13. ᴅᴏ ʀᴇ ᴍɪ

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—Oye... Chan.

Bang Chan se había quedado petrificado, por un momento pensó que Minho sabía lo de su nombre, y ahora diría toda la verdad, le contaría a Felix y lo odiaría por mentir y ser quién es.

Minho empezó a caminar en su dirección, y Chan lo seguía viendo de reojo sin levantar su cara.

Pero algo sorprendió al pelinegro y es que el otro pelinegro pasó de largo a su lado dirigiéndose a otra persona.

—HaeChan, ¿Vinieron las cuerdas que encargué?—Al parecer Minho se refería al vendedor que lo atendía esa mañana.

—Minho, lo siento estaba con un cliente, y sí, vinieron, espera un momento y te atenderé—Dijo el chico de cabello rubio y de labios gruesos.

—Si está bien, esperaré aquí—Cuando Lee se dio la vuelta pudo visualizar a Chan, que seguía en la misma posición.

—¡Hyunjin! ¡Hola...! No esperaba verte por aquí.

—Hola Minho...—Saludó Chan mientras le volvía el alma al cuerpo.

—¿Comprando un instrumento?—El más alto lo miraba sonriente como siempre.

—Ah... No, solo vine acompañando a un amigo—Mintió.

—¿No crees que la música es maravillosa?—Suspiró Lee admirado los instrumentos—Es un lenguaje universal donde no importa el idioma, puedes transmitir tus sentimientos mediante la música.

—Sí, eso es genial...—Presumido, pensó Chan.

—Sabes, como músico he tenido muchas experiencias geniales, pero hay una experiencia que me ha marcado más que cualquier cosa, y fue conocer a una persona—Bang Chan sabía a lo que se refería, y en ese momento quería tomar uno de los tambores que estaban a su lado, y atravesar la cabeza de Minho con el.

—¡Hey!—Hyunjin se acercaba corriendo desde el otro lado de la tienda salvando el día... O eso creía—¿Por qué te quedaste aquí? Nos mostrarán las guitarras por allá, necesito saber cuál será la indicada para tus dedos—Chan miro a Hyunjin preocupado como señal para que cerrará la boca, y Jin pareció captar el mensaje.

—Una guitarra, genial Hyunjin, si necesitas algún consejo puedes decirme—Sonrió Lee dirigiéndose a Bang.

—Si Minho... Gracias—Sonrió forzadamente, y el más alto sonrío despidiéndose de ambos chicos.

—¿Él es el sujeto?—Preguntó Hyunjin cuando ya ambos se encontraban solos.

—Aja...—Contestó Chan de mal humor.

—Se ve que es muy simpático, ¿Por qué no te agrada?

—Por eso mismo, este sujeto es demasiado perfecto, tanto que me enferma—El más bajo cruzó sus brazos y desvío la mirada furioso.

Hwang no pudo evitar contener su risa al ver a su mayor tan molesto por sus celos.

Después de unos momentos ambos chicos se dirigían a casa, iban a aprovechar su día libre en las lecciones de guitarra, Chan estaba muy emocionado, y cuándo al fin llegaron se sentaron en la sala y empezaron con la lección.

—Primero que nada puedes llamarme doctor profesor Hyunjin—El más alto había conseguido una pequeña pizarra y la había colocado en la sala, también había conseguido unos anteojos transparentes y se había peinado el cabello hacia atrás.

—Se supone qué eres un maestro de música, no entiendo porque tengo que llamarte doctor, tonto—Se burló Bang.

Jin chasqueó la lengua, negando con su cabeza mientras tomaba nota en una pequeña libreta.

—Mala conducta el primer día—Bang Chan no pudo evitar no rodar sus ojos y soltar un suspiro.

—Ok... Doctor profesor Hyunjin... Comencemos.

—¡Hey! Esa es mi línea... Como sea, primero te mostraré los acordes Do Re y Mi—Chan trata de poner sus dedos en el mástil de la guitarra sobre las cuerdas como Hyunjin le estaba indicando en ese momento.

—Ahora presiona las cuerdas y... Toca.

—¡Auch! Duele...—Se quejaba, pues las cuerdas de metal se hundían en sus dedos dejando marcas.

—¡Claro que duele! ¿tú pensaste que solo con comprar la guitarra ibas a empezar a tocar como Jimmy Hendrix?

—Pues... Sí...—Susurró y Jin negaba con su cabeza decepcionado.

—Creo que tengo mucho que enseñarte.

Después de unas horas Chan había podido tocar los tres acordes casi a la perfección, ya no se quejaba por el dolor en sus dedos, porque pensar en la sonrisa de Felix le ayudaba no rendirse.

—Ok, práctica esos tres acordes, luego te enseñaré los demás y otras cosas.

Chan seguía practicando hasta que su teléfono empezó a sonar, contestando sin ver de quién se trataba.

—¿Hola?

—¿Hyunjin?— Era la voz de Felix, algo que hizo a todos los sentidos del pelinegro conectarse.

—¡Lixie hola!—Dijo nervioso.

—Hola Hyunjin... Te llamaba porque quería preguntarte algo.

—¿Algo? Claro, dime qué puedo hacer por ti.

—Sabes, el sábado en la noche hay... Un recital de música en un bar del centro y... Quería saber si... ¿Tú quieres ir... Conmigo?—Al parecer también Felix estaba nervioso, su tono de voz lo delataba, y Chan casi no podía controlar su emoción, tanto que daba pequeños saltos desde su asiento.

—Claro que iré... Me encantaría—Contestó con una gran sonrisa.

—Bien... Entonces hasta el sábado—Lix se despidió, y Bang Chan aún no podía creer que tener una cita con él, porque claro que se trataba de una cita.

Después de celebrar como por cinco minutos su gran triunfo, se puso a analizar la situación, faltaban dos días para el sábado, y ya estaba nervioso, y era obvio que estaría nervioso, se trataba de Felix con quién se vería, solos, los dos... Escuchando música... Tal vez tomaría su mano, y se acercaría a sus labios y los besaría otra vez. Todos esos pensamientos pusieron la cara de Chan roja como una fresa, cuándo al fin aterrizó a la tierra pensó qué sería la ocasión perfecta para confesarle todo.

—Oye Chan, ¿Puedo comerme est-...?—Jeongin miraba confundido a su amigo, quién se paseaba de un lado a otro por la sala—¿Estás bien...?

—Jeongin... Necesito practicar...—Soltó de golpe Chan, y Jeongin lo miraba confundido mientras comía un helado.

—Ok, ¿Qué le dirás?—Preguntaba después de que Bang Chan le explicara sobre lo que hablaba segundos atrás.

—No lo sé, estoy nervioso, solo quiero que sea especial y no me odie...

—Felix es demasiado adorable como para odiar a alguien—Susurró el coreano mientras se concentraba en devorar su helado.

—No lo sé Jeongin, tal vez cuando sepa que soy yo... Todo cambie—Suspiró dejándose caer en el sofá.

—Es la historia de amor más complicada y tierna del mundo...—Suspiró Jeongin uniéndose a su amigo, que se encontraba tirado en el sofá.

ꜱᴀᴋᴜʀᴀ ʀᴀɪɴ  [ᴄ ʜ ᴀ ɴ ʟ ɪ x]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora