cap: №13

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Decir que estaba nervioso se quedaba corto a cómo se sentía actualmente, sumándole que Sunghoon quiso verlo una hora antes de la cena, por lo tanto, sus nervios incrementaron de manera rápida.

Jungwon y Sunoo llegaron a las seis para ayudarlo, no sólo para su salida, sino para la cena en general.

—Yo diría que debes ponerte esta camisa y mmm, este jean te quedaría bien, sí, definitivamente— decía Sunoo mientras buscaba en el armario y tiraba prendas a la cama.

Junhyuk se encontraba sentado en esta, por lo que acabó tapado por ropa.

—Mm, yo creo que este jean negro, con esta camisa, ¡no!, mejor esta, pero el jean negro sigue en pie, pero quizás este chaleco rojo te quedaría bien— habló Jungwon.

—Esperen, creo que ya, tengo un jean como el que dice Sunoo, pero en negro, y tengo que decir que ese chaleco es buenísimo, además de que nunca lo usé— buscó entre su ropa nueva y sacó las prendas, además de una pequeña mochila.

—Riki, ¿cuál de los dos bálsamos te gusta?— cuestionó Jeon, enseñando los productos.   —Este tiene sabor cereza y este sabor frutilla, ¿cuál quieres?.

—El sabor cereza— respondió y comenzó a peinarse.

—Bien, Sunnie va a maquillarte y yo te voy a peinar, ven primero conmigo— quitó todas las prendas que tapaban al niño, lo guardó rápido y se sentó en la cama.

Jungwon comenzó a peinarlo nuevamente.  Lo alisó un poco y le dejó todo al mayor.

—Esto puede tomar tiempo, no soy como Wonnie que, básicamente es flash, yo tardo un poquito más— sólo eso bastó para que comenzara a aplicar productos, tales como pre-base, base, corrector y así.

Tardó menos de lo esperado por suerte.
Lo que sería maquillaje y cabello, estaba todo terminado, sólo faltaba que se vistiera.

°°°

Ya había llegado a la pequeña plaza, esta vez lo citó en la que estaba un poco más alejada de la cual solían juntarse.

Si era sincero, estaba nervioso, temía porque quisiera terminarlo, aunque nunca empezaron algo formal, pero, eran como una pareja, ¿verdad?.  Realmente parecían y se trataban como una, muchas personas y amigos creían que lo eran hace meses.

Sólo salían, no se hicieron la típica pregunta "¿quieres ser mí novio?", pero sabían que no se necesitaban realmente, pero el miedo seguía allí presente.

—Niki— pegó un salto en su lugar y se giró horrorizado, el pelinegro lo veía con gracia.   —¿te asusté?.

—Un poco— contestó mientras se levantaba para abrazarlo, Sunghoon lo recibió gustoso, quizás no quería terminarlo.   —¿por qué me pediste que viniera?.

—Oh, sobre eso, ¿no quieres un helado antes?— dudó de su pensamiento anterior, ¿lo estaba invitando a la última cita?.   —Niki, hola, Sunghoon llamando a Niki— vió pasar la mano de su acompañante por sus ojos.

—¿Pe-perdón?, ¿qué dijiste?.

—Te pregunté si querías un helado antes de empezar a hablar, es que— sacudió la cabeza, tratando de no pensar en ello.   —Mejor olvídalo— se interrumpió asimismo.  El japonés, sin dejar de temblar, asintió.

Él no quería perder al mayor, al contrario, si podía quedarse hasta que fuera viejitos como las señoras Irene y Seulgi, mejor.  De verdad se había enamorado de Sunghoon, lo que menos quería, era perderlo.

Caminaron hasta un pequeño negocio, compraron los helados y regresaron al lugar inicial.

—En-entonces, ¿de qué querías hablar?— vió al mayor rascarse la nuca mientras hacía una mueca.

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