» sexto.

6.4K 994 34
                                    

Dirijo a Arline una mirada de urgencia, y ella se encoje de hombros, como diciéndome que no sabe qué hacer, y es entonces cuando comprendo que eso es lo que ella pretendía decirme.

Me siento mareada de repente, y a la vez me agobio, sintiendo como si las paredes se estuviesen cerrando y me empezara a quedar sin aire. Arline me mira con un gesto de disculpa en los ojos y sale de la cocina.

Nunca antes había tenido la necesidad de salir de aquí de esta forma.

Normalmente, no hay quien me saque de aquí y en este instante, viendo cómo la hilera de camareros se aproxima, yo solo empiezo a hiperventilar.

—¿Estás bien? —uno de los cocineros de la empresa de catering me pregunta, visiblemente preocupado.

Intento asentir, y cuando se abre la puerta, en un acto reflejo, me agacho, actuando como alguien que está buscando algo con mucho interés, pero es mi madre la que aparece.

«Dios mío, esto no me puede estar pasando a mí», pienso.

—Chicos, hoy tenemos una boda importante para Smith's, y también para la empresa de catering —anuncia mi madre—. Tenemos que trabajar como un equipo, junto con los camareros —que aparecen y se colocan uno a uno con total sincronización, y yo sigo "buscando algo"—. Se casa la hija del alcalde, así que tendremos que dar unos excelentes servicios. ¡Buena suerte!

Sale y doy gracias porque no me haya mencionado, y le explico a todos los chefs todo lo que tenemos que hacer.

Va a ser una boda muy larga para todos, pero más para mí.

No puedo evitar observar a Quinlan de espaldas, caminando hacia una de las mesas con tres platos llenos de aperitivos.

No puedo porque, nada más hacerlo, me dan ganas de llorar.

»»»

Arline aparece cuando está a punto de salir la tarta, y sus dedos están jugueteando con una de sus pulseras, por lo que sé que está nerviosa (aunque es completamente imposible que lo esté más que yo).

—Lizbeth Banks, la novia —empieza a decir—, quiere que seas tú quien saque la tarta. Porque dice que estaba todo genial y...

—No puedo.

Ella se encoje de hombros.

—Arline, no puedo —repito—. Sabes por qué.

Está a punto de abrir la boca y decirme algo que, a lo mejor, habría estado bien, pero nunca lo llegaré a saber, ya que aparece mi madre y anuncia:

—¡Mi hija, Kerrie Smith, va a sacar la tarta!

Arline me aprieta la mano, en un instento de consolarme, pero yo no puedo.

Porque sé lo que va a pasar ahora: yo voy a llegar con la tarta y van a estar todos los invitados y todos los camareros mirándome.

Y Quinlan está ahí.

n/a: hola :)

no sé cómo me he animado a subir porque me encuentro muy mal hoy, pero eso da igual así que... yo espero que os guste el capítulo.

también me gustaría deciros que voy a escribir historias largas también, en esta cuenta: @ohparxdise, donde he subido el prólogo de una historia llamada sinister (la idea original no es mía, sino de la genialísima @justfckme).

bueno, de verdad espero que os paséis y votéis comentéis... es algo totalmente a lo que estoy acostumbrada a escribir, por lo que de verdad ojalá os guste <3

                                        - carmen

Quinlan (1982) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora