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Una vez que los detalles estuvieron cerrados con Schilling y Covington, Louis se excusó y volvió a su trabajo. Entró al ascensor solo, mirando a los empleados escabullirse en zapatos de tacón y polleras tubo y trajes matizados entre el negro y blanco, sin color aparte de las flores rojas en la mesa de vidrio de la recepción.

La puerta se cerró y Louis exhaló una larga respiración, dejando que su cabeza caiga hacia adelante. Ajustó el nudo de su corbata, moviendo su cabeza de lado a lado. Sacó su celular, observando a través de los mensajes de texto.

Presionó el botón inferior y sostuvo el celular a la altura de sus labios, hablando "Llamar a mamá entre los proximos tres dias."

Su celular hizo un sonido, una alerta del calendario saltando en su pantalla para que la apruebe. La aprobó mientras una nueva llamada entraba. Los labios de Louis se apretaron en una línea, sus pulgares deslizándose por la pantalla antes de mandar la llamada derecho a mensajería de voz.

Su asistente Liam, había llamado una cantidad abundante de veces, incluso había más mensajes de texto y mails esperando por él. Era el comportamiento normal de Liam, quien entraba en pánico si estaba inseguro de si Louis había regado el helecho de su oficina. La respuesta siempre era un claro 'no'. Louis nunca recordaba regar el helecho que Liam había insistido en comprar para incrementar la circulación del cerebro o el oxígeno o alguna otra cosa relacionada al cerebro y oxígeno sobre la cual había leído.

Las excesivas llamadas que para alguien podrían ser causa de enojo, a Louis no le molestaban. Liam servía como el perfecto, educado filtro para mantener llamadas no queridas y a la gente lejos de Louis, mientras que también manejaba una agenda de locos y mantenía la excesiva demanda de clientes, todo con una sonrisa en su cara.

Desde que Liam era su asistente, Louis no había partido ninguna reunión, vuelo, o eventos de trabajo y a menudo recibía  cumplidos por los emails enviados por el encantador asistente. Liam todavía no había mejorado el método de como Louis prefería su té, pero era humano. Sus energías estaban en la oficina, no en la cocina.

Louis camino fuera del ascensor, sus brillantes zapatos negros sonando sobre el incluso más brillante suelo de marmol. Marcó el numero de Liam y llevó el celular a su oreja.

"¡Hola, señor!"

"Hey. ¿Qué hay?"

"¿Todo fue bien con Acker-Jones?"

"Los tengo." Louis dijo, pasando por una puerta giratoria. "Está hecho."

"¡Bien hecho, señor!"

Louis podía oír la genuina emoción sonando en la voz de Liam. Cuando a Louis le iba bien, Liam usualmente sentía lo mismo.

"¿Qué necesitas?" Louis se paró afuera, aire fresco chocando su cara. Apretó su bufanda gris carbón. "Olvídate de la palabra señor. Estas empezando a sonar como Jarvis de Iron Man."

"¿Está cerca de Branson?"

El corazón de Louis se cayó hacia su estómago. Sus pies se detuvieron, la gente rodeándolo en la vereda.

"¿Qué?"

"¿Ray Branson? ¿Tiene un almuerzo con el hoy? Se que lo puse en mi agenda." Escribió frenéticamente en su teléfono. "Espere un momento, por favor. Aclararé esto."

"Mierda." Louis dijo, masajeando su frente con los dedos. "Si, lo hiciste. Me llegó la notificación esta mañana y perdí la completa noción del tiempo. Es todo mi culpa. La reunión tomó más de lo que yo esperaba y..." Miró su reloj, mordiendo su labio inferior. Caminó rápidamente hacia el final de la calle. "Tendré que tomar un taxi. Nunca llegaré a tiempo si tomo el tren."

Escapade || L.S Donde viven las historias. Descúbrelo ahora