Jeon's Mansion

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                          ||幸せは嘘||

— Te espero. — Dijo Jimin para caminar a la salida del departamento y esperar a Jeongguk, de todas formas debían tomar el ascensor juntos para que no tardara demasiado puesto eran varios pisos hacia abajo. El alfa se dirigió a la dirección de la habitación que estaba destinada para ser solo un closet ya que nadie ocuparía las otras dos habitaciones del departamento de momento, sí, de momento. Al tomar el saco en conjunto del traje que usaría el día de hoy se acercó a mirarse al espejo y acomodó un poco su cabello, sonrió levemente tras verse en este mismo y salir para ir junto con su novio fuera del edificio al auto para llevar a Park a sus clases en la universidad.

Una vez estuvieron montados en el auto lo encendió para comenzar a conducir, la radio local sonaba pero no muy alta, seguía siendo algo temprano en la mañana, recién eran las ocho, su novio entraba ese día según su horario a las ocho y media por lo que les daba tiempo perfecto, el departamento era céntrico en Seúl así que no tardarían tanto. Después de unos veinte minutos llegaron, se acercó lo más posible a su edificio, notó a Jimin tomando todas las cosas que utilizaría para las clases... Se sentía feliz en poder estarlo apoyando en su sueño de estudiar lo que quería. — Nos veremos más tarde Ggukkie, te llamaré cuando esté en el departamento~. —

— Quizá yo llegue antes que tu... Pero esta bien, ten mucho éxito mi amor, igual cualquier cosa que necesites mándame un mensaje~. — Ambos acercaron sus rostros y se dieron un corto y cálido beso, al separarse Jeon soltó un pequeño quejido puesto verdaderamente quería pasar todo el día y todos los días con su omega, lastimosamente por sus itienerarios no era posible de momento, ya anhelaba que ambos tuvieran vacaciones pero era demasiado pronto, recién acababan de llegar hacia unos días.

— Adiós~. — Dijo el rubio finalmente bajando del auto y cerrando con cautela la puerta, Jeon por su parte no le perdió de vista hasta que dejó de ser notoria su persona, habían varios alumnos ingresando... Era una universidad difícil sin duda pero aun así su capacidad de admisión era variada. Soltó un suspiro y se concentró nuevamente en conducir hacia uno de los edificios en los que tendría una junta, la primera de tres en todo el día, vaya que ser heredero de los Jeon no era un trabajo fácil tampoco, tenía que poner mucho esfuerzo. Mientras conducía no evitaba pensar que el tiempo se había pasado muy extraño, ¿por qué? Bueno, desde que había conocido al menor para acá las cosas iban lentas pero a su vez los últimos meses incluso antes de su noviazgo eran rápidos.

Cuando Seulgi desapareció había sido un mes muy pesado a penas y tenía el tiempo de ir a Yangsan a ver a Jimin por lo que llegó a pensar que iba a molestarse consigo pero fue lo contrario, Park era bastante comprensivo y paciente cosa que le sorprendía bastante a cuando recién lo había conocido, sin duda conforme pasa el tiempo y vas conociendo más a alguien puedes llegar a flecharte aun más. Bueno, la razón también por la que no aguantaba tanto ahora por su parte, el porque estaba tan desesperado en tener al omega como chicle al lado suyo se debía a que por esto mismo de estar tan ocupado a penas y veía a su pareja los últimos meses, lo extrañaba mucho cuando tenía que estarse yendo a Seúl por trabajo y él se quedaba allá, fue por eso inicialmente que le pidió... No, más bien le rogó que vivieran juntos y a Park si le había parecido una buena idea pero fue aun mejor cuando este consiguió un lugar en la universidad que siempre había querido.

Los primeros dos meses de noviazgo le fueron complicados, trataba de estar el mayor tiempo posible con el rubio, no le importaba tener que viajar en múltiples ocasiones pero de todas formas le fue insuficiente. Por eso tenía la esperanza de que llegando a Seúl tuvieran mucho más tiempo juntos pero debido a su apretada agenda era complicado y las cosas no estaban saliendo tal y como había pensado. Recién era el tercer día de la semana en la que iba a la carrera su pareja y a penas habían convivido estando en el departamento, no tenían tanto tiempo como le gustaría pero aun no perdía esperanza, a penas era el comienzo, la desventaja ciertamente era; por su parte trabajaba varias horas al día y por la del menor era estudiante.