-Quiero volver a casa.-Le llorique a Gloria.
-No seas ridícula, estás en Los Angeles, puedes conseguirte algo mejor.-Apoyó, ella tenía razón.
-Iré a pasear un rato, ahora vuelvo.-Gloria me había dado un mapa de la ciudad de Los Angeles, no le entendía muy bien, pero si me perdía podía tomar mi teléfono y marcarle.
Caminé observando cada detalle de la gran ciudad de Los Angeles, era realmente hermosa. Muchas personas mostrando diferente tipo de arte en las calles, el paseo de la fama y de mas cosas.
-Auch.-Gemi sintiendo el golpe del pavimento en mis rodillas.
-Oh, lo siento.-El chico con el que había chocado me ayudó a levantarme.
-Eres un tonto Jack.-Se burló una chica detrás de él.
-Oye, dejame.-Le resongo y sacudió sus pantalones.-Lo siento, ¿estás bien?.-Preguntó observándome.
Era un chico muy lindo, alto, ojos marrones, cabello castaño claro y delgado.
-Si, ¿tú estas bien?.-Le pregunté embobada en su rostro.
-Si..-Respondió.
-¡Jack!.-Volvió a gritar la chica.
-Jenn, ven.-Una chica bajita, morocha y con lindo cabello café claro y largo se acercó.
-¿Qué?.-Preguntó algo fastidiada al chico.
-Ayudame a ayudarla.-Los tres reímos levemente por el comentario.-Soy Jack, ella es Jenn.-Presentó por ambos.
-Soy Cass.-Dije, ellos asintieron a mi saludo.
-Cass, ¿quisieras venir con nosotros?.-Preguntó Jack.-Es una forma de decir que lo siento por chocar contigo.-Río levemente.
-Claro, gracias.-Le dije y los dos se subieron a su penny board y me guiaron hasta un restaurante.
Ambos pidieron algo de beber y Jack insistió en que yo también ordenara algo, al final los tres caminábamos con una malteada en mano.
-Vayamos a Santa Mónica.-Opinó Jenn, sonreí, siempre ha sido uno de mis mayores sueños conocer esa playa.
-Claro, ¿vienes?.-Me preguntó Jack.
-Sólo le avisaré a mi hermana.-Ambos asintieron y marqué el número de Gloria, le dije que iría a Santa Mónica y ella sólo me dijo que me cuidara.-Vamos.-Éstos chicos parecían muy buenas personas.
Jack tría un lindo Jeep color negro, me recordó al auto de Gilinsky y sonreí al recordar aquél tonto día, además de que ambos se llamaban Jack.
-No eres de LA, ¿cierto?.-Preguntó Jack de la nada, negué.
-No, soy de Carolina.-Le dije, él se colocó sus lentes de sol.
-Me gusta mucho Carolina, ¿Norte o sur?.-Preguntó.
-Norte.-Respondí, extrañaba mucho mi casa.
-Cass, no es que sea metiche, pero ¿eres la novia de Nash Grier?.-Trague en seco ante la pregunta de Jenn.
-Era su novia.-Ella se disculpó en silencio y resté importancia.
-¿Por qué terminaron?.-Preguntó Jack.
-Eso no se pregunta.-Lo regañó Jenn.
-Está bien, y por infiel.-Ambos asintieron.
Me dolía hablar de Nash y más de la manera que lo estaba haciendo, pero era la verdad. Unos quince minutos mas hablando y riendo llagamos a la playa.
-Es hermoso.-Suspire, era más hermoso de lo que imaginaba.
-Entonces, se merece una foto.-Dijo Jenn, Jack me abrazó por los hombros y pasé mi mano por su cadera, Jenn tomó la foto de nosotros con el mar de fondo.
-Es muy linda la foto, me la mandas Jenn.-Le dijo Jack, me sonroje levemente. Jenn me pidió mi número de teléfono y se lo pasé, después me mandó la foto a mi también.
Pasamos una gran tarde en la playa, conociéndonos más, eran unos chicos realmente divertidos y extraordinarios.
Llegué a casa antes de la cena, invité a los chicos a cenar, ellos lo dudaron un poco, pero después los convencí de que se quedarán.-Fue una tarde divertida.-Repetí a Gloria, los tres reímos y mi hermana río nerviosa.
-Si, sobre todo cuando Jack se cayó.-Volvimos a reír aún más fuerte, Gloria nos veía con una mirada confusa.
-Si no hubiera caído, no la hubiéramos conocido.-Me sonrió, Jenn y yo volvimos a reír.
Despedí a los chicos y me tiré en el sillón, amaba el sillón de mi hermana.
-Veo que te has olvidado demasiado rápido de Nash.-Comentó Gloria.
-¿Qué?.-Pregunté levantando la cabeza.
-El chico, Jack, creo que le atraes.-Negué repetidas veces, no le podía gustar a Jack. Llevábamos horas de conocernos.
-Creo que le gusta Jenn.-Dije, y era cierto, tenían muchas miraditas sospechosas.
-Eres una tonta.-Se fue enojada hasta su habitación y me dejó confundida en el sillón. Ella había sido la que me dijo que me olvidara de Nash, ¿o no?.