Después de la campana los niños salían corriendo al recreo, era la mejor parte del día.
Chan se encontraba jugando fútbol como siempre con sus amigos, estaba mirando con atención la siguiente jugada de sus contrincantes, hasta que algo lo hizo distraerse. Y es que debajo de ese gran árbol que se encontraba en el patio estaba el pequeño Felix leyendo como de costumbre, la brisa de primavera jugaba con su cabello y se veía tan radiante bajo la luz que se colaba entre las hojas del árbol, pero la sonrisa del pequeño rubio hizo a Chan distraerse al punto de congelar el tiempo a su alrededor.
—¡Chan cuidado!—Gritó uno de sus amigos pero ya era demasiado tarde, el balón de fútbol había impactado directamente en su cara.
—¡Idiota! Ten cuidado—Reprochaba el pelinegro frotado su frente con sus manos.
—Tu fuiste el que no te fijaste ¿Qué veías que te distrajo?—Preguntó su amigo curioso y no sabía que decir, no iba a decir abiertamente que la razón por la que se distrajo era el niño de sonrisa brillante.
—N-no es nada—Susurró desviando la mirada mientras se preguntaba porque su corazón seguía latiendo tan rápido.
Bang Chan miraba de reojo a Felix en clases, siempre levantaba la vista en dirección a su pupitre, y cuando Felix sentía la presencia de unos ojos sobre él y miraba de dónde provenía, se daba cuenta de que era Chan quién lo observaba, y cuando esto sucedía el pelinegro fruncía el ceño como para ocultar las verdaderas intenciones de su mirada. A Bang Chan le gustaba observar al rubio, pero jamás lo admitiría.
Un día cuando iba en dirección a su casa en su bicicleta, pudo observar de lejos a Felix, estaba de cuclillas jugando con un pequeño perro, pero el perrito se abalanzó sobre él y cayó al suelo mientras el pequeño perrito lamía su carita suavemente y Felix no dejaba de reír, eso sacó una pequeña risa de la boca de Chan al observar esa adorable escena, pero se dió cuenta de lo que hacía y después de negar varias veces con su cabeza se puso en marcha pedaleando lo más rápido que pudo.
En la noche antes de dormir, la sonrisa de Felix se venía a la mente de Chan haciendo que su corazón se acelerara y su cara se pusiera roja.
"¡No pienses en su sonrisa Bang Chan, controlate!"
Se repetía a sí mismo mientras se tapaba su rostro con sus manitas y sacudía su cabeza en forma de negación. Chan no sabía porque la sonrisa de Felix lo hacía sentir de esa manera.
Un día pudo notar como un niño de un grado superior se acercaba a Felix para jugar con él, Lix sonreía y Chan no sabía porque estaba tan furioso como en ese momento.
—Tonto Felix—Susurró y sintió un pequeño golpe en su cabeza.
—¡Auch!—Se quejó frotando el lugar afectado.
—Si sigues molestando a Felix te golpearé más fuerte—Regañó Jeongin.
Jeongin era amigo de todos y sobre todo de Bang Chan quien siempre estaba cuidando de que su gruñón amigo no se metiera en problemas.
—Aguafiestas...—Refunfuñó cruzándose de brazos.
—Oye Chan, iré una semana a casa de mi abuela, no hagas nada idiota mientras no estoy ¿De acuerdo?—Advirtió el más alto y el aludido chasqueo su lengua desviando la mirada.
Claro que Bang Chan no siguió las advertencias de su amigo ya que al día siguiente la broma que cambiaría el destino de ambos chicos se llevó a cabo.
Bang Chan no había llorado así desde hace mucho, el día en que Felix fue lastimado por su culpa fue el día en que la vida del pelinegro cambiaría para siempre, lo único que quería era disculparse con Felix cuando este llegara de regreso a la escuela y también invitarlo a jugar y a caminar juntos a casa.
Pero Felix no regresaba a la escuela, Chan miraba el pupitre vacío de Felix en todas las clases, siempre llegaba temprano a la escuela y esperaba en la entrada esperando ver al rubio como siempre... Pero Lixie nunca llegó.
El día que la maestra anunció que Felix dejaba la escuela Chan se sorprendió, después de clases tomó su bicicleta y se dispuso a ir a toda velocidad a la casa del pequeño, cuando se dió cuenta de que Felix se había ido, su corazón se oprimió, Bang Chan lloró de camino a casa.
Las estaciones pasaron, el verano fue caluroso, las cigarras cantaban de día y los grillos cantaban en la noche mientras las luciérnagas alumbraban como estrellas en la tierra, todo era igual, un verano como todos los demás, a excepción de que Bang Chan ya no jugaba, ya no reía como antes, se la pasaba observando la ventana esperando ver a alguien en especial, pero ese alguien nunca llegó.
Y así es como las estaciones fueron pasando hasta llegar de nuevo a la primavera, dónde Chan observaba los cerezos florecer, los pétalos danzando con la suave brisa de primavera.
Chan tomó una flor de cerezo que descendía desde lo más alto del árbol, observó fijamente a la pequeña flor color rosa y se hizo una promesa.
"La próxima vez, veré contigo los cerezos Felix, como tú querías"
Bang Chan se había prometido encontrar a Felix para disculparse y cumplir la promesa del rubio, es por eso que miraba la ventana, y siempre que viajaba se sentaba junto a la ventana, el día que vería a Felix correría hacia el definitivamente.
[...]
—Bang Chan... Hey Bang Chan... Despierta...—El pelinegro era suavemente despertado por una voz mientras abría los ojos poco a poco, se encontraba sobre su escritorio en su habitación.
—Lo siento, me quedé dormido...—Se disculpaba frotando sus ojos.
—Aún no te acostumbras al horario de Londres cierto—Sonreía su compañero de cuarto.
—No, creo que se me hará muy difícil... Oye Changbin ¿Venderán libros en braille cerca de aquí?—Preguntó y su amigo pensó un momento.
—Te llevaré ahí después de clases—Changbin era un chico surcoreano también que había sido transferido hace un año, Chan y él se habían hecho amigos gracias a sus gustos similares en música y literatura.
—Chan ¿Qué soñabas?—Preguntó curioso y este lo miró confundido.
—¿Por qué?
Changbin lo miró pensando en sí decir lo que Chan había dicho en sus sueños, pero no quería que su amigo se sintiera obligado a contar su historia, aún no era el momento.
—Curiosidad—Susurró, pero en realidad Changbin escuchó un nombre y una disculpa... "Felix, lo siento"
Bang Chan soñaba con Felix todos los días.
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ꜱᴀᴋᴜʀᴀ ʀᴀɪɴ [ᴄ ʜ ᴀ ɴ ʟ ɪ x]
Fiksi PenggemarDonde Felix queda ciego a causa de Bang Chan. Cuando eres un niño pequeño no te das cuenta de que tus acciones pueden causar tragedias. Cuando Bang Chan era un niño, era muy inquieto, no toleraba su compañero de clases Felix, ya que era todo lo cont...