QUÉ TE DIGO? ¡QUE TE VAYAS A LA MIERDA! Ya estoy cansado de vuestros jueguecitos, ganaré sin vuestra ayuda.

Dicho eso, me fui del comedor y me encerré en mi habitación. Oh sí, todo ha salido como planeamos.





Fiona en galería.

Los trigésimo cuartos juegos del hambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora