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            ||私は気が狂いそうだ||

— Mierda... No puedo sacarlo de mi cabeza... — Soltó el humo del puro retenido en sus pulmones, miraba por la ventana de la mansión, en unos días se regresaría a Seúl, al no haber encontrado un omega perdería todo, eran dos opciones, casarse con Jung Yerin o renunciar a la vida, la cómoda vida y próspero futuro como el heredero de todo lo que los Jeon hacían por generaciones y cederlo a su hermana mayor. — ¡Eso nunca! — Seguro parecía un demente pero no, el no era débil, si se tenía que casar lo haría, al final era innecesario sostener una relación más allá fuera de cámaras. Pero le daba asco, después de todo no sólo se mentía a si mismo, puesto sí había encontrado a alguien y por temor le había dejado ir, ¿Realmente era temor o no quería comprometerse? Es que él no deseaba casarse... Pero era la única forma de heredar todo, la única.

Suspiró con frustración apagando el puro, quizá sólo quizá podría intentarlo, no se casaría con Jung Yerin, no, tampoco cedería la empresa, solo tenía que hacer felices a todos, tener al omega de la otra noche como esposo para que su alfa dejara de joder, casarse para contentar a sus padres, ganarle a su hermana y ser dueño de muchas empresas en Corea y otros lados del planeta. Su plan era más que perfecto.

— Tendrás al omega... Tendremos al omega. — Apagó la luz recostandose, dormiría — Mmmh, Park Jimin. —

Llegó el lunes, el domingo se pasó con sus amigos siendo más sencibles con él, un Taehyung serio y un Jimin aún traumatizado con su omega interno exasperandolo cada que le era posible.

Al menos me ayudaron a hacer el trabajo de ese profe aguafiestas y estaba bien.

Pensó riendo internamente, ya era salida y iría a su departamento, en la salida se quedó esperando a su mejor amigo como era costumbre, esperaba a pesar de la creciente discusión entre ellos se fueran juntos. Espero y veía que pasaban los minutos, creía que no llegaría pero cuando estaba a punto de irse solo escucho una voz.

Que no era la de Taehyung claramente.

Frunció su ceño dándose vuelta, lo habían nombrado y no podía creer quien era. — Pero... Que carajos... — Murmuró al ver ahí a Jeongguk, vestido de una forma informal, no como la última vez pero espera, ¿Qué estaba haciendo ahí? No, estaba mal ellos habían jurado no verse nunca, NUNCA MÁS. — J-Jeongguk... No se supone que... —

— Shh, vine a recogerte, te llevaré a tu casa, sube. — Señaló una Ducati negra, no, el odiaba las motos con toda su alma, parecía que aquel galante hombre se había convertido en un hombre común y corriente. ¿Entonces por qué su omega estaba casi ronroneando?

Notó qué algunos estudiantes del área se les quedaban viendo y murmuraban cosas, esto lo incomodaba en grandes magnitudes, además esto traería más que serios problemas. — Yo... No, no puedo ir contigo. — Se dio vuelta nuevamente decidido a irse corriendo de ahí, no queriendo ser juzgado ni obligado a algo por nadie.

— Ahg, Jimin anda... Transporte gratuito no te vendría mal. —

— ¡Eh dicho que no! — Gritó cabreado y yendose corriendo, segundos después escuchó el arranque de la moto del alfa y como aceleraba así que corría más rápido, joder la mochila se lo hacía más pesado, debía buscar la forma de escapar, ¡¿Que estaba demente?! ¡¿Que carajos le ocurría?!

Cuando vio su oportunidad en ese pequeño pueblo a las afueras de Busan encontró un callejón y por ahí se metió, después de unos quince minutos de ser perseguido por Jeongguk escuchó lejos la moto y decidió esconderse ahí, intentaba regular su respiración, estaba exhausto, ¡que es que no podía estar tranquilo ni un momento ahora!

Jeon's Mansion Donde viven las historias. Descúbrelo ahora