Capítulo 17.

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-Cass, un chico te busca.-Cerré mi computadora al escuchar a Gloria y salí de mi habitación.

-Hola Nash.-Bajé un poco más rápido de lo que podía las escaleras y casi me caigo en el último escalón.

-Hola, vine hace rato y no estabas.-Sonrió nervioso. Celoso.

-Vengo de la casa de Vale.-Dije en mi defensa.

-Oh, ¿cómo sigue Vale?.-Preguntó, le señalé el sillón para que tomáramos asiento.

-Bien, quizás pueda volver a caminar en unos meses.-Sonreí y él también lo hizo.

-Me alegro mucho por Vale, ¿puedes salir?.-Asentí, le dije a mi mamá que saldría con Nash a dar una vuelta y ella me dio permiso después de decirme que me cuidara y que no hiciera algo inapropiado.

-¿A dónde vamos?.-Pregunté atando mi cabello con una liga.

-A comer un helado.-Me contestó con la voz de Dora la Exploradora a lo que reí.

-No me digas que ves Dora.-Dije riendo y él me miró avergonzado.

-Claro que no, bueno, a veces con mi hermanita.-Se encogió de hombros. Puntos para Nash. Que tierno, cosita.

-¿Tienes una hermanita?.-Pregunté haciendo mi voz suave y tierna.

-Si, te la presentaré algún día.-Sonreí.-¿La chica que abrió es tu hermana?.-Preguntó.

-Si, Gloria.-Respondí rodando los ojos.

-Creo que no te cae bien.-Levantó ambas cejas.

-Si me cae bien, de hecho, la quiero y daría mi vida por ella, sólo no la soporto bajo el mismo techo.-Ambos reímos.

-Lo mismo me pasaba con Will.-Volteé a verlo, ¿tenía otro hermano? ¿pues cuantos son?.-Pero cuando se fue lo extrañe demasiado.

-Gloria no vive con nosotros, de hecho vive en California, está de vacaciones.-Asintió para sí mismo.

-¿tTe gusta el de chocolate?.-Preguntó poniéndose frente a mi y caminando de reversa.

-Prefiero el de vainilla.-Me encogí de hombros viendo a Nash con una sonrisa.

-Eres de las mías, chica.-Levantó su mano para que chocaramos los cinco y, pues, chocamos los cinco.

Nash pidió los helados y caminamos a una fuente que se encontraba en una de las esquinas del parque, ambos no sentamos en una banca frente a ésta y comenzamos a comer nuestro helado en silencio, un silencio muy incómodo.

-¿Dónde estudias?.-Nash preguntó de pronto.

-East Coast High School.-Contesté.-¿A qué se debe la pregunta?.

-El otro día Taylor le preguntó a Vale y ella no le contestó y pensé en preguntarte a ti.-Se encogió de hombros.

-Oh, ¿A Tay le gusta mi prima?.-Pregunté sabiendo la respuesta.

-Le encanta.-Ambas reímos.-Está loco por ella, ¿y a ella?.

-También, pero Vale aún no sabe muy bien que quiere.-Le confesé, él volvió a encogerse de hombros.

-Típico, las mujeres nunca saben lo que quieren.-Reí, él tenía razón, pero claramente defendería a las chicas.

-Claro que si, queremos a un hombre millonario.-Nash tomó un poco de agua entre sus manos y me la arrojó.-¡Nash!.-Le grité con una sornrisa y él río.

-¿Qué harás, niñita?.-Usó una voz desafiante y yo entre cerré los ojos.

-Nash Grier.-Dije para formular algo amenazante, pero nada se me ocurrió.

-Cassandra Thomson.-Dijo él y levantó una ceja.

-Bien, no tengo nada que hacer, sólo no lo hagas o te pateare.-Reí, no podía pegarle, no tenía las fuerzas.

-Está bien, me rindo.-Se sentó junto a mi de nuevo.-El otro día estaba pensando en algo.-Lo volteé a ver 'asombrada'.-Si, si pienso.-¡Oh por Dios! Leyó mis pensamiento.-Tu nombre es muy largo y mi nombre muy corto.

-¿Y?.-No entendí su pensamiento.

-Somos la pareja perfecta.-Sonreí y él también me sonrió.

-Si, lo somos.-Me acerqué y le di un beso en la mejilla.

-Debemos de tomarnos una foto.-Sacó su celular y tomó una selfie, le dije que mi teléfono había quedado totalmente destrozado en el accidente y comenzó a burlase de mi.

Llegué a mi casa antes de las nueve, mi mamá y Gloria habían salido y papá estaba dormido. Comencé a platicar conmigo misma en mi habitación, había platicado conmigo misma desde que estaba en el hospital, pensé en Nash. Nash tenía todo lo que siempre había soñado en un novio, era tierno, amable, atento, divertido, más alto que yo, algo celoso y le ayudaba el color de sus ojos y que fuera lindo con su hermana pequeña. Mi madre siempre me ha dicho que es imposible que un chico tenga todas las cualidades que buscó y si lo llego a encontrar es porque es una persona doble cara y que actuaba así para llegar a tener algo más allá serio del noviazgo. Nash no parecía ser ese tipo de chicos y por una parte estaba agradecida, pero por otra tenía medio a equivocarme y que fuera lo contrario a lo que yo pensaba. También pensé sobre el accidente, pensé en mi vida, lo malo que he hecho y que tal vez en aquél accidente pude haber perdido mi vida y/o a mi prima. Había sido una mierda de persona con Gloria desde que tenía catorce años, osea hace tres años atrás, recuerdo muy bien el porque, pero no me gusta contarlo, también había despreciado el gran trabajo que a sacado a mi familia adelante y que tal vez ya no vuelva a el, pero quien sabe. Me dormí con miles pensamientos en mi cabeza, oí a mi madre y a Gloria llegar y quería correr a ellas a abrazarlas, pero una grandes ganas de llorar se apoderaron de mi al recordar lo que había estado pensado, ellas era mi todo, no podía perder a mi todo y seguir viva. Las lágrimas hicieron que me durmiera más rápido, pero a la hora volví a despertar. Sed, tenía sed, mi madre había dejado una botella de agua cerca de mi puerta y decidí beber de esa.

Miré por debajo de la botella y observé un papel blanco tirado justo a la entrada, dejé la botella y tomé el papel.

"Te he dejado dulces, sabes que puedes llamarme cuando sea. Te quiero, Gloria.."

Se me hizo extrañó aquello, Gloria seguía en casa y ¿me había dejado dulce?. Arrugue el papel y lo deposité en el bote de basura de mi habitación, de nuevo apagué la luz y fui a mi cama.

"Uno nunca sabe lo que pasará mañana.."

Recordé que mi padre me había dicho esa frase hace algunos días cuando estaba en el hospital, no tenía ni idea de porque había llegado a mi mente y decidí olvidarla y volver a dormir.

El Restaurante | Nash GrierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora