cap: №12

492 74 29
                                    

Caminaban rumbo al cine, iban de la mano, estas se balanceaban de adelante hacia atrás.
Una que otra vez, volteaban a verse con sonrisas de enamorados.

—Sunghoon— Niki reforzó su agarre a la mano del mayor al oír el llamado.

—Yuna, ¿cómo estás?— habló el más alto.

—Bien, oye, ¿te gustaría ir por un helado más tarde?— miró a Sunghoon, estaba que hervía de celos, pero no es algo de lo que el mayor debería enterarse.

—Ehh, lo siento mucho, pero tengo un compromiso— le enseñó las manos entrelazadas a la tal Yuna, él sonrió mirando a Moon.

—Oh, podría ser otro día entonces, tal vez el pr–

—Perdón, pero paso la semana completa con mí novio— se soltaron de las manos y Sung pasó su brazo por los hombros de Riki.   —Y los fines de semana normalmente los paso con mí familia o amigos, gracias de todas formas— le sonrió "amablemente" a la chica e hizo amagues de seguir caminando, por suerte, Seo le siguió el paso.

Una vez se alejaron como dos cuadras, Sunghoon pudo reír en paz.

—Tus celos en lugar de molestarme, me divierten— dijo entre risas.

—Tus amiguitas en lugar de caerme mal, me caen horriblemente mal— rodó los ojos y se alejó del coreano.

—Bebé, no te enojes— él hizo caso omiso y siguió caminando. 

Debía parecer tonto sonriendo cada cinco minutos, es que ¿quién no sonreía al tener a Sunghoon abrazándolo a cada rato?.

—Te odio— trató de fingir que iba enserio, más los besos fugaces que dejaba el coreano en toda su cara, lo delataba por completo.

—No es cierto, tú me quieres— Niki asintió y se dedicó a abrazarlo.

—Creo que fuiste tú el que me hizo brujerías, antes yo le decía te quiero sólo a mis padres y ahora resulta que te lo digo a ti.

—Yo sólo hice que me quisieras.

—Y déjame decirte que lo lograste— iban a darse un corto beso como solían hacerlo, pero Sorry de Justin Bieber los interrumpió.  Riki estalló en risas mientras que Seo trataba de apagar o contestar la llamada.

—¿Es importante?, Jungwon, interrumpiste mí momento.

—Ya me imaginé el momento, pero te recuerdo que estamos en el cine aún, ¿vendrán o no?.

—Ohh, cierto, estamos a un par de cuadras, compren las entradas que yo les invito unos licuados en la cafetería que está a la vuelta.

—Bieen, ¡compra las palomitas también!.

—Sisi, como sea, adiós— el japonés poco más y comenzaba a convulsionar, aún seguía riendo por lo de hace unos cortos segundos.    —Tú ni te rías que seguro amabas esa canción también.

—Bien dicho, amaba.

°°°

—Hasta que el par de enamorados decidió llegar— ellos llegaron rodando los ojos ante el comentario del pelinegro bajito.

—Deja, seguro estuvieron abrazándose por ahí, sabes cómo son, Wonnie— habló Jay, pasando un brazo por los hombros de su pareja.

—Aquí es cuando preguntan un c–

—¿Cómo lo supo?— preguntaron al unísono.

—Gracias por cumplir mí sueño— agradeció Yang y fingió secarse una lágrima.

—¿Vamos a entrar o sólo hablaremos?— cuestionó Jongseong.

—Ah sí, ¿qué película veremos?— ambos se vieron con sonrisas cómplices.   —No, por favor, no me hagan esto.

—Tarde, ya lo hicimos— arrastraron a Sunghoon a la sala, ahí estaba oscuro y la mayoría se encontraban ya en sus lugares.

Ellos pasaron directamente al final, Hoon tomaba fuertemente la mano de Nakamoto, este lo veía un poco extrañado.

—¿Pasa algo?— susurró el rubio, viéndolo con cierta preocupación.

—Sé qué película veremos, ya la vi, y sinceramente, no puedo verla, no quiero y no puedo— respondió, él estaba sorprendido, de los meses que llevaba saliendo con Sunghoon, nunca lo había visto así.   —Permiso, iré al baño.

El bajito se levantó junto con el mayor, lo siguió hasta el baño, ignorando los llamados de sus amigos.

—Sunggie, ¿qué sucede?— el pelinegro se volteó, algo asustado, parece que no había notado su presencia hasta ese momento.

—N-nada, simplemente no quiero ver la película— frunció el ceño, algo no andaba bien.

—¿Es triste, de terror, de comedia, de romance?, ¿por qué no quieres verla?— se aferró a la anatomía del pelinegro, buscando tranquilizarlo.

—Es de terror, y de verdad me da miedo, sé que todo es actuado y tal, pero me asusta de igual forma.

—¿Es la película que fuiste a ver con tus hermanos y cuñados?— Moon asintió.
Ahora entendía.  Recuerda que el mayor estuvo sin dormir tranquilo por varios días, siempre se quedaba hablando con él pasadas las cuatro, eso fue hasta que decidieron ver películas infantiles en una de sus tantas pijamadas.

—¿Me das otro abrazo?.

—No hace falta ni que lo preguntes— rápidamente se acercó y volvió a abrazarlo, se paró de puntas y dejó un pequeño beso en los labios ajenos.

Se quedaron así por un largo rato, abrazados, escuchando sólo sus latidos y respiraciones.
Si alguien entrara, probablemente los vería raro y saldría, ya que ver a dos jóvenes abrazados en los baños, no era algo que se viera todos los días.

—Gracias por quedarte con este bebé gigante que se hace llamar Sunghoon.

—Gracias a ti por quedarte con este bebé caprichoso que se hace llamar Niki.

—¿Por qué seguimos aquí en lugar de ir a la cafetería?.

—Algunas veces hay respuestas que no tienen preguntas— bromeó el menor, sacando una pequeña risa por parte del coreano.

Se quedaron adentro del baño, poniendo música, bailando, cantando y fingiendo hacer notas altas, por suerte, ambos lograron grabar bastante, sería un precioso recuerdo en el futuro.  Tanto como si seguían o no siendo "pareja".

—Sabes… yo pensaba pedirte tu número el mismo día que chocamos cuando intentabas patinar— confesó Sunghoon.

—Yo ese mismo día hice planes para enamorarte si volvíamos a cruzarnos.

—Parece que ambos quedamos flechados a la primera caída— Niki soltó una risa en forma de suspiro.

—No puedo olvidarme lo tímido y tartamudo que era cuando nos conocimos, ahora poco más y tomamos una ducha juntos— se pasó las manos por la cara y el cabello, despeinandose en el proceso.

—Yo no olvido la vez en la que pensaste que te estaban asaltando y sólo era yo haciéndote una broma— Sunghoon se permitió reír escandalosamente.

—Cuando te ríes así, con tantas ganas, te juro me recuerdas a Yukhei y Minhyung.

—Ni de chiste lo digas, ellos son peores que yo— se llevó una mano al corazón mientras que hacía muecas raras.

—Ese serás tú en un futuro cercano.

—Oigan, ¿saben que hasta afuera de escucha todo lo que hablan?— ambos saltaron en su lugar al escuchar a Jungwon.

—¿La película acabó?— el chico asintió.

—Vamos por esos licuados, ¡Sunghoon invita!.

—¡No se abusen que traigo poco y estoy pobre!.

Cliché Donde viven las historias. Descúbrelo ahora