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A pesar de acomodar una fecha para tener su primera cita, Jaebeom se hallaba inevitablemente nervioso.

Recordaba que durante la tormenta eléctrica hubo un breve momento en que Jinyoung le había dado permiso para seguir besándolo sin restricciones, pero no había tenido tiempo de indagar si era por voluntad propia o por compromiso, ya que Yeji y Hyunjin habían comenzado a gritar pidiendo la presencia de sus padres.

Aun así, había sido una noche muy bella pues había obtenido otro beso del menor; habían subido para tranquilizar a los pequeños y, a manera de distracción, concretaron en mirar una película los cuatro juntos.

Parecían un verdadero cuadro familiar, encantador.

El pelinegro salió de su tren de pensamientos. Estaba a mitad de anudar su corbata. Pensaba ir por Jinyoung hasta su casa, pero el castaño optó por verse directamente en el lugar de la cita, el cual era un restaurante del centro de Seúl.

—Así no se anuda la corbata

Escuchó perfectamente la voz de su niñera a sus espaldas. La miró a través del espejo y suspiró con pesadez. —Estoy nervioso

—¿Nervioso? Lo dice el mismo que le robó un beso a Jinyoung en medio de una romántica noche —respondió la mujer, cruzando los brazos. —¿Qué pasa? ¿Estás teniendo segundos pensamientos?

—No, no es eso —dijo Jaebeom, dándose por vencido con la condenada corbata. ¡Demonios, siempre se vestía sin problemas!

Rina enarcó una ceja. Su semblante inquisidor y maternal congeló a Jaebeom pero, finalmente, la mujer se acercó al guardarropa, sacando de este una chaqueta azul, una playera gris de algodón y un par de jeans de mezclilla.

—Ahí tienes —señaló el montón de ropa. Jaebeom miró con confusión a la mujer e hizo una seña de duda, a lo que ella rodó sus ojos. —En lugar de intentar anudar una corbata, en lo que estamos viendo te has vuelto torpe, colócate esto. Es casual, no demasiado elegante, te da porte y presencia, y además, es el conjunto más limpio

—¿Limpio? Pensé que llevabas todo a la lavandería cada miércoles

—Agradece que los detergentes incluyen un aromatizante ahora

—¿Qué?

—No cambies de tema. Cámbiate si no quieres llegar tarde a tu cita

Jaebeom no quiso preguntar más y decidió hacer caso a los consejos de la mujer.

Al final, el conjunto tenía una combinación perfecta, incluso, debía admitir que le favorecía su perfil. Se colocó su mejor loción y bajó por las escaleras. Yeji estaba en la mesilla de noche, cenando y, al mirar hacia su padre, se emocionó, yendo a abrazarlo.

La chiquilla estaba ilusionada, pues sabía a la perfección sobre la cita de su padre y, aunque a Jaebeom le pareció una coincidencia feliz que su hija no se opusiera, seguía con nervios. Sin embargo, quería ser optimista, ya que solía ser un sujeto muy testarudo y estúpidamente positivo, que le había valido su suerte hasta ahora.

Se despidió de Yeji, sin olvidarse de dar las últimas instrucciones a Rina, pero la nana solo golpeó el piso con su tacón bajo.

—Si quieres, intercambiamos papeles y yo voy a la cita

—No, no, no —respondió con una risa nerviosa, dirigiéndose al auto.



🔸️🔶️🔸️



Jinyoung se hallaba a unas cuantas calles del restaurante. No era fanático de manejar, así que había optado por montarse en un taxi para ir al punto de encuentro. Llevaba una camisa color beige con una gabardina café oscuro y un pantalón de vestir negro con zapatos del mismo color.

This Children [Bnior/JJP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora