cap: №4

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–vamos Nakamoto, no es la primera vez que vas a besar, deja de temblar– pensaba Niki, este mismo, tenía los nervios de punta, pues su respiración chocaba con la de Sunghoon.

—¿Realmente quieres saber qué otra cosa puedo hacer?— preguntó y se acercó un poco más, si es que eso era posible.

—S-sí— contestó tartamudo menor.

Todo era perfecto, las manos de Moon acunando su cara, las suyas en la cintura del alto, sus labios casi chocando, ¿qué podría salir mal?.

—¡El rey de casa ha llegado!— entró gritando uno de los hermanos del mayor.  Ambos chicos, completamente sonrojados, se separaron y posaron sus manos y miradas en algo distinto.  —Hola hermanito, hey, hola Niki, ¿todo bien?.

—Todo bien, Lucas, ¿y tú?— habló nervioso el menor de los hermanos.

—Hola Yukhei, muy bien, gracias por preguntar.

—Me alegro que estén bien, yo de maravilla, ¿qué estaban haciendo?.

—Oh, preparábamos la merienda porque Sunghoon tenía hambre— respondió Nakamoto mientras volvía al trabajo.

—Genial, yo sólo venía a buscar un par de cosas, ah, por cierto, antes de que lo olvide, Jaemin vendrá a comer con los Jun's, así que debemos preparar mucha comida, sabes que son delgados pero comen como dos personas— dijo el moreno mientras se servía un vaso de agua.

—Entiendo, luego de merendar acompañaré a este bebé a su casa.

—¿Por qué no se queda?— cuestionó con el ceño fruncido.

—Me incomoda estar entre tanta gente, aunque sólo son dos personas, pero igual, prefiero no molestar— respondió Niki.  —Además, prometí que hoy cenaría con mis padres.

—Que pena, quizás otro día puedas conocer a mí cuñado y a mí sobrino, son demasiado tiernos, creo que hasta comparten estatura— rió escandalosamente mientras aplaudía, Sunghoon intentaba no reír.

—¡Oye!, ¡ni que fuera tan bajito!.

—Corazón, mides, literalmente, uno sesenta y cinco.

—Junnie mide lo mismo, si no mal recuerdo— Yukhei pensó y pensó, más bien nada salió.

—Creo que es un poquito más alto, creo, pero bueno, nos veremos otro día, yo debo buscar mis cosas, Jungwoo me espera en su casa— se despidió de ambos menores y se retiró.

Una vez fue cerrada la puerta principal, el coreano tomó la palabra nuevamente.  —Bien, ¿dónde estábamos?— se acercó al rubio de nuevo, acunó su cara, lo miró a los ojos y pasó su pulgar por los labios del menor. 

—Sunghoon, yo— se calló, bueno, lo calló. Era increíble, los labios del pelinegro eran suaves, esponjosos y, en cierto punto, dulces.  Un suave movimiento comenzó, eso desató la confianza de Niki, quien fue valiente y lo siguió.

Entre el beso, Sung sonrió, el japonés lo notó, pero estaba lo suficientemente enfrascado en el beso como para hacer un comentario sobre eso, más se derritió cuando el de lechosa piel bajó sus manos hasta su cintura, él, por instinto, llevó las propias al cuello del alto. 

—Yo— otra vez, interrumpido, pero esta vez, fue Niki quien lo hizo, volvió en busca de los labios de Sunghoon, este sonreía ampliamente entre roces.
Y sin aviso y como si estuvieran sincronizados, profundizan el beso, sin dejar de ser uno inocente, obviamente.  —Niki…

—Mhm— pronunció a duras penas el nombrado.

—Besas bien— susurró, esto sólo provocó un sonrojo y que comenzara a recibir golpes del más pequeño.  —Hey, no pegues, pensé que querías saberlo.

—Pues no quería, anda, vamos a hacer esto así luego te acompaño a comprar las cosas, de paso, y me quedo en mí casa.

°°°

—¿¡YA TE HAS BESADO CON SUNGHOON!?.

—¡No grites Jungwon!, y sí, sí nos hemos besado, es lo que acabo de contarte.

—¡Dios mío!, de verdad, moría porque pasara, ya hasta pensaba darles un empujón, ¿te ha pedido que sean novios?.

—No, y lo agradezco.

—¡Geni- , espera, ¿qué?, ¿por qué lo agradeces?, ¿acaso no te gusta y sólo lo has besado porque sí?, Niki, no vayas a jugar con él, nadie te ha hecho algo así como para que tú quieras hacerlo…

—¡No es eso!, es que, siento que no es momento, ¿sí?, apenas llevamos unas dos semanas de conocernos, no pienso darle un "sí" cuando realmente no siento algo fuerte por él, es decir, sí me gusta un poquito, pero no quiero ir rápido, ¿sabes?, esta vez quiero darme mí tiempo, recuerda que no me fue bien la última vez.

—Sí, pero no te amargues y dale una oportunidad, se ve que es buen chico, si yo no saliera con Jay, saldría con tu "Sunggie".

—Cállate y ni de broma lo digas, tú con Jay, yo con Sunghoon, fin del tema, ¿cómo te fue con tu nana?.

—En realidad, no estuve con ella, me pasé toda la tarde con Sunoo.

—¿Eh?, ¿por qué?.

—Es que Sunghoon me dijo que quería pasar por ti para ir a patinar, pero no quería ir a tu casa porque estaban tus padres y le daba miedo, entonces me dijo que te invite a patinar luego de la escuela para que lleves los patines, luego yo te cancelaba en los últimos minutos y por último, a la salida llegaba tu príncipe y te llevaba a patinar, ¡pero el puerco te llevó a su casa para poder besarte en paz!.

—Oh, pensé que había sido pura coincidencia lo de los patines, digo, él me confesó que quería verme y por eso fue a buscarme, pero no pensé que hubieran conspirado, buena jugada, Seo.

—De hecho, esto no fue cosa de un rato, ¡nos llevo días porque el señorito quería que fuese perfecto!, dios, juré que iba a matarlo si sólo jugaba contigo y lo hacía para ilusionarte, lo juré, Niki, así que, si te hace algo tú me dices y lo desaparezco.

—Niki, hijo, son las dos de la madrugada, ¿puedes dejar de hablar tan alto?, sé que mañana es sábado, pero con tu padre tenemos cosas que hacer, así que por favor, baja el tono corazón— él quedó estático desde que la puerta fue abierta, todavía más se asustó cuando vió a su papá salir de la oscuridad.

—Eh, sí pa, perdón, lo siento mucho, vuelve a dormir, yo bajo el tono— le sonrió avergonzado y nervioso.

—Hasta mañana bebito— el mayor dejó un beso en su frente y salió del cuarto.

—Oye, creo que lo más recomendable sería cortar la llamada y hablar por mensajes, así no molestamos a tus papás.

—Sería lo mejor, bien, corto.

Esa noche, se quedó hasta aproximadamente las seis treinta de la mañana por estar hablando con su mejor amigo.

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