tres

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Liam observaba su escritorio, sus dedos acariciaban su barbilla y sus cejas estaban fruncidas. Alcanzó una taza de metal que estaba en la esquina superior derecha de la mesa y cambió la posición de un lápiz negro recién afilado con una lapicera negra.

Dio un paso hacia atrás e inclinó su cabeza hacia el lado derecho. Agregó una lapicera azul a la mezcla de implementos de escritura, luego los cambio de nuevo hasta que el lápiz estuvo al frente, el azul y la lapicera negra detrás.

Cruzó los brazos sobre su pecho, sus ojos estaban fijos y serios. Asentía al ritmo de la canción que sonaba suavemente desde los parlantes de su computadora, una selección para su trabajo de la estación de radio Pandora.

Alcanzó la taza y la llevó un centímetro hacia la izquierda. Sacó su mano y observó. Se acerco nuevamente y la roto medio centimetro hacia la derecha, la satisfacción relajando sus facciones.

Asintió una vez, firme.

"Ahi esta."

Observó alrededor de la extensa y moderna oficina. Otros asistentes se apuraban, moviéndose de escritorio en escritorio, papeles volando de la fotocopiadora y teléfonos sonando por todos lados. Miró sobre su hombro la puerta abierta de la oficina de Louis.

Una asistente llamada Tracy corría apretando con sus pequeñas manos una bandeja con tazas de té y galletas.

"Dia ocupado." Le dijo a Liam con una sonrisa apurada.

Liam le sonrió, amigable pero profesional, abriendo sus ojos y aflojando el nudo de su corbata.

"¡Ni me lo digas!"

"¿Te veo en el descanso?"

"Por supuesto." dijo él, levantando su pulgar.

Vio cómo se iba, tronando su cuello para asegurarse que ningún otro asistente estuviera alrededor. Acomodó su corbata apropiadamente en su lugar, deslizando el suave material hacia abajo por su pecho. Estiró las esquinas de su camisa azul pálida.

Su jefe nunca dejaba demasiado trabajo cuando sabía que Liam estaría solo por la tarde. Mientras su agenda estuviera organizada (Liam prefería sufrir una dolorosa muerte antes que fallar en un evento) y todas las tareas completadas a tiempo (¿A tiempo? Por favor. La mayoría de las tareas estaban hechas al menos veinticuatro horas antes), Liam se quedaba solo con los dispositivos.

Su jefe nunca le pedía que lo llamara 'Señor' o 'Mr. Tomlinson' como la mayoría de los asistentes debería dirigirse a sus superiores. Louis prefería ser llamado Louis. Liam estaba trabajando en su hábito para dejar de llamarlo 'Señor'.

El ejecutivo al cual asistían antes que Louis era un tirano, un hombre de negocios que requería a Liam las veinticuatro horas del día, siete días a la semana. Si le pudiera agregar un día al calendario, lo haría simplemente para hacer a Liam trabajar horas extras. Le ordenaba a todos los empleados evitar el contacto visual con él y a menudo susurraba órdenes en la oreja de Liam para que él las dijera en voz alta provocando que notificara a su equipo todo tipo de malos negocios mientras su jefe estaba en silencio, pasivo y presumido a su lado.

El dia de la entrevista, mientras esperaba  en las Asociaciones Covington, miraba a los aplicantes salir del salón con lágrimas corriendo por sus rostros. Cuando fue su turno y caminó por la puerta, encontró a Louis sentado al otro lado de la mesa, Liam estaba muy confundido. ¿Este hombre jóven era la bestia por la cual los aplicantes estaban llorando en el recibidor?

Pronto, Liam se enteró que Louis no era una bestia. Simplemente era directo. Liam nunca habia estado tan feliz de responder correctamente, "No, Señor",a la unica pregunta que Louis habia hecho en su entrevista: "¿Eres idiota?".

Escapade || L.S Donde viven las historias. Descúbrelo ahora