doce

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Viernes 24 de Abril.

"Has superado tus límites de nuevo."

Jack sonrió raspando con su tenedor el plato frente a él.

"Esperaba que te gustaran los tacos de pollo." Miró sobre su hombro a el señor Carson que entraba a la cocina con un plato vacío en la mano. "La receta parecía demasiado buena para ser real, pero es totalmente saludable. Deberíamos agregarla a nuestro repertorio usual."

"Deberías convertirte en un chef personal." El señor Carson continuó. Su voz sonaba vieja pero con algo de alegría. Le pasó el plato a Jack, "Tu comida saludable no sabe cómo la basura que me hace mi chef. Todo es asqueroso."

Jack se rió suavemente y tomó el plato.

"¿Por qué no te preparas para la cama? Estaré ahí en un momento."

El señor Carson apretó el hombro de Jack y le dio unas palmaditas en la espalda.

"Eres demasiado bueno para mi, dulce niño."

Jack sonrió y miró hacia abajo, viendo como la espuma se iba por la alcantarilla del fregadero mientras agua tibia corría por los platos. Abrió el lavavajillas y lo empezó a cargar incluso a pesar de que el señor Carson le había dicho que lo dejara porque la mucama lo haría después.

Una vez que la cocina estaba limpia, Jack se dirigió a la enorme habitación en suite llena de lujos. Abrió el gabinete de las medicinas y sacó tres botellitas. Tomó un par de píldoras y las puso dentro de un pequeño vaso. Abrió una botella y frunció el ceño. Caminó hacia la habitación y vió al señor Carson ya en la cama tapado por las sábanas, usando un pijama de seda rojo. Sus ojos estaban cerrados.

"¿Quieres que corte al medio estas?" Jack pregunto. "El doctor Hilary dijo que debes tomar media dosis en las noches de ahora en adelante, ¿Lo recuerdas?"

"¿Dijo eso?" El señor Carson estaba cansado. Se quitó sus anteojos y pasó sus manos arrugadas y avejentadas por sus ojos. "Mi cerebro está un poco frito, te pido disculpas, amor."

"No te preocupes." dijo Jack, gentil y tranquilo. "Apenas la vimos ayer. Es información nueva. Traeré tus medicamentos, relájate."

Cuando volvió a la habitación el señor Carson estaba roncando. Jack se acercó al lado izquierdo de la cama y puso su mano en el hombro del señor Carson, dándole un suave apretón.

"Toma las medicaciones así puedes dormir." susurró provocando una sonrisa en los labios del señor Carson. Se sentó con dificultad con el brazo de Jack detrás de su espalda. Lo acomodo en una posición más cómoda y le dio un vaso con agua. Dejó un par de píldoras en la mano del señor Carson. "Ahí tienes."

El señor Carson puso las píldoras en su boca y las tragó. Tomó un sorbo de agua y Jack acomodó las frazadas alrededor de su pecho.

"¿Estarás con Louis Tomlinson la semana que viene?"

Las manos de Jack se quedaron quietas, sus ojos pestañearon dos veces. Sonrió forzadamente al señor Carson y pasó su mano por las sabanas. Tomó el vaso ya vacío de su mano y lo dejó sobre la mesita de luz.

"Si," hablo lentamente. "Estaré fuera la semana que viene."

"Es un muchacho amable, tanto como tú. Es inteligente. Muy inteligente, al igual que tu. Y es solitario." El señor Carson pasó sus delgados dedos por el antebrazo de Jack quien lo miraba atentamente. "Le vendría bien alguien como tu."

Las cejas de Jack se elevaron, una risa suave salió de sus labios.

"¿Como yo? ¿Le vendría bien alguien como yo? No se si puedo creer eso. El parece estar bien solo."

Escapade || L.S Donde viven las historias. Descúbrelo ahora