Impact

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La persona que había marcado a Rina era el mismo hombre que había marcado a la ambulancia y acompañado a Jinyoung hasta la sala de urgencias, dado que el traslado de Jaebeom había sido apresurado y el menor no había tenido tiempo de responder todas las preguntas de los paramédicos, así que habían optado por trasladarse en una segunda unidad.

Todo había sucedido tan rápido...

—Toma

El pelirrojo le hablaba, ofreciéndole un vaso de café caliente después de haber llamado al número que le proporcionó el castaño y sentándose a lado suyo. Estaban en la sala de espera del hospital.

Jaebeom tuvo que entrar a quirófano de emergencia y el único con el derecho de firmar el consentimiento para los procedimientos fue Jinyoung, quien se identificó como la pareja sentimental del pelinegro. No tenía otro modo de pasar el estricto protocolo hospitalario.

Había firmado y quedado de pie, oyendo las alarmas de otros monitores, el estresante ruido de las camillas, enfermeras con más formularios de los que podían cargar. Escuchaba todo y al mismo tiempo nada, todo lo que deseaba oír era la voz de Jaebeom en medio de esa solitaria y terrible noche; deseaba tanto que tomara su mano para calmarlo. Pero solo quedaba esperar.

—Gracias —respondió tomando la bebida, aun con lágrimas que no podía contener, ni siquiera para ese extraño, que resultó ser un buen samaritano. —Lo siento, no tenías que hacer esto

—No hay problema. Una mano siempre sirve de ayuda, ¿no? Soy Mark, Mark Tuan

—Park Jinyoung, un placer, y gracias de nuevo... por todo

Mark no preguntó más, tan solo le hizo la compañía que necesitaba, pues el castaño se veía tan devastado e inconsolable, que hasta era palpable la angustia que sentía.

Después de media hora, Rina había llegado al hospital junto con Yeji, preguntando por el señor Lim. Jinyoung giró su cabeza y se levantó hacia las dos. Lo primero que sintió fue culpa y después un tremendo sentimiento de vacío.

—¿Qué pasó, cariño? — La dama le había tomado suficiente confianza para llamarlo así.

Jinyoung ya conocía a Rina, entre las semanas pasadas, cuando Jaebeom lo había invitado a terminar unas cosas del proyecto en su casa.

—Está en cirugía. Estamos esperando los informes —alcanzó a decir.

Yeji era la más confundida. Apenas Rina le había explicado, a medias, lo que ocurría, pero dentro de su mente infantil entendía a la perfección que su padre estaba en un estado de salud cuestionable después de ser golpeado por un auto.

Quería abrazarlo, quería decirle que si se recuperaba prometía nunca quejarse de nuevo sobre mudanzas, incluso prometer no volver a hacer berrinche cuando quería una muñeca.

—Papi... quiero ver a mi papi —lloriqueó contra el regazo de su nana, asustada por el sonido de los catéteres, las venoclisis, las agujas y los demás pacientes que llegaban gritando.

No era una zona pediátrica, las paredes lisas y planas junto con el aroma a desinfectante acrecentaban sus ganas de llorar.

—Lo sé, princesa —dijo Rina, acariciando la cabeza de la niña. —Tenemos que esperar a lo que diga el doctor



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Pasaron tres horas y media para, finalmente, recibir informes.

This Children [Bnior/JJP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora