Complex

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Una semana después de todo el jaleo en el cumpleaños de Hyunjin, ambos niños seguían conviviendo como si nada hubiera pasado, o eso aparentaban.

Sin ser todavía una coincidencia, sus padres seguían sin encontrarse al momento de dejarlos a clases o ir por ellos, pero no les impedía jugar y llegar a ser buenos amigos.

Yeji solía compartir su almuerzo con Hyunjin y viceversa, los juguetes tenían rayones de plumones que ambos dibujaban, se ayudaban con los ejercicios de matemáticas. Hasta en los juegos en pareja, ellos indudablemente elegían al otro, inclusive comenzaban a molestarlos sobre ser novios.

Claro que las cartas del destino no se silenciaron. Pasó poco tiempo antes de que el tema, sobre sus padres, volviera a colación durante un receso a las 10 AM.

Yeji estaba sentada en una banca de concreto y Hyunjin permanecía en el suelo, dirigiendo su mirada hacia arriba.

—¿Qué trajiste de almuerzo? —preguntó Hyunjin.

—Un sándwich de mermelada, una botella de agua, una gelatina de uva y una barra de cereal. ¿Quién te pone el almuerzo a ti?

—Mi papá, pero no es muy bueno cerrando las tapas de los recipientes —comentó Hyunjin, señalando un tapé con galletas de trigo hechas polvo y esparcidas por la lonchera. —Desearía que tu nana preparara mi almuerzo

—Pero no vives con nosotros. Y Rina dice que las únicas personas a quienes les prepara comida es a mi papá y a mí. Si quisieras un almuerzo como el mío, tendrías que vivir en mi casa —declaró la pequeña mordiendo el pan.

—Mi papá se sentiría muy solo si me mudo contigo

—Pues tráelo también y ya está —Yeji alzó los hombros como si fuera lo más sencillo del mundo.

No sonaba como una mala idea, pensó Hyunjin, comiendo una galleta que se había salvado del desastre. Si llegaba a vivir con ella, sería como su hermana ¿no? Él siempre quiso compañeros de juego en su hogar, sus tías eran divertidas, pero no cabían en los fuertes hechos con sábanas y almohadas que él construía en la sala, o en las sillas de plástico miniatura en el patio, o para jugar en el sube-y-baja sin que su peso las hiciera caer.

Si no fuera porque era un chico listo y considerado con el trabajo de su padre, que era demandante, no entendería por qué no podían pasar esos ratos de diversión como padre e hijo. El agradecia todo lo que le brindaban, era consentido, pero Yeji era su amiga ahora y sentía un aprecio suficiente como para convivir con ella por más de diez minutos sin sentir ese "repudio" natural hacia las niñas.

—Pero, ¿cómo haremos que mi papá acepte ir a vivir con ustedes? No se siente cómodo después de mi fiesta de cumpleaños —rectificó.

Yeji giró los ojos, dio un sorbo a su botella de agua y pensó que, a diferencia de su padre, ella solía ser muy astuta en cuanto se proponía algo.

—Quizá no sea necesario —saltó triunfante al llegar a una conclusión. —Yo le enseñaré a preparar el almuerzo a tu papá. He visto a Rina cientos de veces hacer el mío, no debe ser tan difícil



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El timbre de salida resonó por toda la escuela.

Hyunjin estaba recogiendo sus cuadernos, esperando que salieran los demás compañeros, excepto Yeji. La idea de enseñarle a cocinar a su padre era un poco absurda, no estaba seguro de que una niña de seis años supiera usar un cuchillo, además era peligroso, eso le decía su padre.

This Children [Bnior/JJP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora