(Entrevista a Marisol R. De Saltillo, Coahuila en marzo del 2011)
Lo que a continuación vas a leer, es un relato de ella:
En el año 2009 tuve a mi primer hijo, vivía entonces en la casa de mis suegros. Mi bebé siempre se despertaba en la madrugada a pedir comida, los biberones estaban guardados en el refrigerador, para solamente meterlos al microondas y listo, el bebé lo tomara a gusto.
Un día de esos que mi hijo se despertó, eran cerca de las 2 de la mañana... Estaba toda adormilada, y así fui hasta el refrigerador, saqué el biberón y lo metí al microondas, segundos después escucho un silbido en mi oído... Yo pensé que lo había imaginado por lo dormida que estaba, pero segundos después sucedió lo mismo... El silbido en mi oído; Veo a un lado mío y no hay nadie, entonces tomo el biberón y salgo corriendo hacia el cuarto.
Antes de llegar me detuve y me dije a mi misma.-No seas tonta, no fue nada.-
Lo que fue un momento de tranquilidad, termino por sentir la sensación de una respiración en mi cuello y al mismo tiempo siguieron silbando cerca de mi oído. Salté hacia la cama y traté de despertar a mi marido, pero no reaccionó, la cuna de mi hijo comenzó a saltar con él adentro, no sabía qué hacer.
Alguien me aventó en la cama y claramente sentí como una presencia que no podía ver, ni siquiera en sombra, se subía sobre mí. Parecía invisible... Unas manos me comienzan ahorcar tan fuerte que no me dejaba respirar. Comencé a patalear y mi marido seguía sin responder, la cuna de mi hijo seguía saltando y mi bebé llorando, al parecer mis suegros no escucharon lo que pasaba.
A eso escuche una voz de un hombre que dijo –Ese niño es mío-. No sé de dónde saqué fuerzas pero como por arte de magia, lo que estaba arriba de mi desapareció, y la cuna dejó de moverse. Fui por mi hijo y lo cargue, tardé como una hora en hacerlo dormir.
En la mañana les platiqué a todos en son de reclamo el porqué no me había ayudado... Todos se quedaron callados como si escondieran algo, entonces mi suegra intenta decir unas palabras pero mi esposo la detiene... Entonces comencé a exigir explicaciones. No decían nada.
No sé que pasó en ese momento pero comencé a marearme y solo escuchaba que me decían que no me preocupara, que todo iba a estar bien, qué el niño estaba bien. Yo quería ayuda, pero como en la noche anterior, nadie me la dio, hasta que me desvanecí.
Cuando logré despertar estaba en mi cama y había gente extraña viéndome, no eran doctores ni personas conocidas, no conocía a ninguno de ellos, solo veía caras, gente desnuda y escuchaba cantos raros. Me aventaban agua y olía a huevo podrido, yo recuerdo que solo me reía de ellos, en momentos no sabía porque, pero si escuchaba mi risa, era un momento muy alegre, aunque ellos se veían preocupados.
Tarde mucho en poder controlar mi risa, aún no encuentro motivos para carcajearme de algo. Escuché una música de campanas que venían de atrás de la gente. Por más que buscaba de donde venía ese ruido no podía, la gente a mi alrededor no me dejaba ver, y más porqué estaba atada de manos y pies.
Lo único que vi fue un hombre alto y muy pálido en la puerta del cuarto. No entendía lo que decían y eso me desesperaba mucho, y todavía súmale el agua echada a perder con las burlas de las personas desnudas a mi lado, comencé a gritarles groserías, maldiciones y todo lo que me sabía. Pero entre más lo hacía yo más fuerte hablaban ellos.
Yo solo pensaba en mi hijo, quería saber que le habían hecho, ¿dónde estaba? comencé a preguntar repetidas veces, algunas veces gritaba y parecía que no me escuchaban, solo me sujetaban más fuerte... Vi a ese hombre en la puerta, pero ahora con mi hijo en sus brazos y no sé de dónde saque fuerzas para gritar como nunca y decirles –¡¡¡Ese niño es mío!!!-, todos se callaron y me pusieron en la frente un fierro que estaba ardiendo, me estaban quemando mi frente, no soportaba el dolor...
Después de eso, me desmayé...
Desperté y ya no estaba esa gente, solo estaba mi esposo, mis papás y mis suegros. Me preguntaron que si no recordaba nada, y yo les dije que si... y lo mismo que te platico, les platiqué a ellos... Hasta hoy nadie me ha dicho que ha pasado, mi esposo casi no duerme, me siento vigilada por mis papas y mis suegros, como si estuviera loca o fuera a matar a alguien...
S. MARISOL R. DOMÍNGUEZ ESTUVO POSEÍDA POR UN DEMONIO DE NOMBRE BALAN, UN PRÍNCIPE DEL INFIERNO, DURANTE MÁS DE DOS AÑOS. SE LE REALIZARON VARIOS EXORCISMOS EN LA IGLESIA DEL OJO DE AGUA EN SALTILLO, Y EN LA PARROQUIA SAN MIGUEL ARCÁNGEL DE PUENTE JULA, VERACRUZ.
DESPUÉS DE TERMINAR LA ENTREVISTA ELLA DIJO QUE TODAS LAS NOCHES SOÑABA COMO IBA A MORIR, Y SERÍA EN UN COCHE. EN DICIEMBRE DE 2011 RECIBO UN MENSAJE DE TEXTO DE UN AMIGO EN COMÚN, DICIENDO QUE MARISOL HABÍA MUERTO EN LA AUTOPISTA TORREÓN-SAN PEDRO, UN CAMIÓN HABÍA IMPACTADO DE FRENTE EL AUTO EN QUE VIAJABA CON SU ESPOSO Y SU HIJO... AFORTUNADAMENTE EL NIÑO SOBREVIVIÓ.
El nombre de Marisol se creó para inventar esta historia por respeto a quienes la conocen.