diez

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Jueves 16 de Abril

"¿Nombre?"

"Jack McQueen. Estoy aquí para ver a Louis Tomlinson del 30A"

El fuerte y pelado hombre de seguridad lo miró por más tiempo del debido. Jack pestañeo hacia él manteniendo su postura. Su constante mirada duró casi medio minuto. El guardia eventualmente levantó un teléfono de su mesa y apretó tres dígitos.

"Un tal Jack McQueen está aquí para verlo señor, ¿Debo dejarlo pasar?"

Jack esperó reteniendo su respiración durante los segundos en los cuales el guardia hacía silencio escuchando la respuesta de Louis. Sabía que Louis lo dejaría pasar, pero su corazón latía desenfrenadamente bajo la mirada fría del guardia. Pasó su mano alisando su camisa color crema con pequeñas estrellas negras, los primeros cuatro botones sueltos.

"Muy bien, señor." El guardia dijo antes de colgar. Observó a Jack en silencio. "No eres su tipo."

Los ojos de Jack se entrecerraron.

"¿Disculpa?"

El guardia no dijo nada, pero presionó un botón en su mesa. Las puertas se abrieron.

"Primer ascensor, último piso."

Jack asintió y dijo, "Gracias" ajustando la correa de su bolso de cuero.

Fue hasta donde estaban los ascensores y se subió al primero. Presionó el último botón que tenía el número trece escrito en él. La puerta se cerró y empezó a sentir como se elevaba rápidamente. Jack miraba como los números aparecían y desaparecían en la pantalla según el piso que iba pasando. Sonó un suave timbre cuando el ascensor lo dejó en el piso pedido.

No había llegado a un pasillo con múltiples puertas, sino más bien a un vestíbulo con una única puerta negra de metal con los números 30A. Apretó el timbre.

"Si, un segundo." Se escuchó la voz de Louis desde adentro. Se escucharon pasos acercándose hasta que la puerta fue abierta. "Hola." Louis se movió de la entrada y sostuvo la puerta, "Entra, lo siento." Pasó una toalla roja por su pelo aun húmedo. Estaba vestido con unos pantalones negros sueltos que se ajustaban a sus tobillos y una chomba con botones, negra también. "Mi reunión se atrasó un poco, después llegué tarde a mi entrenamiento, luego el taxi que me trajo a casa se trabo en el tráfico, y aquí estamos ahora."

Jack entró, estudiando sus expresiones. Había estado en muchos lujosos penthouses, hoteles y mansiones en su vida. Había subido a carísimos yates con cuartos más grandes que cualquier otra casa que algún día se pudiera comprar. Había volado en aviones privados a cada rincón del mundo.

La casa de Louis era impresionante, pero no sorprendente. Se veía como la mayoría de departamentos que poseían los hombres con similares ingresos. Era bien extenso, con caros electrodomésticos escondidos dentro de la moderna y oscura decoración, desde el piso hasta el techo ventanales que rodeaban la extensión.

El hecho de que Louis no tuviera un gran piano bajo una luz sofocante o un gabinete de vidrio lleno de premios y fotos con dignatarios hizo que los nervios de Jack se calmaran. El lugar no tenía ni una sola mancha, tan limpio que asumió que Louis contrataba una persona diariamente para que realizara la limpieza. A pesar de eso, se podía sentir que alguien vivía allí, en el televisor se reproducía un partido de fútbol a un volumen bajo.

"¿Quieres algo para beber?" Louis preguntó entrando a la enorme cocina. Abrió el refrigerador plateado mientras seguía secando su cabello. Jack estudió las filas de comidas preparadas en tarros de plástico, cada uno con su respectiva etiqueta según el tipo de comida y la fecha de elaboración. "¿Agua?"

Escapade || L.S Donde viven las historias. Descúbrelo ahora