Capítulo 12.

1.7K 106 3
                                    

-¿Qué vas a comprar, Vale?.-Linda forma de saludar a mi prima.

-Unas cosas que me pidió tu mamá.-Se miró en el espejo retrovisor.

-¿Es por lo de Gloria?.-Pregunté enfadada.

-Si, Cass no se porque estás enojada.-Dejó de verse en el retrovisor y me volteó a ver.

-Es que todos hacen un escándalo por que Gloria viene, ¡wuhu!.-Moví mis manos 'feliz y contenta'.

-¿Sabes qué? Mejor vamos al hospital, ya iré después yo a comprar lo que me pidió tu mamá.-¿Al hospital? ¿Para qué al hospital? ¿Será por lo del bebé?.

-Mejor vamos al súper, de todos modos comprarás las cosas alguna vez.-Dije cruzandome de brazos como niña pequeña.

-Bien, pero quita esa cara.-Metió las llaves y encendió el auto.

Durante el camino no cruzamos palabra, yo iba cambiando la estación de radio y Vale cantando las canciones donde paraba mi búsqueda por una.

-Vale, el súper mercado está por la calle anterior.-Le indiqué señalando hacia atrás.

-Claro que no, esta por la siguiente.-Negó.

-No, es por aquella.-Repetí.

-Cass, conozco estás partes como la palma de mi mano.-Me enseñó la palma de su mano.

-Estoy segura de que es por allá.-Resonge.

-Es por la siguiente.-Volvió a contradecir.

-¡Vale, cuidado, aquí es...-No dije más, el golpe del auto contra mi puerta fue más fuerte que mi grito. Escuché varios vidrios romperse y parecía todo dar vueltas lentamente, mientras que sentía un dolor inmenso en mi cabeza y brazo.

-¡Cass, mi amor!.-¿Mi madre? Si, esa era mi madre, pero ¿que hacía ella aquí?.

-Haremos todo lo posible, señora.-Una voz nada reconocible habló.

-Está perdiendo sangre, pidan un donador.-¿Un donador? ¿Donde estoy?

Quería abrir mis ojos, pero no podía, sentía que tenían alguna clase de pegamento en las pestañas, tampoco podía mover las manos, ni las piernas, ni la boca, ¡Ni nada!.

A los minutos, sentí que me llevaban en una camilla a otro lugar, a un lugar un poco más cálido y ya no se escuchaban varios doctores, solo la persona que conducía mi camilla.

-¿Puedo pasar a verla?.-Preguntaron.

-¿Es familia?.-Preguntó el conductor de mi camilla.

-Soy su novio.-Contestaron, ¿mi novio? ¿tengo novio?.

Después de eso no escuché ningún otro ruido, sino que sentí los pasos de mi 'novio' acercarse y después tomo asiento junto a mi y agarró mi mano.

-Cass, no sabes cuanto me has preocupado.-Comenzó.-Los chicos y yo estábamos en el restaurante y de pronto tu padre comenzó a decir lo del accidente a tu madre, ellos dos salieron corriendo de ahí y dejaron a tu primo a cargo, tenía que venir a verte.-Besó mi mano.-Se que no nos conocemos muy bien, pero desde el primer día que te vi, para mi eres la chica más hermosa del mundo, se que cuando despiertes no vas a recordar esto, pero Cass, me gustas, me gustas mucho.-Volvió a besar mi mano y después besó mi frente.

Después de un rato sentí que tenía fuerzas hasta para volar y abrí los ojos de golpe, estaba una muchacha algo bajita y regordeta con una bata blanca; enfermera.

-Cassandra.-Me llamó.-Que bueno que despiertas, ¿como te sientes?.-Preguntó con una sonrisa.

-Bien, ¿qué pasó?.-Pregunté y sentí un dolor en la cabeza.

-Es mejor que descanses, tus padres te dirán después.-Dejó una tabla con hojas blancas a un lado de la camilla y salió de la habitación.

La enfermera llevaba, según mis cálculos, unos diez minutos fuera de mi habitación y mis padre nos aparecían. Unos segundo después de que pensará en como salir de aquí, Shawn y Vanessa entraron.

-Cass.-Vanessa soltó la mano de Shawn y me abrazó.-Que bueno que ya estas mejor.-Sonreí.

-Hola Cass.-Me abrazó Shawn.-Me alegro por ti, eres una chica fuerte.-Los tres reímos ante el comentario de Shawn.

-Vane, necesito saber como esta Vale, necesito hablar con ella.-Dije desesperada, mi prima está embarazada y acabamos de tener un choque, según me dijo Vale.

-Shawn, lindo, ¿podrías ir por una silla de ruedas?.-Le preguntó la castaña con voz tierna.

-Claro.-Asintió Shawn y salió de la habitación.

-Vanessa..-

-Vale está bien, dentro de lo que cabe.-Bajó la mirada.-Estaba embarazada y perdió el bebé.-Me llevé las manos a la boca, mi prima acababa de perder a su hijo. Tal vez no estaba de acuerdo con su embarazo, pero jamás le hubiese deseado la muerte a una criaturita.

El Restaurante | Nash GrierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora